Ya es casualidad

Leemos en Deutsche Welle que “políticos de AfD se reunieron con neonazis en Suiza”. En concreto, lo hicieron con la organización “Blood & Honour” y “para abordar temas políticos como la inmigración”. Tuvieron que hacerlo en Suiza porque “dicha agrupación fue prohibida en Alemania en el año 2000”. Además, “en el encuentro participaron miembros del grupo suizo ‘Junge Tat’ (Acción Joven) y los llamados ‘Schweigersöhne’ (Hijos del Silencio)”, que son “radicales violentos neonazis”, según el medio que lo ha publicado la información en Alemania, ‘Correctiv’. Ya es casualidad. También lo es que Elon Musk pida el voto para la AfD.

“Racistas contra ‘tech bros’”

Me ha hecho gracia el titular en El Diario sobre la noticia del enfrentamiento dentro de la derecha estadounidense: su ala más racista está en contra de “los visados para contratar a extranjeros altamente especializados”, a los que Elon Musk quiere quitar los límites. Lo cierto es que es contradictorio que Donald Trump esté aprovechando cada tiroteo para hablar mal de la inmigración y que su fichaje estrella (¿o Musk fichó a Trump?) ahora quiera abrir la barrera sin límites a quien pueda mejorar sus productos tecnológicos (principalmente, los de Musk, sí). Pero así es la derecha estadounidense.

Esto lo permite la tecnología

Soy de los (pocos) que cree que el acceso a Internet debería de estar controlado. De hecho, creo que lo peor que nos ha pasado como civilización es la internet comercial. Así que para acceder a la inteligencia artificial, como poco, pediría el carné de buena persona. Lo que es indiscutible es que la tecnología y las grandes plataformas son las que han posibilitado esto: “Una periodista alemana descubre un chat de Telegram con 70.000 hombres que comparten cómo drogar a sus parejas y cómo violarlas”. Lo publica el Telegraph y lo he visto en Meneáme. Pero no es la primera vez que leo alertas preocupantes sobre Telegram.

Le falta lo de Airbnb

Un síntoma clarísimo de que me hago mayor es que estoy de acuerdo recurrentemente con Enrique Dans. De hecho, su post: “Turismo: la crisis que viene”, me parece bien medido porque no se coloca en la posición fácil (criticar el turismo) y sugiere la solución más evidente (los cupos). Yo sí hubiese señalado sin tapujos a Airbnb como el principal causante de la saturación, pero de lo que ha escrito Dans, el párrafo más valioso está casi al final: “Seguir sobredimensionando el modelo masivo no funciona, y menos aún para destinos que supuestamente venden un modelo distinto”.

Spoiler: no tiene hijas ni hijos

En Genbeta (sí, sigo leyendo blogs) he llegado también al final de este post: “Durante años decidí trabajar pocas horas al día, vivir con poco y tener tiempo libre. Los que no me entendían, ahora me dan la razón”, para comprobar si en el relato de su autora, Bárbara Bécares, aparecía algo que lo cambia todo, tener hijas e hijos. Todo lo que apunta: la libertad, seguir estudiando, vivir en varios países, trabajar poco, preocuparte menos por el dinero, compartir tu casa con desconocidos e incluso relajarte, es imposible cuando una persona decide ser socialmente responsable y asegurar otra generación.

El año de Elon Musk

Si el mundo es suyo, ¿cómo no va a serlo el 2024? Elon Musk es, para mí, el personaje del año, y ninguno de los motivos que lo aúpan a la cima nos beneficia. A él, sí, claro: las criptomonedas se disparan con el apoyo de su gobierno, SpaceX venderá más a la NASA y el proteccionismo hará que Tesla no tenga que preocuparse de sus competidores chinos. Él gana porque el mundo (la política interna estadounidense salpica al planeta entero) pierde. Y todo esto sin hablar de X. Pero el mayor problema que genera Musk es la plaga de admiradores e imitadores que aspiran a ser eloncitos. Pobres.

