Blas de Lezo, el nuevo héroe nacional

La reciente obsesión por Blas de Lezo que muestran los líderes de Vox y sus seguidores no puede ser casual: están convirtiendo al militar del ejército español en un elemento casi totémico cuando reclaman con insistencia una película sobre el personaje. Abascal, que nunca ha tenido miedo a hacer el ridículo, se descolgaba en Twitter asegurando que, si es necesario, él mismo va a buscar a Mel Gibson para que produzca el film. Como si Blas de Lezo fuese el icono de la historia de España heroica y olvidada, y como si no hubiera películas que legítimamente ya rescatan esos pasajes épicos.

Y Maduro, el nuevo antihéroe

Sigo creyendo que Nicolás Maduro es un personaje indefendible, pero me ha parecido muy interesante el tuit de Joaquín Urias sobre la entrevista que le hizo Jordi Évole: “Resulta interesante escuchar a Maduro. No es, ni mucho menos, un tipo torpe ni simplón. En la entrevista se perciben sus sombras, pero también sus luces. El personaje puede no gustar y aun así nada justifica que España apoye un golpe de Estado en Venezuela”. En efecto, Maduro demostró cierto control de la situación y aplomo para regalar, y la “operación Guaidó” levanta sospechas. Pero el desastre chavista es ya insostenible.

Polémicas rápidas

Yo también tuve claro cuando seleccioné el tuit de Antena3 que el titular era otra muestra de la España chusca: “Totalán convertirá en un recinto visitable la zona del Cerro de la Corona donde se cayó Julen”. Pero, una vez leído el detalle, tener una opinión no me parece tan sencillo: antes del accidente el ayuntamiento barajaba hacer algo con ese espacio, ahora se plantea qué teniendo en cuenta lo sucedido. Pero pararse a pensar no es compatible con tuitear que, cada vez más, consiste en lanzar una sentencia sobre el tema del momento sin tener en cuenta lo que puede haber detrás.

Ahora, sí: Mourinho, no

Me gustaba Mourinho: un entrenador capaz de decir “aquí estoy yo” y servir de pantalla a sus jugadores, como el mejor Javi Clemente. Un personaje que había convertido su escalada hasta la cima en un modelo a seguir. Un manipulador que sabía crear y manejar polémicas… Hasta que estas se le volvían incontrolables, en el campo sus equipos no respondían y la derivada económica de su éxito empezó a tener que ver con el fraude fiscal. Ayer Mourinho aceptó que sí había defraudado 3,3 millones a la Hacienda española y pactó un año de prisión que no cumplirá y el pago de 2,2 millones. Agur, Mourinho.

Patrimonio de todos

Aunque no lo reconozca como tal, a efectos prácticos el patrimonio cultural español también es en parte mío porque su mantenimiento se paga con nuestros impuestos indirectos y vía cupo. Así que me parece un escándalo con poco espacio en los medios lo que han publicado en Moncloa.com: “El Museo del Prado ha conseguido localizar desde 2017 ocho obras de su inventario que se encontraban perdidas por diferentes ministerios. Estas obras forman parte de los fondos de la pinacoteca que se encontraban en depósito en diferentes edificios oficiales desde hace décadas y a las que se les perdió la pista”.

El triunfo de todas y de todos

Es la singularidad de un club que mantiene su esencia (salvo alguna cosa, como diría Rajoy). Es el acierto de una institución que ha pagado la novatada de los asientos sin numerar pero que siempre tendrá en su haber abrir de par en par San Mamés para las leonas. Es la sensibilidad de una ciudadanía convencida de que la sociedad vasca será plenamente igualitaria o no será. Es la acumulación de políticas públicas, iniciativas parlamentarias, trabajo de las asociaciones y respaldo de la prensa a leyes y programas a favor de la igualdad. Y sobre todo es porque las jugadoras del Athletic se lo han ganado jugando al fútbol.

