El Real Madrid es un club mejor siempre que está Zinedine Zidane. No fue el mejor futbolista pero sí el que más placer daba ver. No es el mejor entrenador pero sí el que más jugadores recupera. Más allá de Zidane, el Real Madrid es caspa, es soberbia, y es el equipo de Franco y los franquistas. Lo sé: y de un montón de seguidores madrileños o no con otra ideología. Pero también es el de Franco y de Abascal. Y entre sus jugadores hay alguno que se lleva muy bien con el de Vox, pues el líder acudió al palco de los jugadores a ver el empate contra el Athletic. No le extraña a casi nadie pero provoca el mismo rechazo.
Más de lo mismo
Un futbolista invita a su palco a Santiago Abascal y otro de sus simpatizantes (declarado por él mismo) vuelve a estar al frente de la Liga española: Javier Tebas ha ganado las elecciones convocadas antes de tiempo por él, por lo que parece, sin despeinarse. Ha contado con un apoyo amplísimo. De hecho, los clubes que se han mantenido al margen lo han hecho por cortesía (formaban parte del sistema de elección) o de un modo casi anecdótico. Como siempre, lo que me sorprende es que Tebas haya llegado ahí mucho antes de que Vox fuera abriendo los armarios más apolillados.
Ni rastro
Igual que no es una casualidad el pasado y el presente del Real Madrid, no lo es que la presencia de Roman Zozulya en el Albacete haya provocado una serie de tensiones y apoyos, y que solo unas semanas después, en el partido del Albacete “B” contra La Roda, Younousse Diop, del equipo rodeño, haya recibido insultos racistas. La falsa legitimidad a Zozulya y el modo en el que se ha justificado (empezando por Vox, sí) y protegido al personaje, vinculado con la extrema derecha ucraniana, ya han dado su primer fruto: la xenofobia. ¿Y ahora? Quique Peinado apuntaba en Twitter que ni había sido noticia.
La semana que viene, 2020
La semana que viene alcanzaremos el año 2020 y seguimos sin viajar en coches voladores alimentados por energías limpias. Al contrario, el más negro de nuestros pasados nos acecha: la extrema derecha, como ven, sigue presente, tiene poder, se ve amparada por los medios de comunicación y las redes sociales, y hace y dice lo que quiere. Pablo Batalla señalaba en Twitter cómo Santiago Abascal, el que va al palco de jugadores del Real Madrid, hacía en esa red social apología del golpe de Estado al justificar a Fulgencio Coll, que pedía una intervención militar contra Pedro Sánchez. En vivo y en directo.
La izquierda española, ese desastre…
Si algo beneficia a la extrema derecha española es el extremo desastre que es la izquierda española, incapaz de ponerse de acuerdo para un pacto hace cuatro años, cuando Vox asomaba, ni en abril, cuando ya era una realidad. Y que ahora que ya es una amenaza sigue cometiendo errores de primero de democracia. Si España tiene que confiar en su izquierda política para frenar a su derecha ultra… Que no les pase nada: un error de Más Madrid con el paso de Inés Sabanes al Congreso (¡ay, el puestito!) ha permitido al PP y Ciudadanos aprobar el presupuesto del Ayuntamiento de Madrid con la abstención de Vox.