El tonto del pueblo

Seguro que Alvise Pérez admira a Elon Musk. Subo mi apuesta: seguro que se ve a sí mismo como un Elon Musk español. Otro pobre. Pobre de espíritu, europarlamentario de cartera y tragabulos de primera (de lo que se come se cría): “Alvise Pérez se cree la inocentada de Electomanía e informa que Junts y PP presentarán una moción de censura” (Menéame). Alvise, dando muestras de su olfato e inteligencia, cogió la inocentada de Electomanía y la llevó a su canal de Telegram en forma de nota e incluso añadió declaraciones para dar su opinión. Y con estos métodos consiguió más de ochocientos mil votos.

El año de Bárbara Rey

En 2024 confirmamos que Juan Carlos I y Bárbara Rey fueron algo más que amigos especiales. Lo que abría la puerta a creer todos los rumores que acompañaron a la aventura: que había más, que él hacía lo que le daba la gana, que entre todas y todos compramos el silencio de ella y que, si volvemos al principio y damos por hecho que hubo más follamigas, también habría más silencios asegurados con dinerito público. Y en 2025, ¿qué? ¿Alguien iniciará una investigación de oficio para saber si todo lo que barruntamos es tan cierto como las fotos del amor? ¿Alguien calculará cuántos hospitales se quedaron sin construir por ese dinero?

La DANA de Valencia

El cambio climático mata, los recortes matan y la irresponsabilidad mata. Esas son las lecciones que debemos extraer de una tragedia tan enorme como la de la DANA de Valencia. Un fenómeno atmosférico agravado por las carencias de las unidades de emergencia y, sobre todo, por una incapacidad manifiesta de las y los gestores que tenían que tomar decisiones ante una situación que era más grave cada hora. Todas las críticas que dirijamos en 2025 a quienes niegan el calentamiento global, a quienes anuncian rebajas fiscales sin informar de qué dejarán sin presupuesto y a quienes hacen la del avestruz son necesarias.

No es imposible

Hemos despedido 2024 con una estupenda noticia en lo político: la oficialidad de la selección de Euskadi de pelota está al alcance de la mano. Ninguna de las trabas anteriores (empezando por la oposición de Bildu a la norma que lo posibilita) ni futuras (los recursos que se esperan) debería de impedir un primer paso esperanzador y emocionante: ver a la tricolor en una competición oficial. Quedan más, muchísimos más pasos, pero ahora ya sabemos que no es imposible. 2025 tiene que ser el año del “más y mejor”. Pero también el de anotar la matrícula, de una puta vez, de quienes ponen las trabas.

Una política asquerosa

El modo de hacer política del PP es asqueroso. Con todas las letras. Lo vi en el 24h, en directo, sin salir de mi asombro: el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, convocó a la prensa para dar las gracias a Alberto Núñez Feijóo tras haberse interesado por la situación durante la DANA y darle paso en el micrófono. Así, no. Así no ayuda a nadie, así no coloca discurso, así no aporta nada. Al contrario: ha dejado claro, otra vez, de qué madera está hecho este PP. Y es madera podrida. Sin alma. Capaz de cualquier cosa. Se han retratado (una vez más, no sé de qué me sorprendo), que apechuguen con lo que han hecho.

La inutilidad

Me he limitado a retratar un hecho concreto protagonizado por Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón, y provocado por el propio PP. Pero lo cierto es en este partido tienen un grave problema con su manera de hacer política hoy. Antes de la DANA, el propio Mazón suprimió la unidad de emergencias, y Núñez Feijóo firma pactos con Vox, un partido negacionista. En Menéame recuperaron esta noticia de julio de 2023: “Vox propone cerrar ‘agencias meteorológicas’”. Por desgracia, estamos viendo estos días, literalmente, los lodos de esas decisiones. Y no podemos dejarlas pasar.

No, no son “los periodistas”

No voy a cargar las tintas contra mis compañeras y compañeros en este día de todos los santos, no tengo alma de mártir. Al contrario. ¿Podía algún medio haber descubierto la verdadera cara de Íñigo Errejón? Doy por hecho que si no lo han publicado es porque nadie había encontrado nada publicable salvo una contradicción evidente entre los dichos y los hechos. La carga de la culpa está en otro sitio, Carlos Padilla lo expresa con claridad en The Objective: “El portavoz del partido más feminista de España y de parte del hemisferio norte resulta ser un tipo con problemas de adicción que además trata a las mujeres como objetos, y no dimite nadie”.

