Hoy tienen una segunda oportunidad

La semana pasada Vox anunció su intención de proponer en serio la construcción de un muro suficientemente alto y suficientemente grueso en las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos para evitar el paso de los inmigrantes. Si ha leído este párrafo mientras desayuna espero que no se haya atragantado con el café. La desgracia es que van en serio: son la extrema derecha alocada, tipo Trump o Salvini, y colocaron la noticia como carta de presentación antes de la ronda de Felipe VI con los partidos. Si Sánchez no nos sorprende, puede que hoy mismo sepamos que va a dar una segunda oportunidad a Vox.

Solo hay que escuchar al pueblo (y ser del pueblo)

A Pablo Iglesias se le llena la boca hablando de “la gente” y a Pedro Sánchez cuando dice “España”. Me parece bien, pero si fueran de verdad de la gente y vivieran en la España en la que vive la mayoría, no nos mandarían a elecciones. La ciudadanía habla y hay que escucharle, y no solo en los sondeos o el día de votación. Lo hace constantemente: la alcaldesa de Móstoles, del PSOE, ha acabado por destituir a su hermana por los abucheos recibidos durante el pregón de las fiestas. Noelia Posse había contratado a Laura como community manager (puesto de confianza) por 52.000 € al año en el ayuntamiento.

La soberbia sirve para contratar

Noelia Posse no supo ser del pueblo (si lo eres te das cuenta de que no puedes contratar a tu hermana de ese modo siendo alcaldesa) pero sí supo escuchar. Los que ni lo son, ni les importa no serlo, ni escucharán a la ciudadanía son los del PP en Madrid: 75.000 € al año para el torero Miguel Abellán, director del Centro de Asuntos Taurinos; y 93.000 para Ángeles Pedraza, nueva gerente del 112. Lo más significativo del segundo nombramiento es que la ex presidenta de la AVT ha pasado ya por tres puestos de designación en dos semanas, hasta encontrar acomodo. La política así no es política, es negocio privado con dinero público.

Impuestos, ¿para esto?

Twitter es cada día peor. Sí, siguen actualizando sus cuentas a diario algunos usuarios de esos que comparten links interesantes e ideas que te dejan pensando, pero también se está llenando de intransigentes, vapuleadores por diversión y niñatos de todas las edades que creen tener las cosas claras. Así que aplaudo la respuesta de un clásico (para bien), Yeyo de Bote: “No entender que bajar los impuestos es igual a tener peores servicios y peor calidad de vida es de ser bastante más gilipollas”. Tiene razón. Lo malo es que esos impuestos también van a Abellán, Pedraza y Posse.

Un iPhone, un sueldo

Clausman también supo poner el acento donde importa cuando tuiteó: “¿Qué iPhone es tu nómina?”, junto a la foto en la que Apple mostraba sus nuevos (o renovados) modelos de iPhone junto a sus precios. Desde 500 a 1.1000 dólares. Sí, yo también tengo un teléfono que ronda los 1.000 euros, pero es mi principal herramienta de trabajo (hoy, más incluso que el ordenador), y porque lo manejo constantemente sé que es una barbaridad lo que pagamos y que si lo hacemos solo es por un motivo: porque los fabricantes y los desarrolladores de aplicaciones van a lo suyo en vez de a responder a las necesidades del usuario.