La independencia afecta a toda Europa

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Sé que lo que voy a contarles es de perogrullo, pero tal y como está el nivel de la política española, necesitamos documentos hasta para asegurar lo evidente. La europarlamentaria Izaskun Bilbao, consciente de todo esto, ha colgado en Facebook, Twitter y su blog el documento que mostró el viernes en EITB, en el que la Comisión Europea afirma que un proceso independentista dentro de un estado miembro de la Unión afecta a toda la Unión. En el documento no se afirma, tampoco, que ese nuevo estado quedaría fuera de Europa. Y omite la madre del cordero en el caso español: y, ¿qué pasaría con el país que pierde el territorio?

Pero no a EE.UU.

Quien se ha desentendido del asunto de qué le pasaría a España sin Catalunya es Barack Obama que “se negó a la demanda de Rajoy de que realizara una declaración contra la independencia de Cataluña”, según ‘El Confidencial Digital’. De este modo, quien pasó a evitar el tema fue Rajoy, que no había logrado que Obama actuara como un guiñol ante sus deseos. Buenos son para eso los gringos, que no se dejan presionar por nadie, y menos por un presidente de un país al que consideran menor y confunden con México.

El PP contraprograma a las víctimas

Estoy convencido de que acabarán arreglándolo, y de que la familia de Gregorio Ordoñez homenajeara a la víctima de ETA con el apoyo del PP. Pero hasta que consigan el acuerdo que posibilite la foto, la prensa de derechas, espoleada ante la escalada de radicalidad de quienes quieren situarse más allá de los de Rajoy, no va a dar tregua al presidente español. “El PP vasco, formación a la que Gregorio Ordóñez dedicó su vida en defensa de España y la libertad, ha organizado un acto paralelo”, leemos en ‘Libertad Digital’, donde soliviantan al personal por la desatención que, a su juicio, están sufriendo las víctimas.

Y Vox lo coge al vuelo

A esto me refería: “Es normal que Alberto Garzón llame ultras a las víctimas del terrorismo, me preocupa más que lo hagan algunos del PP”. Lo ha dicho Santiago Abascal y lo recogen en ‘Periodista Digital’ que, como buen medio de derechas, echa leña al fuego que siempre avivó el PP y ahora no puede controlar. Los de la gaviota, a este paso, van a tener un problema con la fuga de votos por la derecha que, evidentemente, les debilita. Para compensar, esos votos pueden acabar tan repartidos entre Vox, UPyD y Ciudadanos, que terminarán disueltos.

Cuestión de coherencia

Al PP le penaliza la falta de coherencia que está mostrando y que no están perdonándole medios, colectivos y otros partidos. Pero la corriente de agitación por la derecha tiene su base en el hecho de que los de Rajoy la lían, se pisan y contradicen casi a diario. El último, Monago, que se mostró contrario a la reforma del aborto que proponía Gallardón… y ha acabado votando en contra de que el parlamento extremeño pida la retirada al proyecto del ministro de Justicia. Ahora, ¿qué van a decir? ¿Qué es para la galería: la posición contraria o la votación a favor?

Ni en las formas

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Si algo es constatable es que el Rey de España es cazador y mentiroso: cuando dijo aquello de la igualdad ante la ley de todos los españoles (y vascos, por extensión y obligación) pocos le creyeron. Y el tiempo nos ha dado la razón a quienes no nos fiábamos ni un pelo: la infanta desimputada por la fiscalía anticorrupción fue lo más grave, de momento. Pero es que no guardan ni las formas: en la segunda imputación consecutiva de la hija del Rey, ésta no va hacer “el paseíllo”, según ‘Vozpópuli’, y va a librarse de la foto de ella misma entrando al juzgado.

Bienvenidos todos los nuevos partidos

Pablo Iglesias, látigo de moda desde posiciones supuestamente de izquierdas a las decisiones indudablemente de extrema derecha del gobierno español, es el último que abre la puerta a la creación de un nuevo partido. Rosa Díez mostró la potencialidad de esos espacios, y tras ella han ido Mario Conde, Abascal, Lara, Pablo Iglesias, como les contamos, y hasta Kim Doctcom, el fundador de Mega, que ahora dice que va a lanzar un partido de usuarios de Internet. A todos ellos, de verdad, bienvenidos, porque hay que ponerse las botas de cabalgar caballos parlamentarios para ver lo dura y necesaria que es la democracia.

Contra las ideas viejas

Sigo con mi argumentación porque es importante oponer acción y reflexión nueva contra la más añeja, casposa y malintencionada. Por ejemplo, la del PP y algunos de sus “cachorros”. En ‘El Blog de Nadie’ han hecho una necesaria compilación de los fascistas que militan en Nuevas Generaciones y muestran en sus redes sociales digitales su adhesión a las ideas franquistas. No solo es absolutamente condenable, resulta nauseabundo ver a gente joven con el brazo en alto y posando orgullosa junto a banderas con el aguilucho. Por lo que denuncian en esta bitácora, en el PP no resulta tan asqueroso porque la mayoría siguen siendo afiliados.

¿Cómo le fue a Mariano en América?

En Internet hay versiones para todos los gustos: algunos sacan brillo a la reunión del presidente español con Obama, otros sacan punta a que el portavoz de la Casa Blanca confundiera España con México, hay quien saca chispas a las comparaciones (Obama almorzó con Zapatero, y apenas dedicó una hora entera a Rajoy), y muchos, como el periodista vasco afincado en Melilla, Eder Barandiaran, han sacado en sus perfiles la foto de un presidente de EE.UU. aparentemente agotado ante un Mariano buscando arrimarse al poder.

Eso no es justicia

Flaco favor a la verdad y las garantías del sistema hacen en ‘El Confidencial’ cuando afirman que “en ocasiones hacer justicia sale más caro que mirar en otra dirección”. Se refieren al caso de un supuesto hacker que podría pasar más tiempo en la cárcel que los violadores cuya identidad desveló en Internet (y que se enfrentan a penas reducidas por ser menores). Lo que hizo este salvapatrias no es justicia, es jugar a ser justiciero, y si lo había descubierto, tenía que haber acudido a las autoridades y facilitado las pruebas. Quienes alientan el famoso “empoderamiento” de los usuarios de Internet no suelen avisar de qué es lo correcto ni de los riesgos de tomarse la “justicia” por la mano.