Es curioso comprobar cómo cambian las perspectivas de un año para otro.
Este punto sacado ayer en el Sánchez Pizjuán tras empatar a uno, nos hubiese sabido a gloria el año pasado, y casi cualquier otro año, de los de este siglo, en los que el Athletic solo ha sido capaz de ganar allí, dos veces. Pero este equipo hace que no sea así. Hace que veamos este punto como una pérdida de los otros dos, ya que el equipo, salvo la caraja inicial, fue a por el partido de una forma descarada, como nos tiene acostumbrados esta Liga. En el primer tiempo, algunos minutos jugó mejor el Sevilla, pero el Athletic tuvo oportunidades como para empatar el gol inicial de los hispalenses. Aunque tampoco me olvidó de dos muy buenas intervenciones de Unai. Ni por supuesto del árbitro, Gil Manzano, al que le echo parte de la culpa del resultado. En el primer tiempo, se comió un penalti como una casa de Dmitrović a Berenguer. Como una casa. Lo del VAR es una milonga que favorece a los mismos de siempre y a los demás nos deja muchas veces, demasiadas, con cara de idiotas. Porque ayer, ¿nos pretendían vender que esta jugada citada, partía de fuera de juego previo de Álex? ¿O que no era penalti? Pues no acepto ni una cosa ni otra. ¡Lamentable!
El segundo tiempo, ya fue un monólogo rojiblanco (aunque fuesen de negro). Las oportunidades se sucedieron de manera continuada, hasta que llegó el empate de Vesga, que volvió a taladrar la red con un zurdazo, imparable. Y, además, al poco de salir al terreno de juego, puesto que el titular fue Dani García. Muy difícil se lo está poniendo a Valverde. Como digo siempre: bendito problema. El equipo siguió a lo mismo, ir a por los tres puntos, sin escatimar esfuerzos, pero sí, desaprovechando una tras otra todas las oportunidades que tuvieron. Muniain, Nico, Iñaki, Lekue, Raúl, otra vez Iñaki…
Y de nuevo paso a hablar del árbitro, que cobarde y casero, se negó a sacar dos amarillas, también como dos casas a Carmona y a Acuña, porque hubiesen supuesto sus expulsiones. ¡Un cobarde y un sinvergüenza! Eso sí, a Ander le expulsó sin problemas. Bien expulsado, pero… y a los otros dos ¿por qué no? Herrera nos libró de otra cosa peor, porque el gol era cantado, y ahora no tendríamos ni el punto del empate. Gracias Ander. Y en su línea, le dijo a Gil Manzano que había acertado. Lo de que se había confundido en un montón de jugadas anteriores no, eso no le dijo.
Por todo ello, nos quedamos con sensación, de haber perdido dos puntos. Sobre todo, por la ocasión final de Iñaki, que era más difícil fallarla que marcarla, pero…
A pesar de la pena, me sigo quedando con la reacción del equipo al golpe inicial, con el ir a por el partido hasta el último segundo, y con elo dejarse ni una gota de sudor,… creando todo tipo de oportunidades. 21 tiros a puerta, de nuevo. Este es el camino, aunque con la puntería de las jornadas anteriores. Jejeje
Y la semana que viene a recibir al Atlético de Madrid, que nos sigue a un punto en la clasificación. ¡A por ellos! Y…
¡Aüpa Athletic!