Hazlo o no lo hagas

Borja Sémper quiere seguir haciendo como que no, pero es que sí. “Si el populismo reaccionario nos arrastra, yo no pinto nada en política”, leo en República.com antes de preguntarme: ¿cuántas pruebas necesita el gipuzkoano para darse cuenta de que su partido hace meses que ha caído en el populismo reaccionario? ¿Cuántas veces va a tener que ver a Yolanda Couceiro en sus actos de partido? ¿Cuántas declaraciones populistas de Alfonso Alonso o Amaia Fernández más necesita? Y todo eso, sin salir del PP, porque podríamos seguir por los socios que ha elegido Casado.

Y esto, ¿cómo lo justificáis?

No me gusta lo que está pasando en Venezuela, no me gusta que alguien apoyado por los EE.UU. de Trump sea el elegido para devolver la democracia, y no me gusta nada que se aliente un enfrentamiento civil. Pero lo que no entiendo es que alguien sea capaz de defender a Nicolás Maduro, el responsable del empobrecimiento de un país rico, el que no ha dudado en vaciar de poder los espacios que ganaba la oposición para concentrarlo, el que ha encarcelado a los opositores, el que no convoca elecciones transparentes, y el que se apoya en un ejército que siempre, siempre ha decidido el poder en Venezuela.

¿Cuánto durará Facebook?

Hace solo unos días lo comentaba con una compañera de una agencia de publicidad: mi apuesta es que Facebook será una herramienta útil todavía para las campañas en las elecciones de mayo, pero no creo que lo sea en las siguientes (presumiblemente, generales). Pero después vi esta noticia en Trecebits y me entró la duda: la mitad de las cuentas en esta red social son falsas. Es decir, de la cifra de usuarios que ofrece Facebook para su negocio solo la mitad corresponde a personas. El resto son cuentas duplicadas que no afectan a la medición de audiencia. Hola, Instagram.

Lo emiten porque lo ven

Ya han pasado varios días desde que retiraron el cuerpo sin vida de un niño que había caído en un pozo de más de cien metros. Ya nadie juega con la esperanza de una familia desgarrada doblemente por el dolor. Ya no hay especiales de telebasura. Ahora toca reflexionar, pero soy bastante pesimista: sí, mi profesión también incluye cubrir del peor modo una tragedia. Y sí, en Euskadi consumimos esos programas: “Los medios masivos no ‘engañan’: dan, dentro de la legalidad, lo que el espectador quiere. Y el espectador no es ‘engañado’ sino que quiere lo que dan los medios masivos”, tuiteaba Edu Galán.

Comunicación política básica

No son pocos los que han visto a Pablo Iglesias en Euskadi protegido y filmado como una estrella del rock. Todo ese protocolo tan cuidado suma cuando te va bien, pero cuando te va mal hace que los vídeos parezcan solo otro producto mainstream. César Calderón tuiteaba un mensaje sin mencionar a nadie que ilustra estupendamente lo que les cuento: “Para surfear la ola cuando la marea va a tu favor vale cualquiera. Los buenos profesionales son los que son capaces de marcarse un 360 con la ola en contra y sin el invento atado al tobillo. Y estoy hablando de comunicación política”.

Y ética básica

Un asunto interno de Podemos en Galiza me queda evidentemente lejos, pero no he podido evitar sorprenderme ante lo que he leído en El Independiente: después de desechar por un defecto de forma un informe que cuestionaba la limpieza del proceso interno en el que Carolina Bescansa fue derrotada por una diferencia muy justa, el vencedor, el oficialista (de Pablo Iglesias) Antón Gómez Reino, “ha desmantelado por completo la Comisión de Garantías y ha anunciado una nueva configuración, que preside ahora un miembro que concurrió en la lista del actual líder de Podemos Galicia”.

¿Cómo iba a saberlo?

