Desde el principio de la legislatura española mi apuesta fue que el PSOE acabaría gobernando en solitario, intentando capitalizar la gestión, y así convocaría Pedro Sánchez las elecciones. Parece que todo apunta a que sigo sin acertar con mis predicciones, pero esta vez tampoco me he ido muy lejos: según deslizan en EPE, la parte socialista del gobierno va a terminar la legislatura como si pasara de la parte morada. Lo estamos viendo con la corrección de la ley conocida como “solo sí es sí”: en el PSOE va a promover su reforma a su manera, convencidos de que los de Podemos “del gobierno no se van a ir”. “Ni con agua caliente”.
Si no es el centro de atención se aburre
En la política de hoy, tan “líquida”, si algo no necesitan los partidos es que alguien los desestabilice desde dentro ni que, desde fuera, lo aplaudan. Así, todas y todos damos por hecho que en el PSOE, por un lado, respiran ante el anuncio de Odón Elorza de que deja su escaño y, por otro, contendrán la respiración hasta ver dónde aterriza. Ana Martín tuiteaba así: “Don Odón ha estado 44 años viviendo de diversos sueldos públicos. No le parecía suficiente e intentó ser nuevamente el candidato en San Sebastián, pero perdió las primarias. Sabía que no iba a repetir en las listas de las generales y se ha ido antes. Ésa es toda su heroicidad”.
Yo tampoco la entiendo
Una política “líquida” y una economía “virtual”. ¿Qué puede salir mal? Si ante lo primero me resisto y me revuelvo porque conozco un poco las mecánicas, después de 20 años observándolas, ante lo segundo estoy perdido. Mucho más de lo que lo está Ícaro Moyano, que en un solo tuit irónico concentraba las señales de lo que no está bien pero sí está a la vista de todos: “Enero en Glovo: empezaron el año repartiendo más de 100 millones entre sus directivos, luego pagaron 50 en multas por contrataciones ilegales y ahora van a despedir a 250 trabajadores. Entiendo regular la nueva economía”.
Sorpresa. O no tanto
Igual que no me gusta la política “líquida”, no me gustan esas tortillas en las que metes el cuchillo y se desparraman, llenando el plato de huevo sin cuajar. Hay suficientes pruebas en nuestros bares de que una tortilla puede ser jugosa y, a la vez, estar bien cocinada. También hay demasiadas pruebas de cómo se puede hacer mal una tortilla. Y evidentemente, tampoco me gusta la noticia del posible brote de salmonelosis en un restaurante conocido por preparar esas tortillas “babosas”, pero no me sorprende con esta moda de lo poco cocinado y el desparrame (como la tarta de queso horneada muy poco).
Una buena noticia
La victoria del Bilbao Athletic es una buena noticia. Es evidente que no todas las decisiones deportivas que se están tomando en Ibaigane y Lezama son acertadas, pero también lo es que son plenamente legítimas porque las y los socios, con abrumadora mayoría, eligieron a esta Junta Directiva. Y su suerte es la nuestra. Así que, bienvenida esa primera victoria de la “era Pallarés”, y ojalá sea solo la primera de muchas. Porque en un equipo de cantera como es el nuestro la lanzadera a la primera división no puede perderse en categorías inferiores ni sufrir la presión del descenso. Tanto el Bilbao Athletic como el Femenino sí importan.