Más sobre el futuro del porno

Antonio Ortiz ha escrito un hilo muy interesante sobre la iniciativa del gobierno español para controlar el consumo de porno. Lo escribo así porque es lo que he concluido después de leerlo. En especial, este tuit: “Cada credencial se puede utilizar un máximo de 10 veces con un mismo proveedor”. Eso no tiene nada que ver con tener una credencial para navegar por páginas con contenido para personas mayores de edad, sino con que el estado conozca y regule las webs en las que entras y cuántas veces lo hace. “Es fascinante el protocolo de 31 + 7 pasos que han montado para ver una teta en internet”, expone Ortiz con humor.

No es así

El intento de Rubén Arranz de ridiculizar la estrategia de Pedro Sánchez, el PSOE y su entorno de opinadoras y opinadores, de “los tabloides digitales que nadie lee” (El Independiente), me parece muy acertado porque Sánchez demuestra que tampoco se toma esto en serio. Los que desinforman no son, como dice el argumentario socialista, esos medios que publican noticias falsas para colocarlas en los buscadores. No. Los que lo hacen son los Alvise Pérez y la red de referentes que se han hecho un hueco en redes sociales con la difamación y gracias a la polarización que, digámoslo claro, ha impulsado el propio PSOE porque le convenía electoralmente.

Sin TikTok no son nada. El resto, tampoco

La extrema derecha sin TikTok no sería nada. Sin TikTok, las y los demás tampoco lo seremos: la comunicación on-line ha cambiado y ya no luchamos con argumentarios mal volcados en Facebook, con los mensajes cortos y sin contexto en X, ni con las fotos, carteles o gráficos en Instagram: la lucha se hace con vídeos verticales de calidad discutible pero mensaje claro y directo. Xavier Tomàs lo tiene claro y yo, también. Su tuit es muy iluminador: “Los partidos ‘tradicionales’ no han querido adoptar todavía ni nuevos lenguajes, ni canales, ni formatos, ni herramientas ni espacios de participación”. Y esa adaptación, ojo, no será nada fácil.

Así se sienten

La extrema derecha vive su mejor momento aunque en el Parlamento Europeo no han llegado tan lejos y, si todo va bien, hoy en Francia ganen no alcancen la mayoría absoluta. No solo son los resultados ni, como advierte Xavier Tomàs en X, que dominen el canal de comunicación que toca, es la sensación que tienen de impunidad: “El concejal de Velilla de San Antonio, Pedro Jesús Espada, del partito de discurso ultraderechista, nacional-catolico y negacionista Vanguardia, adscrito al grupo Núcleo nacional, pide que alguien indique como localizar a Quequé para ‘explicarle las cosas a la cara’” (Menéame).

Y el fascismo patrio

En Euskadi también tenemos lo nuestro: COVITE tiene “registrados 188 actos de apoyo a ETA en lo que va de año: ‘La exaltación del terrorismo sigue muy presente’” (Vozpópuli). Consuelo Ordóñez recuerda (porque es necesario hacerlo) que “no hay nada más doloroso para una víctima que ver cómo se recibe con todos los honores al asesino de su familiar en las mismas calles en las que asesinó. Es realmente humillante”. Y señala muy claramente a la Korrika, donde hay una “perversión total del objetivo principal” para convertirse en una “demostración obscena de apoyo a los terroristas de ETA”.

Que desmientan otros

Además de para certificar que la Ley española de Vivienda ha sido útil únicamente para los argumentarios y mítines de Bildu, PSOE y Sumar, el tuit de Oskar Matute también sirve para dejar claro que no le importa difundir bulos. Es cierto que la web que referencia ofrecía inicialmente un dato erróneo, y que al final la subida de precio de la vivienda en Catalunya es del 8%, y no del 0,8. Pero no lo es menos que con el dato corregido, Matute mantiene el tuit y el mensaje. Que vengan otros a desmentir lo que ya no es un error, sino una mentira sostenida, como la ley, para beneficio electoral y no social.