Aquí, tampoco

Igual que no podemos generalizar y afirmar que todos los hombres con cierto poder tratan acosan a mujeres, ni que todos los políticos consumen cocaína, no podemos hablar de “la prensa” cuando son casos aislados (uno de ellos, Vito Quiles, que de periodista solo tiene la excusa) los de las y los periodistas que creen que es una buena idea la de acosar al padre de Íñigo Errejón. Una praxis tan mala como excepcional y que, además, la profesión reprueba porque tiene dignidad. Mucha más que la que nos asignan y que la que perdemos con mierdas como la descrita. “Es morbo y deshumanización”, elevan con acierto al titular en Público.

Por pesado

En El Imparcial se preguntan: “¿Por qué no le han dado el Balón de Oro a Vinicius Junior?”, y yo tengo clara la respuesta: por pesado. No es una ligereza, es que el Real Madrid y el propio jugador (y también algunos periodistas, no podemos negarlo) han sido unos pesados anunciando (y condicionando) que el balón de oro iba a ser para él. Pero reconozcámoslo: no es tan bueno (estamos viviendo una época de transición hasta que vuelvan a surgir jugadores que hagan historia), es un provocador y sus quejas son una pelmada. Así que me sorprende que haya quedado segundo pero porque creo que su puesto debería ser peor.

¿Qué puede salir mal?

¿Qué puede salir mal si PSOE y PP insisten en su estrategia compartida de meter en el ajo político a las familias de sus líderes? Eso es algo que, hasta ahora, hacían otro tipo de partidos como Vox, Podemos o Bildu, y que las y los de Núñez Feijóo y las y los de Sánchez han llevado a un nivel superior. ¿Quién va a querer prestar su conocimiento a la política si sabe que será linchado en redes, expuesto en los medios, con un regreso difícil a su sector profesional y ahora, también, que pone en riesgo lo que puedan conseguir profesionalmente sus parejas o sus familiares? ¿Hay alguien en PSOE y PP que sea capaz de mirar hacia el medio plazo?

Y luego, ¿qué?

Llevo meses diciendo que Sánchez y Puigdemont se parecen mucho en política: ambos han hecho del cortoplacismo y el golpe de efecto un modelo que les reporta cierto éxito, pero siempre muy condicionado. De la misma manera, sus sucesiones al frente de sus partidos, que se han convertido en organizaciones personalistas, son un tema tabú que se comenta en corrillos pero no alcanza a la esfera pública. Bernat Dedéu da una vuelta al asunto catalán: cree que el cambio de Biden por Harris, aunque abrupto, o precisamente por ello, es un modelo a seguir en Junts, pero también en ERC.

A esto se dedica

Menéame es hoy un clásico de Internet: un agregador de noticias que resulta muy útil para saber de qué se está hablando en una parte de la gran red, por lo menos. Yo lo conozco y visito casi a diario desde que en Twitter (antes X se llamaba así) nos conocíamos todas y todos. No sabía que ahora pertenece a DiarioMotor Media, que fue adquirido por Atresmedia en 2021. Me he enterado leyendo a Alvise Pérez, que da esta información solo con un único motivo: señalar a los tres propietarios que permiten en su plataforma críticas al eurodiputado. Según él, se trata de “fake-news y basura ideológica”. A esto se dedica: a seguir el manual trumpista.

¿Por qué no lo hace?

Todas y todos sabemos que Alvise Pérez no es un político porque no va a trabajar para alcanzar acuerdos entre diferentes y mejorar la vida de la ciudadanía (estoy y nada más que esto es la política), él es un agitador. De la misma manera, sabemos que Javier Negre o Vito Quílez no son periodistas porque no informan o comentan la actualidad desde su punto de vista: generan campañas de agitación a favor de la ultraderecha. Por eso no debería de estar en el Congreso. Y menos después de difamar al periodista Raúl Solís: “Podemos pide a Armengol la retirada de la acreditación de prensa del Congreso a Vito Quiles tras su último bulo” (Público).

