A estas alturas de la monarquía española tengo pocas dudas de que esta sobrevivirá a Podemos (que sigue sin decir nada de lo importante: las facturas que pagan los diferentes ministerios del gobierno del que forma parte) y a Juan Carlos I. De hecho, el plan pasa por esperar a que el Emérito pase a otra vida, porque a mejor es imposible. El heredero designado por Franco pasará a la historia como “el campechano” cuando todos sabemos que eso es un eufemismo vil. Su hijo, como “el ejemplar” o algo similar, y a Leonor de Borbón, a sus 15 años, ya la están preparando para ser “la elegante”. El business no debe detenerse.
El más esperado
El empeño de España en mantener su Casa Real será uno de los mejores argumentos que tendremos los nacionalistas para convencer a nuestros conciudadanos de que una alternativa democrática fuera de esa España y dentro de Europa es la mejor opción. Allá ellos. Pero está claro que el plan para ubicar a “el campechano” como parte de un pasado en el que todo era posible ya ha empezado: el mejor dato de audiencia del discurso de Felipe VI demuestra el interés en ver cómo intentan tomarnos el pelo, porque nadie esperaba un arrepentimiento real o un mensaje contundente del padre al hijo. Esto va de pasta.
Los autónomos no somos “la gente”
Está claro que en el claim de “el gobierno de la gente” que usan para referirse al primer gobierno de coalición en España, los autónomos no somos parte de ese “la gente”. En un par de días volverá a subirnos la cuota, se esperan más aumentos y, sobre todo, una reforma que nos obligue a pagar de un modo directo más todavía. Por si todo esto fuera poco, el cambio que planea el gobierno español en el cálculo de la pensión, llegando a los 35 años, afectaría de un modo especialmente negativo a este colectivo, según el blog Pymes y Autónomos. De algún modo habrá que pagar las pensiones de los funcionarios, claro.
No has sacado una oposición, Íñigo
Me sorprende lo que se desprenden de las palabras de Íñigo Errejón que recogen en Público: el diputado se toma su escaño como una especie de oposición que ya ha ganado, como si no tuviera que volver a hacer campaña en 2022 (si es que dura tanto el actual gobierno español). Más País ha sido arrinconado por la maniobra de Pablo Iglesias con Bildu, al que no ha importado sacrificar a su partido en la CAV solo para minimizar la capacidad de influencia de Errejón y los suyos (todos, escaldados de Podemos) en Madrid, en el juego de tronos del vicepresidente. Y parece que Errejón ha caído en la trampa.
Podemos hablar de fracaso, sí
La vacuna permite que empecemos a ver algunas cosas con un poco más de claridad: en Xataka han publicado un post sobre “el fracaso de las aplicaciones de rastreo de contactos”. Esas que sirvieron para que los sospechosos habituales volvieran a señalar los derechos lingüísticos de la población vasca como un impedimento, esta vez, para parar pandemia. Pues no, traducir la famosa app Radar Covid al idioma con el que muchos vascos hablan con su médico no fue el problema: “La pereza y la privacidad han ganado a la salud”. Y ante los anuncios de las grandes tecnológicas, “suspicacias” y “escepticismo”.