¿Un? ¿Nuevo? ¿PSOE?

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Tuiteaba Pedro Sánchez, después de ser elegido por la militancia por segunda vez, que “hoy comienza todo, y me comprometo a ser el Secretario General de todos los afiliados”. Su reto es triple: mantener el PSOE unido después de los desgarros que él y Susana Díaz han hecho. Fijar un rumbo después de que los afiliados hayan decidido cerrar la etapa de los barones y el aparato. Y seguir siendo el PSOE reconocible y una alternativa de gobierno real con estas circunstancias.

Pedristas, de toda la vida

Soy muy malo haciendo pronósticos, y pensaba que Susana Díaz iba a ganar porque el aparato socialista estaba muy imbricado en la organización, igual que el PSOE lo está en la sociedad. Pero no ha sido así: el discurso de revancha hacia los propios (a mis ojos, perdedor) ha motivado a la militancia socialista… Y a la no socialista. @C55C ironizaba en Twitter: “No me explico con todos los pedristas que hay cómo es que no ganaron las elecciones”. Sánchez siempre fue el favorito de todos, menos cuando tocó votar al Congreso.

El reto: mejorarse a sí mismo

Buen disparo Diego de Schouwer tras su regate: “A ver si Pedro Sánchez lo hace mejor que el último Secretario General”. Pedro Sánchez tiene un reto como candidato añadido a los que tiene como Secretario General que hemos desgranado más arriba: tiene que mejorarse a sí mismo. Sánchez es el candidato de los peores resultados de la historia del PSOE, fue ninguneado por Podemos y hasta por los suyos. Ahora, tiene que demostrar y ejercer liderazgo.

Ya llegan los de la verdadera izquierda

Parece que el PSOE es ahora la verdadera izquierda. ¡Pues Pedro Sánchez es la segunda vez que es secretario general! Y en su haber tiene, además, hacer frente a la nueva izquierda cuando más músculo tenía Podemos. En cualquier caso, que personajes políticos como Beatriz Talegón hablen ahora de “volver a casa” está bien para el PSOE: el efecto regreso es positivo. Pero tendrán que separar grano de paja, arribistas de honestos, aparateros de afiliados, oportunistas de voluntarios.

Y en Euskadi, ¿qué?

Xabier Lapitz se acordaba de Odón Elorza, el socialista vasco que más visiblemente fiel ha sido a Pedro Sánchez. Es justo recordar que el PSE estuvo con Pedro antes, y que solo la irrupción de López (todavía no sabemos si queriendo hacer un favor al aparato y a Díaz como submarino contra Sánchez) forzó a la federación vasca a cambiar de opinión. Para Euskadi, el secretario general parece más flexible que la andaluza, y más dispuesto a llegar a acuerdos con otros partidos para alcanzar gobiernos alternativos.