Uno de los tuits más descriptivos de la aprobación del PNV a los presupuestos del Estado lo ha publicado EITB: “La crítica más dura ha sido la de EH Bildu”. Justo los que no se juegan presos ni huidos en Catalunya. Los partidos catalanes saben que lo peor era un adelanto electoral en España, con PP, Ciudadanos y PSOE en la espiral del anticatalanismo, y que pudiera contagiar a Puigdemont y Torra, dispuestos a hacer saltar todo por los aires. Los políticos catalanes tienen que empezar a dar explicaciones.
Hechos, no palabras
En Bildu están de precampaña y Catalunya solo es un argumento para atizar al PNV. Todos lo sabemos. Aquí y allí. Igual que sabemos, a poco que uno haga una lectura amplia y crítica de periódicos (basta ya de tanto titular interesado y sin contexto en Twitter), que Puigdemont especialmente quiere dinamitar la política catalana. Por eso desde su entorno han inscrito un partido, para presentarse a las elecciones sin que le importe dividir al nacionalismo y fortalecer a Ciudadanos.
Valtonyc también huye
Tengo claras varias cosas: Valtonyc nunca debería de haber sido condenado por sus letras. Del mismo modo sé que no le condenan solo por injurias a la Corona: sus rimas de apoyo a ETA y GRAPO también están en la sentencia. Hay que contarlo todo y no quedarse en el tuit, otra vez. Es decir: es una víctima de una justicia injusta, pero no un héroe. Sin embargo y a diferencia de Puigdemont, que tiene a compañeros en la cárcel, entiendo su huida a Europa para avergonzar a la justicia española.
El círculo de Podemos
El círculo del logo de Podemos tiene varias lecturas: la última, lo enredados que están en sus propios problemas y obsesiones, y su incapacidad para salir de ese vicio y mirar ocuparse de los problemas de “la gente”, como ellos dicen. Lo último lo denunciaba con acierto César Calderón: “Nunca hubiera supuesto que la nueva política iba a ser comprar espacios publicitarios [en redes sociales] porque no eres capaz de conseguir que tus militantes participen en tus procesos”.
Nuestros problemas
Nuestro problema no es cuándo dejarán Puigdemont, Llarena o Rivera de tener secuestrado al pueblo catalán por su propio beneficio, pero nos afecta. Nuestros problemas también merecen atención, como la euskarafobia del PSN (muy en la línea, por cierto, del giro de Sánchez hacia los argumentos de Ciudadanos). Hasta el “cuñado de Twitter” se ha dado cuenta de la incoherencia: “Yo tampoco estoy en contra del vascuence, pero que lo hablen en su puta casa. Me gusta este socialismo”.