El ojo de José María Aznar para escoger a sus delfines sigue mostrándose como un ojo bastante bizco: Rajoy, el de los recortes, Cascos, Blesa y ahora Rodrigo Rato, muestran un historial de elecciones personales terrible. El que fuera su ministro de Economía ha sido detenido por “fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales” (‘El Confidencial’). Delitos especialmente graves si los comete el que fuera director del FMI.
Y en el PSOE, declara Zarrías
En ‘República.com’ recogen con dudas las sospechas que planean sobre el ex consejero andaluz de presidencia, Gaspar Zarrías, del PSOE imputado en el caso de los ERE: “La Guardia Civil señala que Zarrías presidió hasta 12 sesiones de la Comisión General de Viceconsejeros –los denominados ‘consejillos’– en las que se trataron acuerdos relacionados con los ERE (…) Los agentes analizan otros indicios, como su relación con el ‘conseguidor’ de los ERE y exsindicalista de UGT-A Juan Lanzas (…) Además, sostiene que Zarrías podría haber participado en la sucesión de las diferentes ayudas públicas concedidas por la Junta”.
La República puede esperar, según Pablo Iglesias
En ‘Libertad Digital’ se les hace la boca agua ante la evidencia de que Pablo Iglesias relaja a pasos agigantados su republicanismo. En los dos o tres años que conocemos a este político, ha pasado de abanderar la lucha contra la monarquía a participar en recepciones de Felipe VI y regalarle una colección de DVD como máxima muestra de rebeldía: “Al final al asaltante de cielos le va a gustar más la casta que a un tonto dos palotes”, concluyen.
50.000 €
Y mientras el de la coleta compadreaba con el hijo del cazador de elefantes, Letizia Ortiz decidía estrenar la tiara de 50.000 eurazos que le regaló el entonces príncipe Felipe. La fiesta por el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca fue el momento elegido, y decidió acompañar la joya con un vestido nuevo “de su diseñador de cabecera, Felipe Varela” (‘Estrella Digital’). Porque los reyes, siguen siendo reyes, y los plebeyos, cada día más idiotas.
Así nos “colocan” una dictadura
China es un país “estupendo” para que nuestras empresas trasladen plantas, ahorren costes y se vuelvan más competitivas en un mundo globalizado. China, además, es un mercado potencial muy “apetecible”. Y por si no nos gustaba lo suficiente, China es un “amable” prestamista de liquidez al mundo. Pero, claro, China es también una dictadura de partido único, incoherente porque, además, mantiene una clase muy alta. Para que parezca un país “normal”, ¿qué mejor que colocarnos, además de todo lo demás, a su “primera dama” como si fuera la esposa de un presidente elegido democráticamente? (‘Te Interesa’).