Yo desmiento a José Luis

José Luis Escrivá se ha puesto muy serio para contar este chiste: “Desmiento completamente que los autónomos estén en contra de las nuevas cotizaciones. Es rigurosamente falso” (El Huffington Post). Pues yo desmiento al ministro: si no se entera porque le han transmitido eso, que hay autónomos que no se han cabreado, y se la han colado, malo. Si se entera y tiene el cuajo de soltar lo que ha soltado, peor. Y él solito se ha puesto en la tesitura de hacerse un Infanta Cristina o un Juan Carlos I. Pero ambas opciones son pésimas porque demuestran un desprecio absoluto por la realidad de un colectivo muy indignado.

Pablo, tú, a lo tuyo

No me molesta el Pablo Iglesias contertulio, ni el que considera que un micrófono es un púlpito, ya ni siquiera me molesta el Pablo Iglesias que hace el trabajo de los periodistas porque nosotros no sabemos. De hecho, Pablo Iglesias ha elegido la peor de las opciones para los “ex” de la política: quemarse. Su presencia es tan constante; sus regañinas, tan recurrentes; y su tono, tan funcionarizado, que está cayendo en la irrelevancia. Ahora se queja de que nadie manda callar a González o Aznar. ¿Por qué íbamos a hacerlo si siempre generan titulares? Quien no lo hace es quien, pase lo que pase, lo veía venir.

La agonía

Los actos de Ciudadanos para la campaña castellano-leonesa no tienen ningún impacto en los medios fuera de esa comunidad autónoma. Y si lo tienen, es para que observemos lo que señala con retranca Arezno: “Huele a remontada”, tuiteaba sobre una foto de un acto de campaña desolador de los naranjas. Esa frase pasará de ser gritada por Inés Arrimadas como previa al primer gran batacazo de Ciudadanos, a epitafio del partido que iba a regenerar la política y modernizar la derecha española, y ha solo supo engordar al monstruo de Vox. Únicamente nos queda saber cuánto estirarán la agonía sus líderes. Y a cambio de qué.

Con sus ideas

“Dirigentes de Vox se niegan a mostrar el pasaporte COVID para acceder a Fitur”. Este titular de Eldiario.es es de esos que hay que guardar porque muestra la esencia de todo lo que es Vox: un partido que va contracorriente sin que le importe el daño que puede generar, incluyendo una pésima imagen de esa España a la que aman tanto que se compran las pulseras con los colores de su bandera. ¿Puede haber una mayor muestra de devoción? La cuestión es que la propia feria Fitur tenía que servir para demostrar la seguridad de los eventos en España pese a la pandemia, y a los de Vox no les ha importado reventarlo. Pero con pulseras.

Populismos, no, gracias

Me sorprende el poco recorrido informativo que está teniendo el empobrecimiento que ha sufrido El Salvador en cuestión de solo unos meses: la idea de su presidente, Nayib Bukele, de prescindir de moneda propia y de hacer el Bitcoin como divisa de curso legal ha llevado al país a verse arrastrado por la pérdida de valor de la criptomoneda. ¿Y ahora, qué? El FMI le ha pedido que se retracte después de que en estos cuatro meses el país haya perdido 22 millones de dólares, que no es mucho en el presupuesto de un país, no nos engañemos. Lo peor es el efecto que tiene en la economía de cada persona en El Salvador.

¿Qué quiso decir?

Algunos opinan que el ministro Escrivá no piensa lo que dice. Sin embargo, yo estoy bastante convencido de que dice lo que piensa, que puede coincidir o no con los planes o los deseos del gobierno y el partido de los que forma parte, pero quien le ha llamado para sentarse en el más alto órgano del ejecutivo esto ya lo sabía. Así que, sí, creo que el socialista dijo en serio lo de que había que crear una nueva cultura del trabajo y extender la vida laboral hasta los 75. Para él es una buena solución en lo económico y en lo personal de cada persona trabajadora, sálvese quien pueda o haber estudiado… Para ser ministro.

Estos hablan claro

Cuando hablan, José María Aznar o Mario Vargas Llosa dejan muy claro que son unos viejos envalentonados cuyas opiniones no valen la línea de código necesaria para que las veamos en nuestra pantalla. El ex presidente demostró cuánto de asqueroso puede llegar a ser cuando intentó despreciar al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, y el escritor peruano dejó muy claro cómo entiende él la democracia: hay que votar lo que él considera correcto y a nadie tiene que importarle que le coaccionen para hacerlo. Ambos se soltaron en la convención del PP que va camino de convertirse en un clásico del despropósito.

