Jordi Évole se pasó de listo

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El conocido como “follonero” intento colocarnos una visión ficticia del 23-F, sin avisar y sin informar (que es más grave). Évole se pasó de listo, porque si bien es cierto que se trata de un formato novedoso y que ya ha sido visto en la estadounidense, eso no significa que, por definición, sea bueno. Igual que por definición no es bueno todo lo que firma el propio Évole que, la noche del domingo, descubrió que no es infalible, y que ese rollo de “soy más listo que nadie” también tiene que tener sus límites. Bienvenido. La ejecución tampoco fue gran cosa, mezclando lo histriónico con lo pausado, y despistando por completo a una audiencia que, hooligans aparte, rechazó el experimento.

Y Talegón se pasó de…

Lo único bueno de la cagarruta de Évole fue que sirvió como detector de tontos. Por ejemplo, Beatriz Talegón que, como recogen en ‘La Voz Libre’, “se come doblada la ‘Operación Palace’”. Talegón, la gran esperanza socialista, puso por escrito en Twitter durante la emisión que la historia del montaje ella ya la conocía, y que incluso había documentos que la acreditaban. Una historia completamente falsa (y no por ello necesariamente buena) que hizo que la secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas fuera “el hazmerreír”. Twitter nos confirma que la ignorancia es muy osada.

Quien insulta se retrata

No me cansaré de decirlo: quien insulta se retrata, y con la eclosión de las redes sociales digitales, esta afirmación se ratifica a cada paso. Por ejemplo, el Teniente de Alcalde y concejal de Economía y Hacienda en el ayuntamiento de Badajoz, Alberto Astorga: “No se quien es más tonto, @iurkullu o los verificadores!!! Vaya pandilla de imbéciles!!!!”, exclamaba en Twitter, como un quinceañero más. Así se las gastan los representantes del PP que elige la ciudadanía en España, insultando y despreciando todo aquello que no son capaces de comprender.

No me fío de los políticos ricos

No, no lo hago. No me fío de los políticos que han ganado mucho dinero antes de presentarse a unas elecciones, y mucho menos me fío de los que se enriquecen durante el ejercicio de su función pública. Aunque soy de los que defiende que un representante público tenga un sueldo holgado para que solo tenga que preocuparse de servir a la ciudadanía. Pero eso no impide que me chirríe que Soraya Sáenz de Santamaría fuera de compras a la milla de oro de Madrid (que ya comentamos en esta columna), y me suena aún peor lo que encontramos en ‘El Plural’: “Entre 2004 y 2011 ganó casi 1.200.000 euros con la política, la mitad en sobresueldos”.

Las Google Glass no te hacen parecer listo

Que tomen nota también en entornos próximos: las Google Glass no te hacen parecer listo. Más bien, todo lo contrario. Piensen, si no, en la cantidad de políticos, periodistas y empresarios que aparecen esta semana en los informativos usando las famosas “glasses” durante la feria de Barcelona. Un buen amigo me ha pasado un link a ‘AV Club’, un web con cierta retranca, en la que recogen las recomendaciones de Google para no usar inadecuadamente este artilugio porque, al final, la empresa está viendo cómo su tecnología se devalúa por usos que se escapan al sentido común.