No, los escraches nunca estuvieron bien ni fueron manifestaciones legítimas de la ciudadanía contra quien ostenta el poder en un momento dado. El asalto a la vida íntima de un político es condenable sin que importe cómo se llamen el asaltado y el convocante. Así que la contundencia con la que rechazamos a los fascistas que acosaron a Mónica Oltrá la noche del miércoles en su domicilio particular y con su familia, tiene que ser tan indiscutible como en otras ocasiones.
La carta que no importa
Parece que España ya no entiende otra terminología contra Catalunya que la militar: así que o la carta de Puigdemont era una aceptación de derrota y una humillación pública, o el propio gobierno español activaría una operación para aniquilar por completo al enemigo. La operación estaba no ya decidida, sino en marcha. Lo que no calculan estos gerentes de la inteligencia militar actual es que Puigdemont puede ser aniquilado, pero el independentismo, no.
Hablando del ejército
Si el sentimiento militar ya lo ocupa todo en el gobierno español las cuentas de Defensa no iban a ser menos: hasta 11.000 millones de euros de este ministerio están “camuflados” en las cuentas de otros para que no se sepa que el montante total de la inversión en armas es de más de 18.700 millones de euros en España, según Público, que cita al Centre Delàs d’Estudis per la Pau. ¡Y eso que, según el digital, Cospedal había admitido una sentencia del TC para ser más transparente!
Hablando de Catalunya
Con una España que cumple con su historia y plantea una batalla donde podría haber diálogo, y una lluvia de falsedades contra la educación, los mossos y los políticos catalanes (aunque es cierto que algunos son rematadamente malos entre independentistas y lealistas), es Julio Salinas el que pone un poco de sentido común: “Escucho muchas tonterías. Llevo 23 años Catalunya . Amigos de todos los lados NUNCA he tenido problemas con el idioma. NI Aqui se Odia a nadie” (sic).
Me parece muy bien
Me parece tan bien que les vaya viento en popa a las diseñadoras del bolso con la bandera de España que Cristina Cifuentes dio a conocer el pasado 12 de octubre, que hasta les indico el link a su Instagram por si quieren comprarlo. No es mi estilo, tampoco lo sería, de entrada, uno con el diseño de la Ikurriña. Pero sí reclamo el mismo respeto si quieren coserlo, venderlo y yo adquirirlo. Al final, solo se trata de eso, de querer entenderlo y de querer llevarlo con naturalidad.