Hoy es San Andrés, la fiesta más importante en Escocia, esa nación sin estado que todos, hasta los más quiméricos, admiramos por su pragmatismo. Pero también es el Día del Influencer, esa profesión que necesita una definición tanto que la protagonizan más candidatos y candidatas a influencer que personas que verdaderamente son capaces de influir, ya sea en una compra (lo que más se busca) o en un tema de conversación. Al respecto, rescato la reflexión de Sergio Maydeu-Olivares, que define este día perfectamente: “Lo mejor de las polémicas de Twitter es cuando sales a la calle y no hay polémica ni Twitter”.
Todo termina así
¿Alguien se acuerda hoy de Elena Cañizares? En el pasado lejano de Twitter, es decir: la semana pasada, Cañizares era toda una estrella y millones de personas estuvieron pendientes de esta enfermera con coronavirus y de si sus compañeras de piso le calentaban el tupper o no. El tema fue tan importante que el community manager de Pablo Iglesias hizo que el vicepresidente empezara a seguirla en Twitter, como vimos en la cuenta que informa de los contactos que hacen los miembros del gobierno. Así acaba todo en redes: con que Pablo Iglesias siga en Twitter a la víctima de la última injusticia.
La influencer del PP
¿Es Elena Cañizares una influencer? ¿Lo es Pablo Iglesias? ¿Su community manager intenta que lo sea para cuando deje la política o todo forma parte de un juego mal entendido? ¿Lo es Cayetana Álvarez de Toledo? Por supuesto que sí. La diputada del PP a la que Pablo Casado dio y quitó poder intenta influir desde YouTube. ¿Cómo? Mostrándose como verso suelto que abraza las posiciones de Vox sin abandonar el PP. Esta situación deja de ser graciosa cuando, en sus intentos por llamar la atención, ataca consensos básicos: “No existe la violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer”.
¿Se puede ganar dinero jugando a videojuegos?
El post de Adrián Suárez en 3DJuegos, sin duda, debería de ser muy influyente, porque es el más completo que he encontrado sobre cómo ganar dinero jugando a videojuegos. En resumen: ni con libros, ni con podcast, ni con webs sobre el tema. Nada de eso da dinero. Sí lo da tener un canal en YouTube y Twitch sobre videojuegos muy, muy trabajado y completarlo con otro tipo de actividades on-line. Lograr vivir de ello es dificilísimo, pero todavía lo es más ser jugador profesional: con una vida “laboral” de los 13 a los 25 puedes ganar mucho dinero pero son poquísimos quienes lo logran.
Algo bueno tenía que traer…
Soy de los pesimistas, si sigue esta columna ya lo sabrán: creo que no saldremos mejores de la pandemia, al contrario, y de hecho tenemos demasiadas pruebas de que está aflorando lo peor de nosotros, como sociedad y como individuos. Pero algo bueno tenía que traer tanto sufrimiento: “2020, el año que las empresas dejaron de creer en el optimismo ingenuo y los vendehúmos”, leo con ilusión renovada en Pymes y Autónomos, porque “en el momento de la verdad, en mitad de una pandemia. (…) es cuando los verdaderos líderes se dejan ver, y son los que ofrecen soluciones”. Viva lo sencillo, lo lógico y lo práctico.