De pocas cosas estoy tan seguro esta semana como de que hace más calor de lo que es normal por culpa del cambio climático y de que José Luis Martínez-Almeida es la víctima de la propaganda rusa en forma de broma cruel de dos humoristas rusos. La supuesta rusofobia del alcalde de Madrid solo tiene que ver con una situación en la que él creía contar con la complicidad del alcalde de Kiev (que luego no lo fue) y, por supuesto, con el fallo de todos los controles de seguridad y comprobación. Agosto es un mal mes para hacer cosas complejas. Pero solo podemos señalar a quienes diseñaron y ejecutaron la supuesta broma.
La decisión
Ante la evidencia de que todos los controles en Madrid fallaron, de que una figura institucional ha sido puesta en ridículo por la propaganda rusa, y de que estos supuestos humoristas han sido crueles y han insultado abiertamente a un alcalde que eligieron mayoritariamente las y los madrileños, tienes que tomar una decisión: o dejar claro quién es el enemigo y la víctima, por poco que te guste, por muchos errores que haya cometido. O puedes reírte de esa víctima, hacer sangre y mandar a tomar por el saco todo el sistema institucional porque, qué demonios, cómo vas a dejar pasar la oportunidad de tuitear y profundizar en el ridículo.
Un poco de humildad
Xavier Colás es un periodista que conoce bien Rusia y puede medir, mejor que cualquier tuitero de tumbona y piscina, la gravedad de la situación. Y resulta significativo que, en este momento, haya optado por la humildad: “Llevo 20 años transcribiendo mis propias entrevistas y escuchándome decir ‘aha’, ‘claro’, ‘sí’ y ‘sin duda’ a las mayores mamarrachadas siderales que me han ido diciendo. El asco que me doy es notable, pero sé vivir con ello. Almeida no es Nureyev pero estaba bailando con Borat”. Pero parece, por lo menos en Twitter, que todos habrían notado el engaño y habrían dado la vuelta a la situación en inglés y con fluidez.
Tiene razón Don Mitxel
“Que la manipulación sea burda, pues es igual, que Arralde no exista, pues también es igual, que la única fuente sea Calimero, pues creíble, aquí tiras la caña y te das cuenta cómo funciona la información que recibe la España descerebrada”, escribe el célebre tuitero vasco después de haber lanzado un tuit exagerado (que un municipio vasco que no existe y gobernado por Bildu nombra hijo predilecto al asesino de Miguel Ángel Blanco) que ha servido como gusano para repescar a todos los cavernarios de hoy y siempre. En este caso, el engaño no buscaba una lapidación pública y los que han hecho el ridículo han sido proactivos.
El jefe de Estado que queremos
Sobre la polémica del Rey en Colombia, cuando no se levantó ante la espada de Bolívar, Alberto Elías ha escrito un tuit sencillo pero directo: “No entiendo tantas críticas, si os parece una falta de respeto tan grave lo que ha hecho la próxima vez no le votéis y ya está”. El problema, en efecto, es que el jefe de Estado responda solo a sus intereses y que estos sean un misterio durante décadas. Pero yo sigo pensando que no hay mejor jefe de Estado español para las y los vascos, ni para las y los republicanos en España: mejor un Felipe VI dominado por las obligaciones, su padre y la rectitud de su mujer, que uno que, simplemente, sepa estar.