Hablemos de porno

Me sorprende tanto el modo en el que el gobierno español aborda el acceso a páginas web porno que voy a dedicarle varios párrafos. Empiezo por el principio: sí, sin duda es necesario regular el acceso para que menores (y no hablo de chavales y chavalas de 16 o 17 años, sino de 11 o 12) no puedan ver y naturalizar determinadas prácticas sexuales que la pornografía puede proyectar distorsionadas. Pero incluso primando este objetivo inicial, el gobierno se equivoca. Ángel Jiménez también lo cree: “De todas las idioteces que han hecho los gobiernos de uno y otro lado en internet, ésta está sin duda ocupa un lugar destacado. Absurda es poco”.

Así, no

El sistema que ha presentado el gobierno español es el siguiente: tienes que sacarte un bono de credenciales por ser mayor de edad, que da permiso a 30 accesos o durante 30 días (puedes renovarlo en función de lo que antes se agote) a páginas web pornográficas. ¿El estado está controlando las veces que te masturbas? Pues sí, es lo que parece. Antonio Ortiz lo expresa así: “Un día es preocupante la privacidad y los datos que tienen de nosotros oscuras corporaciones. Otro día lo mejor es que el estado registre si entramos a ver porno, cuántas veces y nos lo racione”. Y todo por no entrar al problema de fondo: el acceso de los menores a la tecnología.

Ponte en sus manos

Fuckowski (quien lleve un tiempo en X sabe que estoy referenciando a viejos rockeros de Internet) tiraba de humor y apuntaba hacia su área: “Sistema desarrollado por 25 millones de euros por Accenture, CapGemini y la consultora del Corte Inglés que necesita Java 8 sobre Firefox 11 en Windows Vista, Cl@ve en el móvil, certificado digital y catorce intentos fallidos para generar un código temporal para hacerse una paja. Previamente hay que personarse en el Ayuntamiento con el DNI para que te escaneen la polla”. Desde varios ángulos hay consenso: la propuesta es un error técnico y moral, y no puede ejecutarse.

El mundo es suyo

Esto es muy sencillo: si al FC Barcelona le siguen dejando hacer lo que le dé la gana, ¿cómo no van a creer las y los dueños de todo (menos el Real Madrid)? Lo que publican en Estadio Deportivo, basándose en informaciones del Sport, resulta insultante: algunos directivos culés están “molestos” con Nico Williams porque (y hay que tener morro) decidió renovar por el Athletic conociendo el interés del Barça. Vamos, que pretenden que el mundo se detenga por ese club. Un club que merece un serio correctivo por el modo en el que está siendo gestionado y, por supuesto, si se confirma todo lo que sospechamos del Caso Negreira.

Musk se ríe de todos y todas

Creo que el titular y el subtítulo de El Plural son bastante significativos: “Twitter suspende las cuentas de periodistas estadounidenses que cubren a Elon Musk. El dueño de la red social se jactó después de la cancelación y publicó una encuesta preguntando a los usuarios si les levantaba el veto”. El amo de Twitter se ríe de todo el mundo y no tiene respeto por nada ni hacia nadie. Me parece una consecuencia lógica a venir de alta cuna, ganar más dinero que nadie y escuchar a millones de personas diciéndote que eres el más listo, el más ocurrente y el más gracioso de este planeta.

No solo la prensa

Twitter es su juguete y Elon Musk juega con él como le da la gana: no solo ha baneado de la red social a los periodistas que le siguen y le critican o la cuenta que mostraba qué vuelos hacía su jet privado, también ha cerrado la cuenta de Mastodon, el sitio en el que pueden refugiarse muchos que no puedan vivir sin la dopamina que genera Twitter, y ha hecho que los links a esta web, competencia directa, no se puedan ver bien en la red del pajarito. La pregunta que yo no dejo de hacerme es: ¿por qué seguimos en Twitter si sabemos que no representa al mundo y está manejado por un vanidoso histriónico?

No solo los baneos

No solo los baneos me parecen notorios: “Musk disuelve el consejo asesor contra los discursos de odio de Twitter” (Ara), formado por “por un centenar de miembros de la sociedad civil que asesoraba a la compañía contra los discursos de odio, la explotación infantil o la prevención del suicidio”. Recientemente, también “el jefe de seguridad de la empresa, Yoel Roth, ha tenido que marcharse de su casa después de haber recibido amenazas y ataques personales, entre otros por parte de Musk”. Quien diga que Twitter funciona e incluso lo hace mejor desde la llegada del multimillonario se equivoca o es una mala persona.