Otro que se ríe de nosotros

El Rubius ha borrado el tuit en el que anunciaba que todo lo que recaudase durante un día en forma de publicidad o donaciones sería para los damnificados por el volcán en La Palma. Rubén Doblas demuestra su coherencia y empatía en esa acción de borrado porque no soporta, simplemente, que nadie le señale lo obvio: las ayudas para paliar las necesidades más urgentes, los pisos en los que vivirán quienes lo han perdido todo y los planes de reactivación económica de las zonas afectadas se pagarán con el dinero de todas y todos menos el suyo porque El Rubius decidió emigrar a Andorra evitando los impuestos.

¡Pues claro!

Ha sido necesario un estudio en EE.UU., y seguro que no será suficiente porque la mayoría de quienes quieren negar sus conclusiones simplemente pasarán de él, para asegurar esto que destaca Pablo Linde en su Twitter: “En los colegios sin mascarilla hay tres veces más contagios que en los que es obligatoria”. Parece obvio, lo sé, pero también parece imprescindible destacar el dato estando como estamos rodeados de gente que se cree muy lista y que señala la mascarilla como una herramienta de dominación y que nos volverá idiotas por falta de oxígeno o exceso de servilismo. Algún día tendremos que empezar a reírnos de ellos.

Necesitamos más como Antonio Gasset

No pretendo ser grosero ni embarrar la memoria de Antonio Gasset, que ha fallecido esta semana, pero no encuentro una forma más clara de describir la gran aportación a mi profesión de este periodista que hizo del sudapollismo un arte. A ver si logro explicarme: sus sentencias sobre política o arte en un programa maltratado pero digno como pocos volverán a nosotros porque alguien las reproducirá cuando vengan al caso. Gasset vivió haciendo lo que le gustaba y diciendo lo que consideraba importante en cada momento, sin despreciar a nadie pero dejando claro que hay tontos y no hay que avergonzarse de mostrarlos.

Sí existe pero no lo reconoce

Eslovenia y Kosovo se autodeterminaron con éxito. Escocia y Quebec tuvieron derecho a votar y decidieron permanecer. Lo mismo Gibraltar, que se autodeterminó en este siglo para seguir siendo una colonia británica. Así que cuando “Sánchez insiste en que no habrá referéndum: ‘El derecho a la autodeterminación no existe’” (El Independiente) solo intenta negar algo que con Google y un minuto libre cualquiera es capaz de contradecir fácilmente. La negación sistemática de algo tan evidente, además, es lo contrario a la política, que consiste en ceder para acercar posturas y mejorar la vida de la ciudadanía respondiendo a sus necesidades.

¡Y tanto!

No es muy normal encontrar a políticos que digan la verdad de un modo tan descarnado como el ministro José Luis Escrivá, que fue claro y directo cuando explicó que la próxima generación tendrá que trabajar más para cobrar su pensión, y que traslada otra verdad cuando, en un intento de suavizar sus palabras reconoce: “Hablé de algo que aún está por definir” (La Información). ¡Y tanto! Porque el ajuste no es solo para los del baby-boom: los siguientes tendremos que seguir apretándonos el cinturón si es que queda cinturón que ponerse. Es una cuestión aritmética sencilla: pocos no podremos sostener lo de muchos si la caja está vacía entes de empezar.

O más

Acaba la semana con “la factura de la luz más cara de la historia: el precio medio se dispara hasta los 87€ en junio, un 65% más” (20 Minutos). Y en julio, ya veremos. Las medidas del gobierno español solo son parches porque el país realmente no ha hecho la reforma energética que necesita: una península soleada, con ríos y pantanos, e incluso con gas en su subsuelo, necesita importar energía porque no se ha culminado (en muchos casos, no se ha empezado) un debate honesto ni sobre las nucleares ni sobre las energías limpias. Se ha intentado contentar a todos y solo se ha hecho feliz a las empresas que mercadean.

