
Guru decisivo con sus dos goles (Foto: Oskar González y Borja Guerrero)
Imposible empezar peor el partido en La Catedral, que de nuevo se vestía de gala, animando a pleno pulmón, pero que casi se quedó congelada en el segundo 49, cuando una jugada, que ni sacada de la serie «Benny Hill», y tras error mayúsculo de Laporte y Paredes, que conseguían regalar un balón de lujo a Leonardo, el cual no desaprovechó el caramelito, para meter el gol del equipo revelación de esta competición. Equipo, que supuestamente para nosotros, debería ser el equipo asequible y ganable. Sopapo de los gordos y a remontar el partido, con un equipo en el que muchos jugadores están de presencia física, porque los vemos, pero que no están ni en su mejor momento, ni en un momento medio, ni… en nada. Están volviendo de lesiones, sí, pero alguno ni antes de lesionarse estaba bien. Encima, la acumulación de errores, iniciada desde el primer pitido inicial del árbitro, siguió con unas entregas, y unos pases, y unas ultimas decisiones, realmente desquiciantes.
En el primer tiempo, el Athletic tuvo la posesión, y el dominio del juego, a partir de una parada de Unai, en el minuto 10. Todo fueron ataques rojiblancos, con algún intento de ellos que siempre se iniciaba en una entrega horrorosa, o pérdida de balón increíble. Pero nuestros ataques eran buenos hasta los últimos metros. Por destacar lo positivo, Rego, de nuevo titular, demostró tener una visión de juego muy buena. Hizo dos asistencias de lujo, de auténtico lujo a Guru y a Oihan, pero éstos las malograron. ¡Qué bien Alejandro! Jaure, que ha sido titular en todos los partidos de esta temporada y que… ¡virgencita, virgencita, se conserve como está!, hizo un pase preciso y certero, que fue a la cabeza de Guru, perfecto en tiempo y colocación, pero el testarazo del delantero salió fuera. Las jugadas peligrosas se sucedían, pero seguían ganando los contrarios. Además, se veía a Oihan, todavía lejos de su forma. A Iñaki irreconocible, comparado con el año pasado. Mal, muy mal. Y a Nico, intentándolo, pero la mayor parte de las veces excesivamente individualista, y al no estar en forma, no desbordando nada. Empezábamos a desesperarnos. Los nuestros lo intentaban y lo intentaban, pero todo se perdía de forma tonta. Iñaki se lesionó en el minuto 30, y salió Álex, que ayer me pareció incomprensible que fuera suplente. Contra el Elche, incluso saliendo de una lesión, fue de los destacados. Ayer también. Y en éstas, que antes de llegar al descanso, Gorka se desmarca y Jaure le hace un pase maravilloso. Le dejó solo y con sufrimiento, porque tocó el balon el portero, se empató el partido. Merecidísimo. Pero muy sufrido.
El segundo tiempo, fue más de lo mismo. Asedio total rojiblanco, y de vez en cuando, ataque de ellos que demostró que tampoco tenemos la solidez defensiva que lucíamos el año pasado. Robert Navarro, que sustituyó a Nico, sin llevar ni 5 minutos en el verde, metió un golazo, que suponía la remontada. Éxtasis en San Mamés. Pero… el Athletic no sabe contemporizar, no sabe ralentizar el juego, perder tiempo, que pasen los minutos sin grandes sobresaltos. Y ahí, que Íñigo Ruiz de Galarreta, que sustituyó a Rego, se lío, perdió el balón y casi meten ellos el 2 a 2 en el minuto 84. Madre mía, ¡que horror! Pero San Yuri, que jugó ayer su partido 250 con el Athletic, nos hizo el mejor regalo que nos podía hacer, que fue sacar el balón de la línea de gol. Para morirse. Cada vez que se acercaban a nuestra zona nos temblaba hasta el refajo. Pero en el minuto 88 Jaure le volvió a pasar el balón a Guru, que desde el borde del área le dio con el alma para llevarlo otra vez a las mallas. Buf… Suspiros, y tranquilidad, porque se conseguían los 3 primeros puntos en esta competición. Alivio por ver que somos capaces de meter goles, tres nada menos, a pesar de haber tenido que hacer para ellos, nada menos que 60 ataques y 21 disparos a puerta. 5 entre los 3 palos, 8 rechazados y 8 fuera. Una barbaridad. Pero 3 goles y triunfo. Sufrido, sufridísimo, pero triunfo, que es lo que cuenta. Y nos colocamos en la posición 21 de la clasificación. Queda un mundo pero había que empezar a puntuar. A destacar, la alegría que me producen los dos goles de Gorka, ya lleva 3 en Champions, de los 4 logrados por su equipo. Su sonrisa al enseñar el trofeo que le han dado por ser elegido el MVP del partido, demuestra que él también se ha quitado un peso de encima. Hace dos años todo lo que le llegaba se convertía en gol. El año pasado no y este año tampoco. Necesita muchas oportunidades para meter. Pero el abrir la lata dos veces en el mismo partido seguro que le da un plus, ánimo, y confianza en sí mismo. Seguro que sí. Zorionakkkkkk, Gorka! Y a por más.
Y el sábado, otra vez la Liga, de nuevo en La Catedral, y contra nuestro «querido» Getafe y del más «querido» Bordalás. Pero… aunque sea como comer cristales… ¡A por los azulones! Y…
¡Aúpa Athletic!