A Biden le importa poco

Fue bastante significativo que Trump dejara plantado a Musk, aunque creo que sus caminos convergerán. Pero también lo es que la administración Biden no esté tomando ninguna decisión o posición sobre el nuevo Twitter. Antonio Ortiz lo explica en solo dos tuits: “Twitter es solo valioso para 2 cosas: que periodistas y otras figuras influyentes vendan su burra, que activistas presionen a esas figuras ‘de la élite’. Yo añadiría que todo lo de Musk y Twitter es ya un coñazo sideral. Biden (y su equipo) parecen haber concluido que todo el rato que pasamos aquí apretando los puñitos tampoco tiene muchas consecuencias en el mundo real”.

Casi ninguna sorpresa

Twitter no está entre las diez webs más vistas del Mundo. En el listado, que recopilan en Trecebits, sí aparecen viejas conocidas como Google (1), YouTube (2) y Facebook (3), donde cada vez resulta más extemporáneo publicar algo pero sus usuarias y usuarios siguen curioseando. Baidu (4) ya no está sola: otros gigantes chinos con apenas repercusión fuera del país le acompañan, como Qq.com (7), que es su competencia directa, y Taobao (8) o Tmall (9), de compra-venta de productos. También sobreviven webs que llevan muchos años con nosotros como Wikipedia (5), Yahoo (6) y Amazon (10).

Pero sigue siendo el rey

En la España juancarlista y en la pérfida Albión, el rey emérito sigue siendo impune. Más bien, inmune: “La Justicia británica reconoce la inmunidad de Juan Carlos I en la demanda de acoso de Corinna. El Tribunal de Apelación de Londres deja bajo protección todos los actos privados del exjefe del Estado previos a su abdicación en 2014” (El Independiente). Como suena: da igual lo que haya hecho, que no va a pasarle nada. En España, las regulaciones fiscales, ya lo hemos visto, no han tenido ninguna consecuencia, ni siquiera aunque hayan quedado acreditados ingresos difícilmente justificables. Y en el Reino Unido tampoco va a sudar.

Vale, Pablo, pero que lo tuitee Irene

No he leído el texto de Pedro J. Ramírez en el que reflexiona sobre “exhumar a Franco y no inhumar a Irene Montero”. Hace tiempo que no pierdo ni un segundo en El Español, el proyecto digital del periodista que apostó por el PP, UPYD y Ciudadanos. Sé que Ramírez intenta llamar la atención y sé que esa no es una buena señal para su medio. Pero también creo que nada bueno suma Pablo Iglesias haciendo una encendida defensa en Twitter a Irene Montero, la madre de sus hijos. La ministra es perfectamente capaz de defenderse sola si quiere hacerlo, estoy seguro de que no necesita un macho alfa ni un jarrón chino a su lado.

“Partos virales”

Grabar y subir a redes cómo te das el primer beso puede parecer cándido, pero para quienes hemos pasado ya muchas horas en redes y sabemos que estas son una escalada constante, muestra un riesgo. De ahí a grabar y subir a redes (algunas aceptan contenido explícito, como Twitter u Onlyfans) otro tipo de primeras veces solo hay un trecho fácil de recorrer. Lo que no esperaba, sinceramente, era lo de los “partos virales” (EPE): influencers que han subido a sus canales cómo han traído al mundo a sus hijas e hijos. ¿Para qué? ¿Qué product-placement cabe en ese momento? ¿Tanto les cuesta resistirse al engadgement?

Echamos de menos más seguridad

Esta serie de sorpresas virtuales son precisamente las que nos descolocan, las que nos ubican en una Internet hostil en la que no nos sentimos cómodos. Sobre esa sensación escribe, y muy bien, Antonio Ortiz en su blog: él habla de que sentimos “nostalgia de la cámara de eco”, es decir, de un entorno on-line que sea también parte de nuestra zona de confort. Y avisa: “Estamos cansados”. Estoy bastante de acuerdo en su planteamiento: precisamente es esa inseguridad la que da pie a la polarización. Si no estuviésemos inseguros, simplemente, seríamos más felices. Como lo estamos nos sentimos superados y expuestos. Más que nunca.

