Iglesias, saca las cuentas

Pablo Iglesias no quiere que Ciudadanos apruebe los presupuestos del Gobierno Español, del que forma parte, y al mismo tiempo, quiere echar al PNV del Gobierno Vasco. ¿Qué van a hacer PSOE y Podemos sin el apoyo del PNV? ¿O creen que el grupo de Aitor Esteban seguiría sosteniendo una mayoría tan frágil con Urkullu expulsado de Ajuria Enea? ¿Han hecho los números bien en Madrid? Igual sí los han hecho y prefieren una lehendakari socialista (porque tengo claro que a Mendia se lo van a ofrecer), reventar el Congreso y volver a convocar unas Generales, puede que con doble vuelta, como le gustan a Sánchez.

Un músico verdaderamente universal

Sigo con Iglesias, porque este es de los que lo aprovechan todo: con la muerte de Ennio Morricone le ha aparecido una oportunidad para hablar del antifascismo de Novecento… Y del suyo propio. Curiosamente, el responsable de prensa de Vox aprovechó también el deceso del compositor para sacar su bandera, en este caso, la religiosa, porque Morricone fue el autor de la BSO de La Misión. Así es la grandeza en la nueva normalidad y en la nueva política: te mueres y todos te utilizan para el tuit, para el guiño, para molar. Lo malo es que te tienes que morir para ser trending topic. Bueno, lo malo es Twitter. Directamente.

A Echenique, como a todos

Pablo Echenique volvió a dar muestras de ser el político español más sobrevalorado del momento cuando hizo suyo un vídeo del digital de Podemos (por lo menos, el que Podemos promociona en sus canales oficiales, en los que pide a sus afiliados que se abonen al medio) criticando a Vicente Vallés. Echenique no me gusta. Vallés me deja más indiferente que a la mayoría. Y sí, me parece mal que el político señale al periodista, igual que me lo ha parecido en todos los casos anteriores. Por eso lo critico. Los que dicen que solo señalamos a Echenique que se miren el ombligo y nos dejen en paz.

Así lo han querido

Tenemos elecciones en Euskadi, estoy bastante seguro de que la geometría variable de PSOE y Podemos va a acabar por enfadar a todos los partidos, por lo que tendremos elecciones generales en 2021, y porque toca también las habrá en Catalunya. Unas elecciones que, según El Nacional, ganaría ERC ampliamente. ¡Cómo no! El PdeCat sigue desmembrándose (ahora ha nacido un Partido Nacionalista Catalán y hay una amenaza de escisión) y parece que tampoco les importa ni a Puigdemont, ni a Torra, ni a Bonvehí. Una cosa era refundar CiU y otra, esto. Su travesía del desierto va a ser muy larga. Y con compañeros sospechosos.

Cuando el problema es la ley

Nadie quiere que ocupen su casa. La presión vecinal como en Portugalete está anticipándose a la acción judicial. Y ahora sabemos que en Baleares el fiscal superior de Baleares “autoriza a las fuerzas de seguridad a desalojar una vivienda sin intervención de un juez. Si los agentes ven la situación clara, están legalmente amparados para abrir la puerta y expulsar a los okupas, lleven allí el tiempo que sea. Incluso los pueden detener” (El Confidencial). “Solo se necesita que el propietario denuncie”. El resultado es que se “ha reducido el problema”. Vaya. Entonces, ¿cuál es el problema? Pues que lo solucionen.

La política va de esto

Durante el debate del martes, el definitivamente vergonzoso, Albert Rivera fue apelado directamente en este tuit: “Sr. Rivera: soy el hijo de Maribel Tellaetxe, mujer que sufrió sin descanso las 19 semanas que usted bloqueó la ley de la eutanasia. Qué poca vergüenza para mentir sin pestañear. Le falta empatía, honestidad y humanidad para representar a un solo ciudadano”. La política va de esto, de resolver problemas, problemas de verdad, y no de hacer demagogia ni congelar una legislación porque tu partido no tiene una opinión clara. Rivera nos pidió escuchar el silencio. Como político, simplemente, él debería escuchar.

Pesado, no, insoportable

No me gusta traer a la columna la opinión de “tuitstars” porque, por lo general, solo quieren sumar diciendo lo que es popular, pero me tengo que rendir a lo que escribió Pablo MM después del debate: “Madre mía; Albert Rivera es insoportable. Qué tipo más pesado. Y los catalanes llevan 10 años extra aguantándole. Mis condolencias”. Yo creo que Albert Rivera ha pasado la franja de pesado para entrar de lleno en el terreno de lo insoportable: la manera que tiene de interrumpir no solo en los debates, también en el Congreso, y de provocar, como un macarra (sí, esa es la palabra) embutido en un traje, le delatan.

En el ranking de tonterías

Si el debate de La1 no fue bueno, el de Atresmedia rozó la telebasura. Peor moderado y peor realizado que el primero, los políticos fueron más al cuerpo a cuerpo (salvo Iglesias, que jugó a ser un chico con jersey pese a tener un chalet con piscina) y todo se resintió. Para mí, uno de los momentos que mejor ejemplifican cómo fue todo es ese en el que Vicente Vallés dijo: “En esta cadena ya saben que somos muy de libros”, y los candidatos no supieron salir del jardín cultural (con Rivera, estelar, asegurando que la cultura española es la que se hace en español). El autorretrato de la política y de Atresmedia fue para colgarlo (en la pared, claro).

Cazadores de mentiras

En esta columna suelo hablar de Maldito Bulo, la web que se dedica a verificar rumores. Lo hacen muy bien y por eso volveré a hablarles de ellos, pero creo que asociarse con un medio privado (en este caso es Eldiario.es, pero eso es lo de menos) para los debates, ha sido un error. También lo ha sido la colección de imitadores que otros medios han puesto en marcha, evidenciando que la verificación tiene sesgo (algunas explicaciones de parte han sido clamorosas) y que el periodismo es un oficio experto en tirarse piedras. Hoy lo más fácil es preguntarse: ¿por qué no lo han hecho hasta ahora?

El que no estaba

Ante este panorama, no son pocos los que aseguran que han ganado el debate los de fuera. Por lo menos, no lo han perdido, ya que no ha destacado ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera, ni Iglesias, y eso deja espacio a quienes lo han visto desde fuera. Más allá de lo incómodo que resulta ver a Otegi haciéndose el cachondo, en España muchos señalan a Abascal como el beneficiado de dos shows prescindibles. Un Abascal al que, vaya, le ha salido otro extremista de derechas en el partido. “Qué mala suerte”, ironizan en Twitter ante la noticia de que el candidato a alcalde por Vox en Badajoz ya se presentó con un partido “neonazi”.