El feminismo entendido como una guerra, la equiparación entre personas y animales, el desprecio por elementos químicos desde los conservantes hasta las vacunas, o el ejercicio de la libertar por medio de la ropa interior y la higiene corporal son debates que no entiendo. Me hago viejo, sí. Pero también leo con indignación noticias como esta en El Confidencial: “Condenada a 24 años por salir a la calle sin velo en Irán: la acusan de prostitución. La mujer protestaba contra la obligatoriedad de la ley del ‘hijab’”, mientras leo también argumentos sobre que llevar el velo en occidente es un signo de libertad de las mujeres musulmanas.
Mientras tanto…
Y mientras algunas (porque son mayoritariamente mujeres) pierden energía y tiempo defendiendo lo que parece indefendible, algunos (mayoritariamente, hombres) aprovechan cada línea para intentar colárnosla. Por ejemplo, Santiago Abascal pretende que nos creamos que los terroristas islamistas que hay en Europa han llegado al continente como refugiados por el Este o en patera por el Sur. ¿De verdad alguien piensa que un terrorista va a pasar por todo eso para atentar? Los terroristas llegan en avión, o en coche, como mucho. Algunos malintencionados llegan al Congreso con chófer, y eso también es muy peligroso.
También machistas
No voy a dejar que termine la semana sin mencionar la entrevista en la que el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, de Ciudadanos, criticaba las leyes de Paridad y ponía nombres (Bibiana Aído y Leyre Pajín) a los fracasos femeninos en política, según él. Guillermo Zapata en Twitter le atizaba duro y con motivo: el machismo que rezuma su argumento es tan evidente como asqueroso, porque considera que no hay mujeres preparadas para la política y que si se mide únicamente la valía es normal que manden los hombres. Todo esto con el apoyo de Vox, por cierto.
Algo bueno
Tampoco quiero que termine la semana sin presentarles (si no le conocen ya) a Adam Scotti, “el Pete Souza canadiense”, según Photolari. Les hablo del fotógrafo de Justin Trudeau, al que todos miramos con admiración y cierta envidia desde que Souza decidió abandonar la Casa Blanca de la mano de Obama, al que ha convertido en un icono. Sus fotos durante la cumbre del G7 son extraordinarias, como todas las que muestra, pero la cercanía de Biarritz nos ha permitido prestarle un poco más de atención. Personalmente, admiro a los equipos que detectan y potencian el talento (y la propia imagen) de esa forma.
El circo, como nunca lo hemos visto
Pongo como ejemplo una web deportiva pero, en realidad, todos tenemos parte de culpa por haber convertido en un circo el fichaje de Neymar. Por lo menos, también los que estamos todo el día contando qué pasa en las redes sociales: el brasileño parece que ha mandado mensajes por medio de “likes” en las cuentas en Instagram de jugadores del Barcelona o empezando a seguir a otros del Real Madrid. E incluso los que hemos criticado la sobreinformación o el interés ilógico por un mal deportista rodeado de intermediarios hemos hecho este circo más famoso, más visitado y más deseado. ¡Que termine ya!