
Me ha sorprendido el interés mediático que ha levantado el juicio a Luis Rubiales más de un año después de que el entonces presidente de la RFEF besara a la jugadora Jenni Hermoso, que acababa de ganar un mundial. Me ha sorprendido porque para mí es evidente que se sobrepasó (lo hemos visto ya todas y todos) y porque él me parece tan interesante como un personaje de Pedro Vera: según ha denunciado Hermoso en el juicio, Rubiales le dijo “a ti y a mí nos gusta lo mismo” (Iusport) después de lo sucedido. Que caiga el peso de la ley sobre él, sí, pero que caiga también el peso sobre quien le sostuvo hasta ese momento.
Más ideas para Pedro Vera
Tengo en casa varios volúmenes de los “Ranciofacts” de Pedro Vera, el dibujante que mejor retrataría a Luis Rubiales y a Juan García-Gallardo, que anunciaba ayer que abandonaba Vox, entre otros motivos, porque “acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera” (El Diario). “¿Qué es oligarquía?”, preguntó Abascal a García-Gallardo, clavando su pupila en el apellido compuesto del que fue vicepresidente de Castilla y León. La verdad es que, en mi opinión, esta historia tampoco da para mucho: a personaje chusco, chiste rápido… Si eres el citado Pedro Vera y tienes ese talento, claro.
La gente quiere aventuras
Estoy 100% de acuerdo con este titular en Euronews: “Protestas masivas en Alemania contra la extrema derecha: ‘No se juega con los nazis’”. Por desgracia, soy cada día más pesimista, y veo claro que la ciudadanía no tiene ningún problema en jugar con el fascismo: allí (Alemania, Italia, EE.UU., Rumanía, etc.) y aquí. Llevo mucho tiempo advirtiendo de que la gente quiere aventuras cuando vota porque da por hecho que su seguridad está garantizada y no ve peligrar ni su sueldo, ni su pensión, ni su libertad. Pero eso es solo una ilusión: el fascismo es lacerante y clasista por definición, y no podemos jugar a votarle. Yo lo tengo claro. Otras y otros, no.
Demasiado hemos aguantado
El fascismo ha avanzado y sigue avanzando gracias a cómo algunos (muchos de ellos, incapaces de distinguir entre un fascista y un demócrata) han sobado la palabra “fascismo”, y gracias también al extremo cuidado que hemos tenido durante años de no dañar a ningún colectivo, tampoco al fascista: “Ni rastro del concurso internacional para la resignificación del Valle de los Caídos que el Gobierno anunció para enero. El Gobierno restrasa ‘sine die’ uno de los pocos puntos concretos de su programa conmemorativo del 50 aniversario de la muerte de Franco” (El Independiente). ¡A la porra sus iconos y sus héroes!
No te digo lo que aguantan
España ha aguantado el franquismo hasta que este se ha reforzado y Euskadi ha aguantado su fascismo hasta que este ha encontrado la manera de vestirse con piel de cordero (y abrigos de Helly Hansen). En otros países, por desgracia para su ciudadanía, siguen soportando a su dictadura y sus excesos: “Marruecos ha creado un hipercoche y su rey ha guardado las dos únicas unidades en su garaje” (Xataka). Se trata del Laraki Sahara y cada unidad cuesta dos millones de euros. Los vehículos forman ya parte de la “colección” de Mohamed VI, que vive el lujo como un ultrarrico más, de esos que sobran. Y a las pruebas me remito.