Ayer fue un día para recoger frutos maduros: 40 años de postfranquismo (ya es una evidencia que el caudillo no se ha ido) nos dan margen, por lo menos, para zarandear al muñeco. Empezamos con el repaso en ‘El Confidencial’ a los chanchullos, enchufes, corruptelas, estafas, ocultaciones y, sobre todo, al enorme enriquecimiento del dictador, su familia y su entorno a costa del resto de españoles. Lo típico de cualquier dictadorzuelo, en resumen.
Encima tuvo suerte
¿Cómo pudo enriquecerse Franco así cuando parece que no era un tipo especialmente brillante y que puede que no pasara de psicópata enclenque? Porque tuvo suerte. Se enriqueció robando en la miseria de la posguerra y beneficiándose más que nadie del crecimiento económico español. Un crecimiento que fue pura suerte, como leemos en ‘Vozpópuli’: la desaparición de Hitler supuso también la desaparición de la gran deuda económica y política del franquismo, y la aparición de la oportunidad de posicionarse internacionalmente.
Menú franquista: 40 €
No fue anoche, será el 3 de diciembre (curiosamente, fecha del inicio de la campaña electoral) cuando 500 personas asistirán a una cena-homenaje a Francisco Franco en Madrid. En 2015, sí, 40 años después del deceso del caudillo (y por 40 euros, ¿otra casualidad?). La organización aseguró a ‘Público’ que están casi todos los sitios ocupados en el Meliá Castilla de Madrid, con cuatro estrellas, para los amantes de los nombres propios relacionados con el franquismo.
El típico tonto de Twitter
Por supuesto, no utiliza su nombre, pero tiene casi 6.000 seguidores y ayer lucía un lazo negro en su foto de perfil. Dice que es de Cádiz, pero la capacidad para justificar lo injustificable no tiene fronteras (en Euskadi tenemos a unos cuantos que llevan años haciéndolo). El usuario, el típico tonto de Twitter, para que nos entendamos, pedía condenar la violencia de la II República antes de hablar de la del franquismo. Yo no tengo ningún problema en condenar las dos. ¿Y él? ¿Y otros tantos como él?
Y Franco, ¿qué dice?
Estoy bastante convencido de que, si pudiera hablar, Franco diría que la cosa no va mal 40 años después para sus intereses y los de los suyos. La Fundación para preservar su memoria y acciones (solo que sea legal es ya un insulto), por medio de su web, informaba ayer de las misas en recuerdo del caudillo, de un almuerzo de “hermandad”, además de la cena en el Meliá, y apostillan: “40 años después de su fallecimiento, podemos afirmar que FRANCO VIVE” (sic).