Pablo Ráez, un héroe necesario

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El malagueño Pablo Ráez tenía poco más de 20 años y ha fallecido después de que el transplante de médula al que se sometió para combatir su leucemia no fuera bien. Y si conocemos su historia es porque es extraordinaria: la de un luchador que nunca perdió la sonrisa y lanzó campañas para promover las donaciones de médula por medio de las redes sociales. Su imagen optimista, con la que hacía frente a la muerte nos ha conmovido y tiene que resultarnos inspiradora. Descansa, Pablo, tu batalla personal ya es la de todos.

Shifa Gardi, otra heroína necesaria

Shifa Gardi era una periodista kurda de la agencia Rudaw que es el pasado fin de semana no sobrevivió al ataque que recibió su convoy en Mosul, solo una hora después de hacer su última conexión informativa en directo. Gardi era, además de una de las muchas periodistas que se juegan la vida para contarnos lo que sucede, un icono porque personificaba un desafío constante como mujer y kurda, que se enfrentaba a un invasor tan machista y racista como el estado islámico.

Y los Franco, con sus miserias

La semana empieza mal, con pérdidas irreparables de héroes y heroínas que, sin capa pero con una cámara, son capaces de concienciarnos desde su sufrimiento. En las antípodas, acomodados y prepotentes, encontramos a los herederos de Francisco Franco, que desoyen la obligación de la Xunta de abrir el Pazo de Meirás, y han deshabilitado los cauces para realizar visitas. La pelota está ahora en el tejado de las autoridades competentes, que tienen que decidir si se lo permiten.

Seamos justos con nosotros mismos

Ernesto Valverde es el entrenador con más partidos en el Athletic Club. Después de 292 encuentros es normal que haya opiniones diferentes e incluso desgaste entre él y la afición o la prensa. Pero sería injusto no reconocer, pese al momento actual, que se trata de una trayectoria exitosa y que Valverde tiene un mérito innegable. A partir de aquí discutimos sus métodos, sus decisiones (personalmente, nunca he entendido cómo organiza las rotaciones) y sus formas. Pero vaya por delante el reconocimiento.

El misterio del enorme error en los Óscar

En Magnet explican muy bien lo que sucedió: Warren Beatty tuvo en su mano todo el tiempo el sobre equivocado y por eso Faye Dunaway acabó leyendo “La La Land”, porque en ningún momento aparecía en la cartulina el nombre de “Moonlight”, que era la verdadera ganadora. Aún no sabemos cómo, a Beatty le dieron una copia del premio a la mejor actriz de reparto, y no el de mejor película. A partir de ahí: el ridículo, el desconcierto y las imágenes para la historia.