No tienen más talento, tienen más dinero

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El mérito del texto que han publicado en ‘Quarz’ es poner negro sobre blanco lo que muchos ya barruntábamos: en la mayoría de ocasiones el talento emprendedor no tiene tanto que ver con las aptitudes de la persona como con el colchón económico de tus progenitores, que les permite saltar. Esa es la realidad. Realidad que solo hay que observar para darse cuenta de que emprender, equivocarse y volver a emprender hasta que llegue el éxito se lo pueden permitir solo unos pocos que, además, están bien relacionados.

Dicen de Podemos, pero en el PP…

Los afiliados de Podemos no son tal. Si no pagas cuota y no participas en las reuniones o actividades del Batzoki, Casa del Pueblo o lo que toque, podrás ser un simpatizante o un seguidor, como los de Twitter, pero poco más. Y algo parecido pasa en el PP, donde los 800.000 afiliados que aseguran tener, según ‘Zoom News’, tampoco lo son: la actualización de la lista de afiliados sería una tarea pendiente desde hace tiempo en la sede del PP para no tener que enfrentarse a los números reales.

¿Y si aislamos a Trump?

Donald Trump sigue haciendo campaña en EE.UU. con argumentos xenfóbos, y acusa a la inmigración que viene del Sur de todos los males. Algunos de sus comentarios han sido motivo de chiste en la televisión estadounidense e Internet, pero él insiste, ahora, con un muro que les separe de México (‘Público’). Un muro que, por cierto, ya existe en algunas zonas, y que busca aislar a un pueblo maravilloso, el mexicano, buen cliente de USA en tecnología o prendas de marca, más baratas en dólares que en pesos.

La “ética” del hacker

En varias ocasiones me he mostrado en esta columna contrario a los justicieros de Internet que se erigen en juez admitiendo ser parte para justificar ataques informáticos a empresas e instituciones. El último ataque célebre que conocemos es el que ha sufrido Ashley Madison, la web que pone en contacto a personas que quieren cometer infidelidades y que ha sufrido un robo de información privada, con lo que esto supone no solo ya para su modelo de negocio… también para su próxima salida a bolsa (‘Economía Digital’), lo que podría dibujar intereses económicos en vez de éticos en este “hackeo”.

Yo quiero vivir en Camagnola

El paraíso de los productos comestibles de calidad y de la calma parece situarse en Italia, donde una región ha hecho del “slow food” un modo de vida, literalmente, porque es la base de su economía y lo que marca sus propios ritmos vitales. “Bueno, limpio y justo” son palabras que marcan los productos de Camagnola, y donde lo del “slow” se lleva a la máxima expresión: en ‘El Confidencial’ hablan de “una ciudad sin prisa” e incluso de un sexo sin prisa.