Alfonso Rojo no debería tener ningún espacio en los medios de comunicación, del mismo modo que su digital no lo tiene salvo para señalar que es basura disfrazada de periodismo. Un periodista que tuitea esto: “Lo acojonante de los que quieren ganarle ahora la Guerra del 36 a Franco, no se atrvieron a rechistar durante 40 años… ni ellos, ni sus padres. ni sus abuelos” (sic) debe ser tratado con el mayor desprecio posible por la profesión y por cualquiera que sabe que tiene delante a un fascistilla de esos a los que hay que dar la espalda después de señalar por lo que es.
La universidad, en entredicho
No solo los curríclums de Carmen Montón, Pablo Casado y Cristina Cifuentes están en entredicho: su capacidad para ser políticos honestos también está en duda. No solo la de ellos, también la de muchos otros compañeros de la política con currículums vistosos. No solo los que han cursado posgrados en la Rey Juan Carlos: la Academia y su sistema de estudios complementarios está señalada. Y por desgracia es la propia universidad la que se ha buscado esta situación despreciando sus propias licenciaturas y grados al obligar a pasar por el máster y el TFM a quien quisiera destacar.
El problema eres tú, Willy
Podría entender que una persona comprometida decidiera poner en riesgo su integridad saltándose la ley para denunciar una situación injusta, aunque jamás se lo recomendaría a nadie: si un juez ha admitido a trámite en 2018 una denuncia por blasfemia lo mejor que puedes hacer es presentarte al juicio y demostrar que es una soberana tontería que se celebre. Pero lo que no me parece tolerable es que un tipo como Willy Toledo, incapaz de reconocer una dictadura cuando la tiene delante (ni hablemos ya de denunciarla o intentar boicotearla), pretenda dar lecciones de nada.
Marcelo, también
La banda de asesores que han andado al asalto en el Real Madrid también debería de pagar por sus hechos. Y no por ello quito ni un milímetro de culpabilidad a los jugadores y entrenador que están pasando por el despacho de la fiscalía para negociar penas de cárcel menores a dos años y multas que restituyan lo defraudado a Hacienda. Acaba de tocarle a Marcelo regatear esa negociación pero, ¿cuántos quedan después de Alonso, Ronaldo o Mourinho? En Barcelona tampoco andaban faltos de cuatreros de los impuestos, que Messi pagó también una pasta.
No existe lo “détox”
Reconozco que como maniobra de marketing ha sido efectiva. Lo malo es que se ha basado en un puñado de mentiras que en Maldita Ciencia, la web para destapar los bulos con argumentos científicos, han desgranado bien: la primera, que nuestro cuerpo acumula toxinas. Solo lo hace si estamos enfermos. La segunda, que el hígado o los riñones necesitan depurarse: lo mismo, solo si hay un mal funcionamiento de estos órganos. Mientras caíamos en la cuenta de estas obviedades, nos han vendido bien batidos con colores imposibles y texturas diversas que, según las marcas, nos limpiaban por dentro.