Siento traer un mal augurio para la legislatura española que comenzó, en cierto modo, el miércoles. Durante el debate de ayer, el equipo de Rajoy consideró que una intervención suya en concreto merecía ser enmarcada en un tuit: “La batalla contra la corrupción se gana tomando medidas contundentes y legislando, no utilizándola como arma arrojadiza”. El PP pudo tomar medidas internas contra la corrupción durante años, según estamos viendo en un juicio en el que son parte acusada. Pero solo importa la cara a la galería.
¿Por qué esperan hasta el sábado?
Sé que la política es el arte de la puesta en escena. Y sé que la decisión del PSOE de dejar gobernar a Rajoy ha sido difícil pero necesaria. Pero no acabo de entender por qué nos harán esperar hasta el sábado y han decidido votar “no” en la primera. ¿Quieren ganar tiempo para actuar tanto en bloque como puedan? Si no, de verdad que no me explico la demora injustificada que, además, para los periodistas y trabajadores del Congreso es una faena laboral.
Pablo Iglesias hizo ayer un programa de La Tuerka
Pablo Iglesias no hizo política ayer, hizo un programa de televisión desde el Congreso de los Diputados. Cómo buscó el titular y, sobre todo, cómo fue alzando el tono hasta que Ana Pastor le llamó al orden (lo que quería) solo para terminar hablando del “odio” de unos a los otros (lo que mejor sabe administrar), es para analizarlo y para guardarlo, porque volvió a caer en errores que se harán de bulto en un futuro próximo y, en general, hizo un mal papel.
Lo más llamativo que dijo Rivera
“¡Vaya gilipollas!”, de ese modo se refirió Albert Rivera a Pablo Iglesias cuando el segundo montaba su show y el primero lo miraba desde su escaño. Y después de escuchar el discurso del de Ciudadanos, creo que ese comentario, de confirmarse (en las imágenes parece claro), es lo más interesante que dijo un Rivera que, para ser cuarta fuerza política y muleta de ocasión del PSOE y del PP, habla como si fuera el presidente de la República de Francia. Las formas son estudiadas delante del micro y espontáneas cuando nadie mira (salvo una cámara).
Euskadi, a la cola
Desde que ETA decidió felizmente dejarnos en paz, Euskadi ha desaparecido del mapa político español. Ni a Sánchez, ni a Rajoy, ni a Rivera, ni a Iglesias les ha parecido bien mencionar a la ciudadanía vasca desde la tribuna… hasta que los diputados nacionalistas lo han reclamado. Pero Aitor Esteban fue ayer concreto en su discurso: no dirán nada, pero la lista de ataques al autogobierno y los desprecios a las instituciones vascas desde que Rajoy está en funciones habla por sí sola.