Juan Carlos Girauta se pone al mismo nivel que quienes hacen chistes por el accidente de aviación (laboral, al fin y al cabo) que costó la vida a un militar el pasado 12 de octubre: quienes utilizan a las víctimas, sin que importe quién sea la víctima ni quién la utiliza, se convierte automáticamente en un tipo tan despreciable como quien se ríe de ellas. Y Girauta lo hace con una serie de tuits para, agárrense, negar el diálogo con el nacionalismo. Qué falta de altura.
¿Quién es peor nacionalista?
El 12 de octubre para mí siempre ha tenido un punto divertido: el de ver cómo los “antinacionalistas” exhiben y justifican su nacionalismo español inflamado durante un día. Un buen ejemplo es Girauta, nacionalista español (me parece estupendo) que desprecia al resto de nacionalistas. Los que no creo que sean nacionalistas, sino fanáticos y fachas (y en Euskadi les hemos conocido y los reconocemos) son quienes quemaron banderas catalanas como parte de la fiesta española.
Hablando del 12 de octubre…
Las banderas, que para algunos son símbolos que unen, ponen en común y sobre los que edificar una nación, para otros son toldos estupendos con los que ocultar sus vergüenzas. Por ejemplo, en España el 12 de octubre taparon que Human Right Watch calificó de excesivo el uso de la fuerza el día del referéndum, y la condena del Consejo de Europa a esa misma violencia. Ambas noticias saltaron el día de la fiesta nacional española, pero la cabra las ocultó bien.
Podemos necesita hablar de España
En Podemos han detectado un problema: su posición, de perfil durante todo el procés y especialmente en su parte final, la más dura, les está costando cara. Necesitan girar, coger el toro por los cuernos y, de una vez, hablar de España. Ojo, no es que no piensen en ella porque Podemos es un partido profunda y legítimamente español, y sus políticas, decisiones y el origen de sus líderes lo demuestran. Ahora lo que tienen que hacer es mostrar su naturaleza.
Dalas no quiere más polémicas
Igual alguno de ustedes se quedó con la curiosidad de qué pasó con Dalas, el youtuber al que Wismichu (otro youtuber) acusaba de ser un maltratador y un manipulador, y al que cerraron durante unas horas su canal. Pues bien, el tipo en cuestión ha publicado un vídeo bien llenito de publicidad en el que se despide para siempre, según él, de las polémicas. Pero el número de suscriptores ha bajado drásticamente (lo que afecta a sus ingresos) y, sinceramente, no me creo su renuncia.