Durante el debate del martes, el definitivamente vergonzoso, Albert Rivera fue apelado directamente en este tuit: “Sr. Rivera: soy el hijo de Maribel Tellaetxe, mujer que sufrió sin descanso las 19 semanas que usted bloqueó la ley de la eutanasia. Qué poca vergüenza para mentir sin pestañear. Le falta empatía, honestidad y humanidad para representar a un solo ciudadano”. La política va de esto, de resolver problemas, problemas de verdad, y no de hacer demagogia ni congelar una legislación porque tu partido no tiene una opinión clara. Rivera nos pidió escuchar el silencio. Como político, simplemente, él debería escuchar.
Pesado, no, insoportable
No me gusta traer a la columna la opinión de “tuitstars” porque, por lo general, solo quieren sumar diciendo lo que es popular, pero me tengo que rendir a lo que escribió Pablo MM después del debate: “Madre mía; Albert Rivera es insoportable. Qué tipo más pesado. Y los catalanes llevan 10 años extra aguantándole. Mis condolencias”. Yo creo que Albert Rivera ha pasado la franja de pesado para entrar de lleno en el terreno de lo insoportable: la manera que tiene de interrumpir no solo en los debates, también en el Congreso, y de provocar, como un macarra (sí, esa es la palabra) embutido en un traje, le delatan.
En el ranking de tonterías
Si el debate de La1 no fue bueno, el de Atresmedia rozó la telebasura. Peor moderado y peor realizado que el primero, los políticos fueron más al cuerpo a cuerpo (salvo Iglesias, que jugó a ser un chico con jersey pese a tener un chalet con piscina) y todo se resintió. Para mí, uno de los momentos que mejor ejemplifican cómo fue todo es ese en el que Vicente Vallés dijo: “En esta cadena ya saben que somos muy de libros”, y los candidatos no supieron salir del jardín cultural (con Rivera, estelar, asegurando que la cultura española es la que se hace en español). El autorretrato de la política y de Atresmedia fue para colgarlo (en la pared, claro).
Cazadores de mentiras
En esta columna suelo hablar de Maldito Bulo, la web que se dedica a verificar rumores. Lo hacen muy bien y por eso volveré a hablarles de ellos, pero creo que asociarse con un medio privado (en este caso es Eldiario.es, pero eso es lo de menos) para los debates, ha sido un error. También lo ha sido la colección de imitadores que otros medios han puesto en marcha, evidenciando que la verificación tiene sesgo (algunas explicaciones de parte han sido clamorosas) y que el periodismo es un oficio experto en tirarse piedras. Hoy lo más fácil es preguntarse: ¿por qué no lo han hecho hasta ahora?
El que no estaba
Ante este panorama, no son pocos los que aseguran que han ganado el debate los de fuera. Por lo menos, no lo han perdido, ya que no ha destacado ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera, ni Iglesias, y eso deja espacio a quienes lo han visto desde fuera. Más allá de lo incómodo que resulta ver a Otegi haciéndose el cachondo, en España muchos señalan a Abascal como el beneficiado de dos shows prescindibles. Un Abascal al que, vaya, le ha salido otro extremista de derechas en el partido. “Qué mala suerte”, ironizan en Twitter ante la noticia de que el candidato a alcalde por Vox en Badajoz ya se presentó con un partido “neonazi”.