Por fin es lunes

Se nota que hoy es un lunes especial, Toni Cantó vuelve al trabajo, a una oficina que el propio interesado definía así: “El chiringuito soy yo”. Hoy el español es un idioma más libre porque hay una persona que, por encargo y a cargo de la Comunidad de Madrid, va a pasar su jornada laboral pensando en él. Una labor ingrata ya desde el primer día: “El actor parece disgustado por que se haya informado sobre los 150.000 euros brutos que cobrará”, leemos en El Plural, donde nos cuentan que Cantó ha dejado de seguir en Twitter a Sueldos Públicos, la cuenta que ha hecho pública la cifra. Que se jodan, eh, Toni. Así, en castellano llano.

Y ahora, ¿qué?

Este tuit de Javier Urias no ha pasado desapercibido pero, ¿a quién importa eso? “El Tribunal Supremo quería prohibir los lazos amarillos y las banderas indepes. Cómo era contra los catalanes, todos los juristas mucho españoles aplaudieron esa interpretación. Ahora se nos aplica al resto. Nos han recortado derechos y se lo han tragado”. Se refería este profesor de Derecho Constitucional y exletrado del TC a la medida cautelar que ordenó un juez y que obligaba al ayuntamiento de Sevilla a quitar una bandera arcoíris “al considerar que se infringía el principio de neutralidad”, a petición de Abogados Cristianos.

Arantxa Tapia

Es una de las políticas de la semana en Euskadi. A su habitual labor de generación de riqueza en la CAV esta semana ha tenido que añadir la de defenderse de los ataques de Bildu porque el ayuntamiento de Azpeitia no ha querido modificar su plan y, en vez de explicar por qué no se abre Corrugados, que es lo que nos interesa a todos, ha jugado la carta del señalamiento. La intervención de representantes de Bildu de todos los niveles ha convertido un tema de empleo e industria en uno político y algunos medios, sorprendentemente, se lo han comprado. Si algo caracteriza a la autocrítica es que ni la hacen otros ni se hace sola.

José Luis Escrivá

Sigo con el tándem al que se suben periodistas y políticos: si algunos elevan la anécdota a exclusiva de un gran periódico, creo que es justo que lo que “se trata de un dato meramente simbólico” pueda tener, por lo menos, un párrafo en esta humilde columna, y más cuando se trata de algo positivo para variar: “Ayer se superó el nivel de afiliados a la Seguridad Social que había antes de la crisis de la COVID-19”. Los entrecomillados forman, junto a una gráfica, el tuit de ministro Escrivá y lo que es, a todas luces, una buena noticia. Una de esas que necesitamos porque estamos todos agotados con los contagiados, los muertos y los ERTE.

Íñigo Errejón

Desde que Más Madrid superó al PSOE en las elecciones que ganó Díaz Ayuso, Íñigo Errejón se ha prodigado en los medios con bastante buena acogida, para desgracia de sus máximos enemigos, que no son de derechas, sino de Podemos. Y habla de todo: uno de sus cortes más valiosos de esta semana puede ser ese en el que apela a una vida tranquila, a que dejemos de estresarnos no ya con el coronavirus o el empleo, sino con el ocio. Que no todo es aprovechar el tiempo libre a muerte para las stories de Instagram, como él mismo sugiere, y descansar y estar simplemente tranquilos no está suficientemente valorado.

Pablo Iglesias

Precisamente Pablo Iglesias, que pagó los platos rotos de la victoria del PP después de impulsar la polarización que tan bien vino a Ayuso, ha decidido tomarse la vida con más calma: ni siquiera tuitea, según Vozpópuli. Y hace bien. Twitter es una red social sobrevalorada y sobrerrepresentada en los medios (empezando por todas las líneas que preceden a estas) que no sirve para comunicarse con nadie, sino para lanzar mensajes. Y la prueba es, precisamente, este abandono (al que se han precedido los de Ada Colau y González-Pons): Iglesias ya no pide que le recomienden series ni opina sobre el gobierno. Todo aquello era teatro.

Celia Villalobos

Esto sí que no lo esperaba: “La exministra y política Celia Villalobos anuncia su equipo de eSports: Candy Crush solo fue el comienzo”. Más allá del sorprendente titular, en 3D Juegos se hacen la misma pregunta que yo me formulo (más o menos): “¿Campaña de marketing o la puerta giratoria más sorprendente? De momento hay pocos detalles sobre el proyecto”. Si algo no es esto es una “puerta giratoria”, concepto que, como el de “fondos buitre” muchos aplican a todo y la mayoría no lo son. Pero volvamos a la exministra, que se ha prestado incluso a participar en el spot promocional de un equipo de gamers. Veremos cómo acaba.