La tarde el lunes vimos a Pablo Iglesias y Alberto Garzón tomando unas cervezas, grabando un vídeo con un móvil en la simbólica Puerta del Sol y pasear felices bajo un arco iris que, oportunamente, surgió sobre Madrid. Y vimos a las cuentas en Twitter de Podemos e IU lanzar un tuit exactamente igual. Una comunión sospechosamente perfecta entre dos formaciones que hasta esa mágica tarde el lunes andaban a la greña porque los morados les birlaban figuras que salían de IU quejándose airadamente de Garzón. Ahora están todos juntos… ¿y felices?
Ada Colau en cifras
Mala sombra tiene la alcaldesa de Barcelona, la del economista José Carlos Díez, que le somete a un marcaje férreo, sobre todo, en el área de las cuentas. En su último post empieza recordando que Colau se ha visto obligada a prorrogar su presupuesto para, además, hacer recortes sustanciales en partidas de especial sensibilidad: un 50% en inversiones, un 40% en vivienda y urbanismo (que afecta directamente al parque municipal de pisos para soluciones habitacionales) y casi un 10% en servicios sociales.
El PP de Bizkaia “exije” respeto a Marruecos
Me pasa el enlace una buena amiga y tan pronto como leo este párrafo lo hago mío: todos los partidos de las Juntas Generales de Bizkaia, incluido el PP, claro, instan “al Gobierno español a otorgar un estatus diplomático a la representación del Frente Polisario en España y a que ‘exija’ a Marruecos el respeto a los derechos humanos”. Les aseguro que celebro esta deliciosa contradicción porque precisamente el PP se muestra especialmente insensible con esta cuestión en España.
Una situación complicada
Sigo con contradicciones pero esta vez no tengo claro qué posición me parece más acertada, si la de García-Page, que entrega un premio a una mujer con “niqab” y se mantiene para la foto junto a un príncipe saudí, o la de la alcaldesa de Toledo, entre otros, que rehusó asistir al acto y aseguró no compartir “los aspectos de determinadas culturas que promocionan la desigualdad entre hombres y mujeres y denigran a la mujer” (El Confidencial). El tema se complica porque la mujer que iba completamente tapada recibía un premio de traducción.
Un jefe de estado que no sabe nada
La pieza en Vozpópuli es bastante cortesana, aunque en general este medio digital está haciéndolo bastante bien: Felipe VI regateó las preguntas de una mujer mayor en Extremadura que le pedía trabajo para la gente joven, por supuesto, incluidos sus nietos. Esta señora, además, le recordaba que todos los años le hacía la misma petición. El Rey de España regatea, sale por lugares comunes y no da una respuesta. Lógico: porque no sabe de lo que le hablan, no conoce el paro, ni ha visto a su alrededor a pensionistas preocupados por llegar a fin de mes y el futuro de sus descendientes.