Una buena noticia

Lo suponíamos pero, por lo menos, yo, no lo esperábamos tan pronto: “El fútbol árabe deja de ser un reclamo para las estrellas” (Vozpópuli). Después del agitadísimo verano de 2023, con el aterrizaje de jugadores en plenitud de su carrera, vino el invierno en el que las noticias que generaba la liga árabe solo eran las de las ganas de huir de esos deportistas. Hoy aquella Superliga solo atrapa a quienes quieren cazar un último y suculento contrato en una competición menos exigente. Lo que diferencia a la árabe de la china es que la liga de los jeques tiene dinero para insistir. E insistirán.

Más sobre el futuro del porno

Antonio Ortiz ha escrito un hilo muy interesante sobre la iniciativa del gobierno español para controlar el consumo de porno. Lo escribo así porque es lo que he concluido después de leerlo. En especial, este tuit: “Cada credencial se puede utilizar un máximo de 10 veces con un mismo proveedor”. Eso no tiene nada que ver con tener una credencial para navegar por páginas con contenido para personas mayores de edad, sino con que el estado conozca y regule las webs en las que entras y cuántas veces lo hace. “Es fascinante el protocolo de 31 + 7 pasos que han montado para ver una teta en internet”, expone Ortiz con humor.

No es así

El intento de Rubén Arranz de ridiculizar la estrategia de Pedro Sánchez, el PSOE y su entorno de opinadoras y opinadores, de “los tabloides digitales que nadie lee” (El Independiente), me parece muy acertado porque Sánchez demuestra que tampoco se toma esto en serio. Los que desinforman no son, como dice el argumentario socialista, esos medios que publican noticias falsas para colocarlas en los buscadores. No. Los que lo hacen son los Alvise Pérez y la red de referentes que se han hecho un hueco en redes sociales con la difamación y gracias a la polarización que, digámoslo claro, ha impulsado el propio PSOE porque le convenía electoralmente.

Sin TikTok no son nada. El resto, tampoco

La extrema derecha sin TikTok no sería nada. Sin TikTok, las y los demás tampoco lo seremos: la comunicación on-line ha cambiado y ya no luchamos con argumentarios mal volcados en Facebook, con los mensajes cortos y sin contexto en X, ni con las fotos, carteles o gráficos en Instagram: la lucha se hace con vídeos verticales de calidad discutible pero mensaje claro y directo. Xavier Tomàs lo tiene claro y yo, también. Su tuit es muy iluminador: “Los partidos ‘tradicionales’ no han querido adoptar todavía ni nuevos lenguajes, ni canales, ni formatos, ni herramientas ni espacios de participación”. Y esa adaptación, ojo, no será nada fácil.

Así se sienten

La extrema derecha vive su mejor momento aunque en el Parlamento Europeo no han llegado tan lejos y, si todo va bien, hoy en Francia ganen no alcancen la mayoría absoluta. No solo son los resultados ni, como advierte Xavier Tomàs en X, que dominen el canal de comunicación que toca, es la sensación que tienen de impunidad: “El concejal de Velilla de San Antonio, Pedro Jesús Espada, del partito de discurso ultraderechista, nacional-catolico y negacionista Vanguardia, adscrito al grupo Núcleo nacional, pide que alguien indique como localizar a Quequé para ‘explicarle las cosas a la cara’” (Menéame).

Y el fascismo patrio

En Euskadi también tenemos lo nuestro: COVITE tiene “registrados 188 actos de apoyo a ETA en lo que va de año: ‘La exaltación del terrorismo sigue muy presente’” (Vozpópuli). Consuelo Ordóñez recuerda (porque es necesario hacerlo) que “no hay nada más doloroso para una víctima que ver cómo se recibe con todos los honores al asesino de su familiar en las mismas calles en las que asesinó. Es realmente humillante”. Y señala muy claramente a la Korrika, donde hay una “perversión total del objetivo principal” para convertirse en una “demostración obscena de apoyo a los terroristas de ETA”.