Acercar la política a la ciudadanía es necesario, en eso estamos empeñados algunos desde hace tiempo. Este es un buen momento: el interés de los votantes es mayor y la situación, novedosa y, por lo tanto, excitante. Pero también es fácil percibir una banalización nada recomendable de la política: shows televisivos que juegan a sustituir mesas de negociación, e intercambios de tuits fuera de lugar. El periodista Ángel Calleja lo resumía así: “Cómo le explico a la gente que la política es importante si uno le monta un gobierno al otro y el otro le ofrece pactos por Twitter…”.
Iglesias y Rivera discuten por Otegi
En este ambiente de precampaña chusca en España, por supuesto, unos y otros quisieron utilizar a Otegi, el protagonista de la mañana (el de la tarde fue Pedro Sánchez). Pablo Iglesias quiso meter los codos a Bildu, pensando en las elecciones vascas, probablemente, y calificó de “buena noticia” la salida. Albert Rivera, seguramente pensando en las elecciones españolas, le respondió mencionando a Leopoldo López quien, según el de Ciudadanos, sí está detenido por sus ideas.
Otegi entra en campaña… ¿hasta el final?
La banalización de la política y la entrada de Otegi en las campañas vasca (por voluntad propia) y española (por voluntad de todos los partidos españoles) se resume muy bien en el tuit de Albert P. Elías (muy conocido en esta red social): “Ojalá Otegi en El Hormiguero bailando el ‘Uptown Funk’ con Pablo Motos”. Otro usuario le respondía: “¿Qué me dices de Otegi con Bertín Osborne cocinando un bacalao a la vizcaína?”. Aún no hemos resuelto lo de Madrid y en Euskadi ya ha empezado la campaña.
Los negocios del hijo del fiscal
Con una historia como la que hemos leído en Libertad Digital, Martin Scorsese hace una película de gánsters: “Cándido Conde-Pumpido Valera, hijo del que fuera fiscal general del Estado y actualmente magistrado del Tribunal Supremo, Cándido Conde-Pumpido Tourón, blanqueó más de un millón de euros de un grupo criminal dedicado a la prostitución y que fue desarticulado el pasado verano (…) Conde-Pumpido hijo habría puesto a disposición del grupo de delincuentes una sociedad propia, a una de cuyas cuentas entraban directamente los pagos realizados en los terminales de puntos de venta en los que se pagaba con tarjetas de crédito (…) El abogado se quedó con una comisión de 125.715 euros, un 12% del total de lo recaudado durante los meses de julio y agosto de 2015”.
Un modelo de negocio en dos fotos
Marcelino Madrigal ha publicado en su cuenta de Twitter dos sencillas fotos en la que se ve el modelo de negocio de algunos: comprar a China consumos en redes sociales digitales o de Apps para engordar las cifras. Más seguidores, más favoritos, más “clics”, más descargas… se consiguen con un trabajador chino, de bajo coste, delante de varias pantallas de ordenador y un montón de smartphones enganchados a la pared. La cruz de la moneda de algunos éxitos forzados.