Empieza otro Mundial

Muchos llevamos toda la vida viendo mundiales de fútbol por afición al deporte, sin una selección a la que animar, sin sentir que se nos va la vida en un balón al palo. Elegimos equipo cada cuatro años en función de nuestro estado emocional, de la geopolítica del momento o de si Iñaki Williams va con Ghana, y disfrutamos a nuestra manera del torneo que hoy afronta su fase decisiva. Mi buen amigo Asier ha elegido equipo: en su batzoki, el de Santutxu, se banca a la albiceleste y a Messi aunque camine por el césped en su último Mundial hasta que, en solo unos segundos, convierta el fútbol en un deporte maravilloso.

Twitter se muere

No lo digo yo, lo tuitea Elon Musk con su particular humor: un “meme” en el que se ve una lápida sobre la que hay un logo de la red social y alguien, con ese mismo logo, posando para una foto divertida junto a la tumba. Es la forma de Musk de decir que el deceso de la red social (probable si se confirma que no quedan en plantilla suficientes ingenieros y programadores para mantenerla) es culpa de quien fue de Twitter y ha abandonado el barco. El final de la plataforma, insisto, es una posibilidad real, y la culpa es atribuible, en gran medida, a su nuevo dueño aunque en sus bromas sugiera lo contrario.

Pero, ¿qué ha pasado?

BaityBait explica muy bien, precisamente en Twitter, qué ha pasado: en esencia, que muchos más empleados de los que Musk pensaba han elegido despedirse cuando les ofreció la alternativa de trabajar hasta la extenuación o coger tres meses de indemnización y pirarse. No solo eso: Musk ha cerrado los accesos a la oficina y las plataformas de trabajo on-line por miedo a los sabotajes… O lo ha intentado porque quienes tenían que cerrar esas plataformas también se han despedido, y ahora puede que no haya ni el número mínimo de efectivos para mantener Twitter operativo. Así que su caída puede ser inminente.

Y después, ¿qué?

Reconozco que no sé lo que haré. A veces, pienso lo mismo que Antonio Ortiz: “Si este garito se viene abajo casi que prefiero quitarme el yonkismo, pasar de Mastodon y gastar si acaso algo de tiempo en Reddit”. Otras veces creo que esa conversación alocada de Twitter sí es valiosa y tenemos que encontrar una alternativa tecnológica en la que podamos mantenerla. Lo que sí tengo claro es que esto no le importa a casi nadie, que se trata de algo minoritario, para los “muy cafeteros”, para quienes vivimos de contar en Internet lo que sucede y de contar lo que sucede en Internet, que parece lo mismo, pero no lo es.

¿Mastodon es el futuro?

En Mastodon saben que van a ser el refugio, por lo menos, temporal, de quienes necesiten un sitio en el que contar lo que les pasa, y han simplificado la herramienta. En esencia, la versión social es muy parecida a Twitter, salvo por que los tuits son de 500 caracteres. Y lo complicado empieza cuando quieras porque irte a uno de los canales, o servidores, o áreas específicas, o crearla, es solo una opción. Es como si hubiera varios Twitter dentro de Mastodon. Analía Plaza, que ya anda por allí, lo definía así: “Dicen por ahí que Mastodon es como un centro de desintoxicación de yonkis de Twitter y, un poco, sí, la verdad”.

Acabamos con todo

Precisamente en Twitter, Raúl Díaz escribía esto: “La misma semana que Luis Enrique anuncia que se hace streamer, también lo hace Pedrerol. A este ritmo, en 2023 ser streamer va a ser lo más rancio del mundo”. Y casualmente, cuando Luis Enrique Martínez y Josep Pedrerol han entrado por esa puerta, Ibai Llanos ha saltado por la ventana y ha anunciado que vuelve a YouTube. Nos creemos conquistadores de espacios virtuales, early adopters, y nos hemos convertido en los parroquianos que ocupan la misma mesa del bar durante horas con comentarios supuestamente divertidos solo porque llevan haciéndolo años.