«Una generación eternamente desconcentrada»

El reportaje de Javier Lacort para Xataka sobre los estímulos que recibimos sistemáticamente desde el teléfono móvil es de esos que hay que leer antes de que acabe el día, sobre todo si tienes la percepción (y la tenemos casi todos) de que hay impulsos que nos llevan a lo largo del día a mirar el dispositivo. No podía ser de otra manera, el texto habla de la falta de concentración que ya afecta a una generación por completo y la siguiente, y a TikTok como punto de inflexión de la gran dominación que orquestan para desactivar nuestros cerebros. Cada día estoy más seguro de que alguien trata de idiotizarnos.

Y capaz de lo peor

Sigo con el argumento de que TikTok es un punto de inflexión en nuestro modo de consumir compulsivamente contenido de mierda para desactivarnos. Porque sin esta red social china no podríamos explicar el siguiente fenómeno: “Extorsionar a los trabajadores de Amazon para que bailen y subirlo a TikTok, se ha convertido en tendencia” (Hipertextual). No solo de Amazon: todos los trabajadores que se ven sometidos a la dictadura de la “valoración” del usuario son susceptibles de ser humillados por clientes sin vergüenza ni moral pero con TikTok y ganas de sumarse a otro reto viral que muestra cómo somos.

Hay más batallas

El anuncio de que Superlópez dejará de publicarse ha supuesto que Jan haya sido reconocido por el gran público. Un dibujante, Juan López (su nombre real), que a sus 82 años conoce muy bien el mundo en el que se vive y por eso, precisamente, da por perdidas algunas batallas: crítico con la nostalgia y con la excusa de la admiración para piratear contenidos, sabe que el lector de tebeos no es el que debería de ser, y que la tecnología ha distorsionado por completo la incorporación y el disfrute de entretenimientos (y esto lo añado yo) sin que veamos un resultado realmente positivo con sus sustitutos.

El responsable de que nos guste

Los aficionados a la ciencia ficción de hoy debemos mucho a Douglas Trumbull, que ha fallecido esta semana a los 79 años y que, mucho antes de que llegaran los cromas y los ordenadores, se las ingeniaba para llevarnos a planetas o futuros que solo habían sido imaginados. Este especialista en efectos especiales fue el responsable de las atmósferas de “Blade Runner”, “2001, una odisea en el Espacio” o “Encuentros en la tercera fase”. Es decir, de casi todo lo que nos importó cuando éramos más jóvenes, capaces de sorprendernos con lo que veíamos y teníamos tiempo para sumergirnos después en los libros.

¡Qué liada, Pablo!

Normalmente la estructura de las columnas es la inversa a la de hoy y reservo estas últimas líneas para hablar de lo que fuimos o lo que somos. Pero la gravedad de los desastres de los que esta generación es responsable es menor que lo que termina hoy: la campaña más desquiciada del PP de Pablo Casado, al que se le puede empezar a poner esta noche cara de cadáver político si su estrategia fracasa a la primera. Él, que estaba seguro de iniciar en Castilla y León una serie de victorias electorales que le llevarán a Moncloa, puede quedarse atrapado por el abrazo del oso de Vox e incluso en la oposición de uno de sus feudos.

Un poco de seriedad, por favor

No tiene ningún sentido, ninguno, que el PSOE haya metido en el Congreso la aprobación de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en la calle junto a un tema de pensiones para, solo unos días después, anunciar su derogación. No tiene ningún sentido tampoco que haya arrastrado a uno de sus socios, y menos cuando las relaciones de confianza están especialmente desgastadas por la propia acción de los socialistas de Madrid y de Euskadi. No tienen ningún sentido estos vaivenes normativos después de dos años de pandemia y un agotamiento generalizado. Y no tiene sentido apoyar lo que cuesta tanto seguir apoyando.

Asunto, resuelto. O no

Alberto Casero fue coherente en su equivocación y se equivocó a lo grande. Creo que es lo mejor que se puede decir de quien yerra a ojos de todos. “El diputado del PP que votó a favor de la reforma laboral se ha equivocado tres veces y el sistema funcionó siempre”. Es decir: “Alberto Casero votó al revés en tres votaciones y no hay lugar a fallo técnico” (El Plural). El PP apelará a todas las instancias que pueda y no sería raro que alguna le diera la razón, vista la arbitrariedad de las y los jueces, por un lado, y la confianza del PP en las tendencias políticas de quienes imparten justicia, por otro.

Y en 2022 Facebook “reventó”

Pese al ruido en los medios y a lo avispados que han andado algunos vendiendo parcelas virtuales, Meta, el último invento de Facebook, no está convenciendo a nadie: “El ‘crash’ de Facebook (Meta Platforms) del jueves 3 de febrero ha supuesto la pérdida de más de 237.000 millones de dólares (207.000 millones de euros) de capitalización bursátil. (…) Arrastrando con ella al conjunto de las acciones tecnológicas y al mercado en general” (La Información). El problema se agrava con la concentración de tecnológicas sobre el parqué: “Meta, Apple, Amazon, Alphabet, Microsoft y Tesla aglutinan la mitad del selectivo Nasdaq 100”.

Ojalá lo haga también la “multitarea”

No he dejado de asentir mientras leía este texto en Magnet: “Todas esas pestañas abiertas en tu navegador están devorando tu concentración. Es hora de cerrarlas”, que concluye: “La religión de la productividad nos ha preparado para creer que la multitarea es humanamente posible e incluso ideal”. Albert Sanchís cita varias fuentes sobre “nuestros movimientos erráticos online” que incluso nos llevan a sentir “emociones como vergüenza y estrés, junto con la compulsión de cerrar pestañas”. Pestañas que acaban por ser “reflejos de nuestra ansiedad por perder información y trabajo valiosos, y señales de nuestras aspiraciones”.

Larga vida a Superlópez

Jan (nacido como Juan López Fernández hace 82 años) dibujó en 1973 la primera historia de Superlópez. Desde entonces y hasta esta misma semana, a un paso de cumplir 50 años, se ha seguido publicando. Pero el que el jueves llegó a los quioscos ha sido el último: el dibujante ha anunciado el fin de una era que es, básicamente, mi infancia y juventud. Superlópez fue mi superhéroe y mi personaje de tebeo favorito, le he dedicado muchas horas y seguía haciéndolo, preparando a la siguiente generación para apreciarlo en su justa medida. Solo sus fans entenderán que me despida así: “Lárgame un cilindrín, fotero”.