No voy a permitir que la semana termine sin compartir con usted este tuit de José Miguel Gamboa: “Miguel Sanz, expresidente del Gobierno de Navarra, dice en la Comisión de la CAN que se enteraba de lo que cobraba de la Caja, algún año más de 100.000 €, cuando hacía la declaración de la renta”. Hay que tener el rostro de hormigón armado para soltar eso. ¿Cuánto ganaba y de cuántos sitios diferentes para que se le escapara el origen 100.000 euros al año? Y sobre todo: ¿por qué? Si desconfío de quienes entran millonarios a la política, menos me creo a los que salen millonarios de ella.

Allí manda el ejército

Por desgracia, sé más de Venezuela de lo que desearía: con Hugo Chávez primero y con Nicolás Maduro después, la información sobre sus desmanes era habitual en los medios españoles y vascos por la clara vinculación entre estos países. Y tengo varias cosas claras: el petróleo ha financiado el populismo (y no solo el de allí), el populismo funcionó porque había mucha gente desprotegida, Nicolás Maduro es un absoluto incapaz, y en Venezuela gobernará quien quiera el ejército, por eso, como leemos en la BBC, Guaidó intenta atraerse a la cúpula militar. ¿Por qué nunca lo mencionan todos los que, como los generales, apoyan el chavismo?

El final de un modelo de negocio

El frenazo de Facebook y Twitter ha provocado que caigan los medios digitales que nacieron explotando el modelo de negocio que estas redes ofrecían. Esta es una afirmación sencilla que se complica en la medida en la que nos hayamos dejado complicar la vida por los visionarios que aseguraban que estas fortunas puntuales y dependientes de dos productos eran un cambio de paradigma. Hoy, los medios de siempre prevalecen y sus webs pueden tener noticias ligeras, pero generan certidumbre. Al respecto, el hilo de José Manuel Rodríguez en Twitter me parece muy clarificador.

Espinar también lo deja

Algo va muy mal en Podemos si hasta Ramón Espinar deja todos sus cargos: secretario general del partido en Madrid, diputado en la Asamblea de la Comunidad y portavoz en el Senado, ahí es nada. Políticamente, la pérdida es mínima, ya que su capacidad nunca fue sobresaliente y su impacto casi nunca fue positivo para la formación morada, pero su abandono es un síntoma. Un síntoma de que Iglesias y Echenique están cada vez más solos y dispuestos a dejar Podemos hecho unos zorros antes que compartir el liderazgo o las decisiones. El partido se hunde empezando por su proa: Madrid.

Podemos renuncia a Madrid

Podemos es un movimiento profundamente Madrileño. Cuando algunos decían a los del 15-M que montaran un partido, Iglesias, Monedero, Errejón y Bescansa lo hicieron. Eso siempre lo tendrán en su haber. Y capitalizaron inicialmente toda esa indignación. Pero apenas han durado una legislatura. Así que el peor escenario para los que quedan en este partido es el de empezar a hacer aguas en Madrid, precisamente: entre el desprecio de Carmena (a la que ahora intentan desacreditar) y el desafío de Errejón, se encuentran arrinconados pensando en abandonar su espacio natural.

Y el PP, a Euskadi

Podemos esperar que Alfonso Alonso lo arregle matando moscas a cañonazos, como cuando sugirió que Urkullu pactaría con Abascal justo antes de que lo hiciera Casado en Andalucía, pero el roto que ha hecho el PP a su taifa vasca va a ser difícil de coser: desde la sede en la calle Génova acusan a Sánchez de ceder ante ETA incluyendo la de prisiones entre las transferencias a traspasar próximamente cumpliendo con el Estatuto de Gernika, es decir, con la ley. Alonso sabe que en Euskadi conocemos la verdad y que en Madrid le han abandonado a su suerte, pero intentará que los platos rotos los pague otro.

¿Cómo y por qué?

Generalmente intento traer a esta columna opiniones que encuentro en Twitter porque son valiosas y las emiten ciudadanos normales con las ideas más claras que yo. Pero a veces tengo que rendirme y copiarles los mensajes que lanzan “tuitstars” como Juan Soto Ivars: “Por sucia que sea la maniobra contra su gobierno, que lo es, y mucho, para ensalzar a Maduro hay que estar bien zumbado”, escribía sobre Guaidó. Y estoy completamente de acuerdo con el periodista: ¿cómo y por qué personas que se tiene por progresistas son capaces de defender a un incapaz controlado por el ejército como Maduro?

