La coherencia

Sorprendentemente (sí, me he sorprendido), Manuel Pimentel ha publicado un texto bastante interesante en The Objective sobre la coherencia o, mejor, sobre nuestra falta de coherencia: “Los turistas son siempre los otros, pura chusma desatada”. Son dos melones que tenemos que abrir: el del modelo turístico y el del modelo de sociedad llorica y egoísta que estamos construyendo. “Queremos viajar nosotros pero ponerle trabas a los demás”, escribe Pimentel. Queremos vuelos de bajo coste pero nos quejamos de que esos mismos aviones traigan turistas. Queremos Airbnb céntricos, bonitos y baratos, pero siempre en otra ciudad.

Vamos a por ello

Estamos en agosto, el mejor momento para abrir un melón. En el Diario de Ibiza recogen un comunicado la plataforma “Prou!” contra la masificación turística: “Todos querían -y quieren- vuelos baratos, ¿pero a qué coste? ¿los que vienen en vuelos low cost aportan algo a la isla?”. Se preguntan. Interesante reflexión: entonces, ¿a quienes vuelan caro sí los queremos? ¿Y cuando no podamos volar? En el mallorquín Última Hora leemos esto otro: “Sumar propone prohibir el alquiler vacacional en Baleares si el dueño no vive en el piso”. Una propuesta blanda, en mi opinión: el alquiler vacacional debería de estar completamente prohibido.

Sabemos cuál es el principal problema

Sabemos cuál es el principal problema que está generando este modelo turístico: el alquiler vacacional. “La peluquería de tu calle es ahora un piso turístico: así destruye la especulación el comercio local de los barrios”, titulan en Público. Y aciertan: los Airbnb y similares son un cáncer que, como tal, hay que extirpar. No cabe regulación posible, solo debe satisfacernos su prohibición. Porque molestan, encarecen las viviendas, vacían los locales comerciales y masifican nuestras ciudades: el flujo a hoteles y cámpines es controlable. Los pisos turísticos, como las “furgos” y las autocaravanas que se apalancan, generan descontrol (y menos gasto).

Podemos evitarlo

Sigo con Público, que sigue esa tradición tan española de hacer que los periódicos de Madrid sean a la vez locales y nacionales. “El turismo arrasa con la vida vecinal en Madrid: Malasaña, Letras y Palos de la Frontera, en pie de guerra”, titulan otra pieza en la que vuelven a avisar sobre “la subida de los precios de la vivienda y la destrucción del comercio local”. Sabemos cuál es el problema, conocemos sus consecuencias y podemos atajarlo pero, claro, para eso tenemos que dejar de alojarnos en pisos turísticos y de volar en low-cost, y admitir que tendremos que dejar de salir y que solo podrán viajar quienes más tienen.

“Fodechinchos”, los demás

Por supuesto, en este acto de incoherencia y egoísmo global no podía faltar el odio ni la mierda que generamos en X. Por ejemplo, este verano ha hecho mucha gracia el término “fodechinchos” para referirse a los turistas que visitaban Galiza. Quienes lo usan se ven como nobles guardianes de su tierra, pero se parecen más a personajes de Pedro Vera que se intentan reírse de las y los visitantes que se acercan al pueblo. Y en Asturias se ha puesto de moda hablar mal en redes sociales sobre el territorio, su clima y hasta su gastronomía, es decir: se ha puesto de moda hacerse un selfie tirando piedras contra tu propio tejado.

Huelga de hippies

¿Tienen derecho a la huelga los hippies de Ibiza que se dedican a tocar los tambores durante la puesta de sol? Entonces, ¿lo que hacen es un trabajo? ¿Cobran por ello? ¿Cotizan? Si se quedan las propinas, ¿se la gastan? ¿Y todo eso no es capitalismo con tintes de fraude? Yo no tengo las respuestas pero sí la noticia del Diario de Ibiza: el creador de “los tambores de Benirràs” reclama colaboración pública y se queja de que las empresas hosteleras privadas no compartan beneficios con ellos.

Centrémonos

Hasta el final de la pieza en Vozpópuli no desvelan que no, que Sofía de Grecia no está devolviendo a Juan Carlos I sus infidelidades con un novio nuevo: visita regularmente a su hermano en Kranidi, no a un amante. Pero hasta llegar ahí está lo jugoso: el buen vivir de los reyes y los reyes eméritos (que pierden responsabilidad pero no “gas” de “gasto”), y cómo Letizia Ortiz pasa de su familia política en Mallorca y de los veleros, como la típica nuera cabreada por compartir sus vacaciones.

La ruina de Venezuela

Según los portavoces oficiales entre los progres no nos gusta lo que está haciendo Maduro porque tenemos interés en los riquísimos recursos naturales de Venezuela a los que la derecha de todo el mundo quiere echar mano. Entonces, ¿por qué no los usa? Porque es incapaz: Carlos Sala recuerda en La Información cómo las expropiaciones de empresas que pasaron a manos de militares desde el principio del Chavismo han paralizado la economía y empobrecido a un país de funcionarios que dilapida recursos.

Demandados por piratería

Siempre me ha parecido un atraco a mano armada el canon digital que nos impone el gobierno español porque antes o después vamos a delinquir cada vez que nos compramos un DVD virgen, una memoria USB o cualquier dispositivo que almacene o reproduzca música o películas. Así que, sí, creo que merece la pena que hablemos de que Universal Music, parte de esa industria que empuja a que nos atraquen, esté siendo investigada por usar una tipografía con beneficio comercial sin pagar por ella.

Hartos del “zasca” y los palmeros

Efectivamente, como bien tuitea Robustiano Mazas (que tiene pinta de ser un nombre inventado): pocos palmeros peores hay en Internet que los que se dedican a aplaudir y determinar lo que ha sido un buen “zasca” de su ídolo (preferiblemente político, probablemente del entorno de Podemos). Esa masa de seguidores acríticos que solo siguen, defienden o atacan lo que toca, sin pensar primero por sí mismos, es la que empeora las redes sociales. Pero muchos la necesitan.