15 años después sigo sin verlas venir

En los 15 años que llevo escribiendo en las páginas de DEIA (los últimos 10, con esta columna) ha habido tres fases duras: la primera, con los fascistas de ETA. La segunda, con la presión del entorno del PSE hasta que todo el mundo vio lo que daba de sí y Patxi López. Y la tercera, con la ola de Podemos que envalentonó mucho a unos pocos a los que ya se les ha ido todo el gas. Llevo tantos meses viviendo tranquilo en lo político (pandemia, aparte) que no vi venir que Donald Trump fingiera haberse contagiado de coronavirus. Ni lo dudé cuando anunció que enfermó. Ahora que se muestra recuperado tengo todas las dudas.

No como otras

Mi impericia para ver que Trump intentaba colárnosla convirtiéndose en un titán contra el coronavirus (y lanzando un peligrosísimo mensajes sobre su suavidad) choca de frente con la clarividencia de Cayetana Álvarez de Toledo, por ejemplo, que no duda en relacionar el descenso del PP en las encuestas con su cese como portavoz del partido de Casado. La diputada por Catalunya ha avisado en una entrevista de que seguirá en el PP “de momento”. No sé cómo serán los detalles, pero el final de esta historia parece escrito: Álvarez de Toledo no va a permanecer o abandonar el PP con discreción.

Trumpismo a la española

El trumpismo lo han importado muy bien a España mujeres como la propia Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso. Entre los hombres hay peores imitadores: Casado no llega, a Abascal no le da y Morante de la Puebla, por supuesto, no pasa de fantoche. El torero, que presume de ser amigo del líder de Vox, ha decidido promocionar su próxima corrida (de toros) paseándose a caballo por el centro histórico de Córdoba (“algo que no podría hacer el común de los ciudadanos”, según El Plural) hasta la estatua al Cristo de los Faroles, ante el que detuvo su montura y rezó. Tradición y fe… Para promocionar su espectáculo.

¿Y este, a qué viene?

Este par de semanas tan convulsas en lo político, lo pandémico y hasta lo futbolístico, la presencia de Alber Rivera casi ha pasado desapercibida. Como siempre, el de Ciudadanos ha medido mal su ronda de medios. No sé (no, no lo sé porque no pienso perder ni un minuto escuchándole, bastante le veo haciendo zapping o scroll en los digitales) si está vendiendo un libro, un disco, el bufete de abogados en el que se ha colocado o su cuenta en Twitter, pero sí sé que titulares como este de El Independiente le retratan: “El mal resultado electoral del 10-N también fue un alivio”. Pocas veces vimos un político peor.

Si eres rico no te contagias

Cuando ayer escribí que si tienes una casa en la que caben 200 personas de fiesta todos tus amigos se llaman Cayetano no tenía ni idea de quién era el propietario de la vivienda y el organizador de la jarana. Sí tenía claro que el rumor lanzado por Alvise Pérez, correveidile e intoxicador de la extrema derecha, de que era una fiesta organizada por Rodríguez Zapatero, era otra mierda pinchada en un palo como las que suele mover. En Nius Diario aseguran que la movida la organizó “un príncipe africano” que “reunió a actores y jugadores de la NBA”. La policía identificó a 200 asistentes y detuvo a 4 que se resistieron.