No entiendo que una compañía que pierde dinero como Uber logre convencer a inversores. No entiendo que la liberalización del sector del taxi (si es que había que hacer esa liberalización) empiece por Uber. Y menos entiendo que Uber hable de la seguridad de sus coches dando cifras como las que ha dado: solo en EE.UU. hubo 3.000 casos de acoso sexual en sus vehículos, el 54% por parte de los conductores, y 235 acabaron en violación. 58 personas fallecieron en un accidente de tráfico a los que hay que sumar 9 personas asesinadas en un servicio de Uber. Dan ganas de montarse en uno, ¿verdad?
Los vehículos… De la extrema derecha
Esto que tuiteaba esta semana Pedro Vallín es muy interesante: “A ver si va a ser verdad que las iglesias evangélicas (y el retroceso del catolicismo tras el pollo que Wojtyła le montó a la Teología de la Liberación) son el principal motor del giro fascistoide de América Latina. Aquí hay un tema”. En efecto, hay un tema porque los movimientos de extrema derecha que van floreciendo por el mundo no son una suma de casualidades. Trump, Orban o Bolsonaro son los más visibles, pero no son los únicos y, sobre todo, no están solos: la conexión entre ellos (y con Vox), vía Evangelismo o poder económico es la clave.
Ironía… O no
Uno no puede decidir nunca con qué se va a molestar otra persona, y menos en esta era de Twitter, de la multiplicación de opiniones y respuestas de quien no tiene nada que decir o de los linchamientos digitales (que afectan, ¡vaya que si afectan!). Así que la víctima de una violación múltiple tiene todo el derecho del mundo a sentirse tan mal como le dé la gana aunque el creador de “el tour de La Manada” hiciera la web con sentido irónico o incluso de denuncia. Sí, la consecuencia real importa más que una idea feliz y on-line, así lo ha sentenciado el juez y, si me apuran, hasta el sentido común.
Vamos a otro jardín: al nuclear
Sí, vivo de Internet y juzgo los chistes por sus consecuencias reales y no sus planteamientos digitales. Sí, navego todo el día entre millones de mensajes sobre tecnología o energías limpias y cada vez tengo más claro que los motores eléctricos solo forman parte de una acción de marketing de las marcas de coches. Seamos claros: si hoy sustituyéramos todo el parque móvil que usa combustible fósil por el que usa electricidad, ¿de dónde sacamos la energía? De las centrales nucleares. Una verdad incómoda que no casa con los mensajes bonistas… Pero que en Francia, como leemos en Xataka, ya han aceptado.
El mayor de los charlatanes
Uno de los mayores vendepeines del sector del coche eléctrico es Elon Musk, que se está forrando vendiendo una marca que lo que mejor hace es perder millones mientras es admirado como una especie de revolucionario tecnológico. Lo único que ha revolucionado Musk, de momento, es el sector del marketing vendiendo coches carísimos por medio de largas listas de espera y rondas de financiación de su ruina, colocando un descapotable en el espacio y haciéndose el concienciado con el planeta y las personas mientras monta estructuras fiscales ventajosas (para Tesla, claro), como leemos en La Información.