Nunca me gustaron las manifestaciones de “rodea al congreso”. Ni las que organizó Podemos ni las que organizó Jusapol. Y en esta misma columna he criticado con dureza los actos de boicot que llevan 20 años realizando las sucesivas organizaciones juveniles de la izquierda abertzale. Pero no podemos dejar que la actualidad y la oportunidad de un tuit nos elimine el principio de realidad: comparar el asalto al capitolio con las manifestaciones en Gasteiz, Madrid o Barcelona, como aprovecha para hacer Sonia Sierra, diputada de Ciudadanos, merecen respuestas contundentes como la de Joel Joan en Twitter.
Encima, son los peores
Manuel García ha encontrado este tuit de solo hace un año en la cuenta de Vox: “Santiago Abascal hace un llamamiento a la movilización el 12 de enero en toda España ante el repugnante fraude electoral de Sánchez. Levantamiento popular contra el Gobierno traidor, ilegítimo y enemigo de la soberanía nacional. España Existe”. Precisamente quienes aplaudieron aquella manifestación de Jusapol, que fue lo más parecido que hemos visto a lo de Washington, son quienes más han aprovechado para hacer de carroñeros, y encima tienen el armario lleno de llamadas a la revuelta copiadas a Trump.
¿Qué les empuja?
Hemos hablado estos días de los nazis que se encontraban entre el grupo de mamarrachos que tomó el Capitolio estadounidense y provocó cinco muertos. Pero no solo había zumbados que se ponían cuernos de animales o integrantes de la extrema derecha más friki: personas “como Aaron Mostofsky, hijo de Shlomo Mostofsky, miembro del Tribunal Supremo de Brooklyn” (Red Jurídica Abogados) también estaban allí, con sus pieles, su vara, su escudo hurtado a un policía, sus gafas, su nombre y apellido judíos y su buena posición. ¿Qué empuja a alguien como Aaron a cometer delitos con un disfraz ridículo en defensa de Trump?
Alguna idea ya tenemos…
La difusión de los argumentos de la extrema derecha que han hecho algunos medios con la excusa de dar voz a todas las partes ha ayudado, y mucho, a que se difundan las ideas de estos grupos. También los medios que han hecho suyas las agendas que han impuesto con éxito los populistas. Y los que buscan tener más clicks en su web que en la de la competencia a cualquier precio. Nada justifica colaborar con el fascismo como hizo y hace Antena 3, llamando a Roberto Centeno, que aseguró que el ataque era obra de antifascistas. Ni siquiera que seas un poco fascista: eso lo explica pero no lo justifica.
No seas como ellos, no seas tonto
Aunque parezca imposible, hay gente como Roberto Centeno, capaz de afirmar que el ataque ha sido organizado y perpetrado por antifascistas para culpar a la extrema derecha estadounidense que, pobre, nunca hace nada además de quemar unas cuantas cruces cada año. Son los herederos ideológicos y morales de quienes aseguraron que Gernika fue bombardeada por los republicanos, y la tropa de idiotas de la que se sirven y que se creen que un tatuaje que, en realidad, corresponde a un videojuego (ese es el nivel de friquismo de los asaltantes) es un símbolo antifascista de un infiltrado.