Trump, el tuitero del año

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Solo voy a mencionar a cinco “elementos” y con un criterio claro: el que a mí me da la gana, para presentar lo que ha sido 2017, sobre todo, en Internet. Y me parece imprescindible empezar por quien será el próximo presidente de EE.UU., que recientemente ha tranquilizado en Twitter al estado de Israel, se ha anotado el tanto de la mayor confianza de los estadounidenses, y ha desestimado un contrato con Boeing, en menos de 140 caracteres.

Se acaban 2016 y Sigfrid Soria

No echaremos de menos al ex parlamentario canario del PP, un tuitero que, a golpe de chistes homófobos, insultos a quien piensa diferente, y enfrentamientos directos con quien cuestionaba la unidad de una España que le obsesionaba, se había hecho famoso en esa red social. ¿Eso es relevante? No, pero la ausencia de Sigfrid Soria (aunque haya cerrado la cuenta puede reabrirla) es una buena noticia: un tipo menos que embarra el terreno y pega patadas sin jugar el balón.

Espinar, el escaparate de Podemos

Más que Iglesias, Echenique o Monedero, muchísimo más que Errejón, quien representa mejor que nadie a Podemos es Ramón Espinar. Un macho que viene de la casta (su padre está siendo juzgado por pulirse varios cientos de miles de euros con una “black” de Bankia), que obtuvo una VPO sin concurso, vendió sin usar y con beneficio, que se salta sus propios estatutos y acumula cargos, que se vio beneficiado por el apoyo de los más mediáticos en su lucha interna y que, ahora, como líder, purga a quien no es de su línea.

El “caranchoa”

¡Hasta le Fundación del Español Urgente usó el término para su inocentada! Hoy, “caranchoa” es el símbolo de una victoria, la de las personas de verdad contra los niñatos que, sin razón, se creen impunes. El bofetón que recibió Sergio Soler, un youtuber que se hacía llamar “Mr. Granbomba” y que grababa bromas en las que humillaba a sus víctimas, es un icono. Ese “plas” tan sonoro sirvió para aliviarnos brevemente. No se trata de que no les entendamos, es que algunos se han pasado con sus tonterías.

La burbuja de todos los años

Donald Trump, cavernícolas como Sigfrid Soria (o el propio Sigfrid Soria), Ramón Espinar y sus impulsores, y youtubers que ofrecen un contenido de mierda a los que no hemos parado los pies, son males que hemos sufrido en 2016 y que continuarán en 2017, como la burbuja de las empresas de base tecnológica: “El Amazon español” sufre, hemos visto despidos en marcas que hacen rondas de financiación millonaria, y el famoso “Apple extremeño”, al final, parece que era un pequeño fraude. Y en 2017 seguiremos hinchándola.