El periodista Miquel Roig cogió carrerilla en Twitter y denunció varios casos previos en los que integrantes de esa “true left” o “verdadera izquierda” como Espinar o Monedero han apelado al fin de sus ganancias para excusarlas. Esta vez el desencadenante era la excusa de Joan Ribet, al que han pillado con un piso turístico. El exconcejal de la CUP dice que con lo que saca paga la hipoteca. Como si todos menos ellos fuéramos especuladores y su piso turístico una ONG.
Nacidos para amasar
Otro que nos toma por tontos es Pablo Iglesias, que defiende los 12 millones de beneficio de Podemos asegurando que es porque gestionan mejor. No, no lo hacen: Podemos gestiona de una manera diferente, gestiona para amasar. Y si malos son los políticos millonarios, no son mejores los partidos ricos. Los microcréditos, las mordidas a los representantes y el beneficio por voto materializado dispara a Podemos, que en el último CIS gana solo entre los votantes de clases altas.
Patadas policiales
Desconozco qué método tenían que haber seguido los agentes que se vieron desbordados en Ceuta por el paso masivo de inmigrantes ilegales, pero el vídeo de los policías a porrazos y patadas contra esas personas no me parece defendible. En algunos medios incluso el agente con la tibia y el peroné fracturados parece una víctima, pero en las imágenes se le ve soltando patadas a los inmigrantes hasta que en una de ellas se rompe la pierna. Por lo menos, esta vez no les han disparado.
Miguel Bosé se equivoca
Miguel Bosé se equivoca cuando compara los currículum de Nicolás Maduro y Lepoldo López: que el actual presidente de Venezuela condujera un autobús y el líder de la oposición tenga un título por Harvard no es significativo. De hecho, me hace recelar más la biografía de López que la de Maduro. El chavismo y su líder hoy son suficientemente déspotas como para limitarnos a contar la verdad que seamos capaces de extraer de las montañas de mierda informativa que nos llegan.
¿Más que un club?
Evidentemente, no soy objetivo: el FC Barcelona ha sido el rival más importante del Athletic en los últimos diez años. Pero soy capaz de empatizar con parte de esa afición que siente que uno de sus mejores jugadores se ha marchado traicionándoles: en Bilbao también nos pasó. Lo que no me parece excusable es que el lunes cantaran “Neymar, muérete” en una parte de las gradas, y menos cuando el rival era el Chapecoense brasileño, que enterró a 19 jugadores en noviembre.