La distopía política

No quería terminar la columna sin rescatar uno de los mejores tuits que he visto esta semana y, posiblemente, lo que llevamos de año: Antonio Cartier recuperaba la desafortunadísima cita de Albert Rivera sobre la gestación subrogada y la convertía en un “meme” con inesperado buen gusto. “¿Hay algo más bonito que concebir un hijo para otra mujer?”, la pregunta acompaña a una imagen de la serie El Cuento de la Criada, una distopía en la que, en un presente paralelo, EE.UU. es gobernado por ultracatólicos que fecundan a las mujeres fértiles para quedarse con sus hijos. Rivera lo clavó.

Ni con unos…

Siempre que he leído u oído una entrevista o una intervención de Miguel Urbán he acabado con la misma sensación: la del tipo con buena memoria y un hablar firme que te hace creer que sabe más que tú porque es capaz de citar una serie de datos o frases hechas. De hecho, su tuit sobre el intento de Juan Guaidó de ser presidente venezolano solo es un refrito, uno más, de lo de siempre: golpe de estado patrocinado por EE.UU. y Latinoamerica como patio trasero. No niego esas evidencias, pero con ese paternalismo tampoco puedo. Venezuela tiene que ser, por fin, lo que elijan los venezolanos libremente.

Ni mucho menos, con otros

A Miguel Urbán se le olvida mencionar un elemento clave: Nicolás Maduro, el primer responsable de la situación política venezolana. Pero la presencia de este presidente, por muy tramposo que sea y muy incapaz que parezca, no puede ser la excusa para cambiar la jefatura de un estado de un modo tan discutible como pretenden Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal en España (y Trump o Bolsonaro, fuera). Desde luego, en el bando de estos yo no voy a estar. Y por supuesto, es perfectamente compatible querer una Venezuela sin Maduro y no quererla con Guaidó así.

La coherencia importa, y mucho

Tampoco estaré en el bando que señale Sortu como el bueno, por una cuestión de principios básica. Si quienes fueron templados (cuando menos) con el terrorismo en Euskadi y todavía hoy son los responsables de gestionar la herencia del dolor y sus responsables, muestran un camino, ya sé que es el que no hay que tomar. Y lo sé por los caminos que antes mostraron y recorrieron. No solo Maduro es un presidente indeseable por lo que hace y dice (que viene del futuro o que ha hablado con Chávez en sueños, en forma de pajarito), también por quienes le apoyan: Rusia, Turquía, Cuba o Bolivia.

El petróleo también pagó a Monedero

Y ante todo este marasmo informativo y, sobre todo, opinativo, lo que menos necesitamos son lecciones. Así que Pablo Iglesias (como otros miembros de Podemos y la izquierda oficial) podía haberse ahorrado el tuit en el que sugiere que el petróleo de Venezuela es el que impulsa la injerencia extranjera y el ascenso de Guaidó. No lo niego, no nací ayer. Pero tampoco puede negar él que sin ese petróleo Chávez y Maduro no podían haber acometido su política populista, ni haberse enriquecido, ni haber pagado la consultoría (y el favor) de esa izquierda globalizada, enriquecida y populista.

Lo que diga el ejército

Antes que de la legitimidad del chavismo podríamos hablar del golpe de estado de Chávez. Después de la legitimidad de Maduro (que él mismo ha puesto en entredicho no convocando elecciones) debemos hablar de que en Venezuela pasará lo que el ejército quiera, como nos ha enseñado la historia reciente. Es decir: los Urban, los de Podemos, los Iglesias, Monedero o Errejón, reafirman esa legitimidad marcial como los Casado, Rivera, Abascal, Trump, Bolsonaro o el propio Felipe González quieren que el ejército cambie de bando (y de intereses). Hablemos de todo o callémonos todos.