Hasta doce pasos (cada uno más complejo que el anterior) en cuatro años ha tenido que dar el PP para lograr, como afirma Marcos Paradinas en El Plural, “tener un tribunal favorable”. Así, el partido de Rajoy ha conseguido cambiar a quién juzgará su caja “B” por un grupo más favorable. El propio Paradinas concluye: “la independencia judicial es una quimera en entredicho” antes de exponer una maniobra muy “enrevesada” pero efectiva, por lo que parece.
Ni son votantes ni tiene gracia
Me ha sorprendido la cantidad de medios, por lo menos digitales, que han comprado el enfoque de que los monigotes que han aparecido atados boca abajo en un puente de Barcelona junto a una pintada que reclamaba la libertad por los presos políticos, correspondan a votantes como, insisto, afirman todos los digitales a propuesta de Sociedad Civil Catalana. En cualquier caso, la acción es una barbaridad, un desacierto y una estupidez. Tanto que hasta dudo del objetivo y la autoría.
Qué gran error es Trump
Ha sido uno de los temas de la semana en Twitter que no les he traído a la columna por agotamiento: los desbarres de Donald Trump en esta red social no me motivan en absoluto, y no quiero que su actividad digital atraiga más atención que sus políticas, igualmente desacertadas pero con consecuencias más graves. Pero que la portavoz de la Casa Blanca asegure que Trump ha retuiteado mensajes xenófobos desconociendo la fuente y el objetivo es insultante.
No toman en serio al Athletic
Ernesto Valverde ha sido un gran entrenador del Athletic, pero su salida al gran rival en la última década y del modo que lo hizo, mintiéndonos y despreciando a la institución con la ayuda de Urrutia, ha hecho mucho daño. Entre presidente y exentrenador arrastraron por el barro al Club, y exactamente lo mismo hacen ahora en Madrid (¡cómo no!), dando por hecho el fichaje de Kepa Arrizabalaga por el equipo de Florentino, al que puede que ni se enfrente por lesión.
¡Qué marrón!
En Magnet lo cuentan estupendamente, así que háganse a la idea con las líneas que les copio del lío en el que pueden meterse los médicos afectados: “Un hombre de aproximadamente 70 años fue llevado a la sala de urgencias de un hospital de Florida. Una vez que el equipo del hospital se disponía a aplicar los tratamientos de rutina para su reanimación, se encuentran con una gran tatuaje en el pecho donde se leía ‘no resucitar’, con el ‘no’ subrayado y abajo lo que parecía ser su firma”.