Pablo Casado es un líder desquiciado que ve cómo se le escapa el partido entre los dedos. Cada ventaja pírrica que logra con un desgaste tremendo es neutralizada rápidamente por el PSOE sin apenas esfuerzo: son sus enemigos internos y Vox, haciéndose con los votos que él mismo ha dejado escapar por la derecha, los que le devuelven, de una patada, a la casilla de salida. Y Casado, al que se le ha ido ya todo de las manos, acaba tuiteando una reivindicación de la prisión permanente revisable para dar el pésame a la familia de Esther López. Una ley que está en vigor pero no ha impedido ninguna muerte violenta.
Fanjul sí sabe lo que es ser fascista
Si la cúspide de la pirámide del PP está así de temblorosa y apuntalada con unos argumentos tan pobres, ¿qué podemos esperar de la base? Pues lo que muestra Bea Fanjul: “Ayer conocí a un joven catalán que con 10 años se fue a vivir a Segovia y me decía, Bea, es que no te enseñaban historia de España, yo no sabía ni siquiera lo que era ser fascista” (El Huffington Post). Fanjul, que ha estudiado en la CAV, sí lo sabe, al parecer. “Entonces, ¿el 10 que saqué en la Selectividad presentándome por Historia contemporánea de España, lo aprendí clandestinamente?”, preguntaba en Twitter la catalana Estefanía Molina.
No podemos banalizarlo todo
Alberto Casero, el diputado del PP que se equivocó en su voto telemático neutralizando la maniobra de su partido y Vox con los diputados de UPN, está siendo objeto de burlas y chanzas, es cierto. Muchas de ellas, lanzadas por mentecatos en Twitter, se basan únicamente en su aspecto, y no en su habilidad. También esto es cierto. Pero no lo es que este tipo de actuaciones, que vemos todos los días contra todos los políticos, sea “bullying”, como acusan en las Nuevas Generaciones del PP. Y lo que es indiscutible es que este tipo de banalizaciones de problemas reales no benefician a nadie, y menos, a quienes sufren acoso real.
A la izquierda, también
Al respecto del quilombo de la semana pasada en el Congreso, esto que apunta Don Mitxel en Twitter (un tuitero muy conocido en Euskadi) también es muy interesante: “¿Lo del PSOE traficando con Navarra os parece bien? Sois de una izquierda acojonante”. Porque la izquierda exquisita, esa que encabezan Denis Itxaso o Unai Sordo, por lo visto y leído estos días, mira para otro lado cuando toca señalar que lo de UPN fue un cambalache para que el PSN no reprobara a Enrique Maya tras unas declaraciones xenófobas. Reprobación que ahora parece que sí apoyará por la traición de Sayas y Adanero. Otro despiporre.
Valores deportivos
Como dice Igor Filibi: “La gente tiende a ser coherente”, y aunque Diego Pablo Simeone haya logrado grandes éxitos como entrenador y hasta haya hecho suya una especie de filosofía (porque lo del “partido a partido” no lo inventó él), sigue siendo aquel “cholo” que pisó con saña a Julen Guerrero, como muestra de su fútbol. Las imágenes del domingo, obligando a un jugador lesionado a volver al campo son vergonzosas y vergonzantes, son la muestra de lo que no puede ser el deporte y, como en el caso de Casado, son las imágenes que retratan a un líder desquiciado cuyo ciclo ha llegado a su fin. Feliz fin.