El alcalde de Granada, del PP, y alcalde gracias al pacto con Ciudadanos (por decirlo todo), ha sido el protagonista de miles de comentarios en las redes sociales digitales por sus declaraciones: “Las mujeres cuanto más desnudas, más elegantes”. El cavernícola en cuestión se llama José Torres Hurtado, y lo que ha soltado no es un piropo ni se le parece. Tampoco él está más elegante si se mantiene callado, más bien, todo lo contrario: hace bien en hablar y confirmar que es un troglodita.
No, no son amigos
Son menos que los que han comentado la tontería del alcalde de Granada, pero sí son muchos los que han publicado el ‘Vine’ (un vídeo corto en Twitter) en el que se ve Pablo Iglesias quedarse con un palmo de narices ante Alexis Tsipras, que parece que no le ve (pese a su llamativa camisa roja) y prefiere saludar al europarlamentario que está justo al lado del de Podemos. Iglesias rectifica y la mano que le tendía a Tsipras, huérfana, le sirve para tocarle levemente en el brazo, a ver si se le pega algo.
No, no está por los referéndums
No parece que Tsipras haya contagiado a Iglesias el valor por lo que expresa la ciudadanía. El de Podemos, tan dado a decir que sí y que no al mismo tiempo, ha vuelto a soltar una de las suyas: “El derecho a decidir depende de los catalanes pero en el marco de la legalidad actual no es posible que sólo dependa de ellos”, recogían en ‘La Vanguardia’ y comentaban a todo trapo en Twitter. ¿Ha pedido Pablo Iglesias que vote el resto de Europa en el referéndum griego? Entonces, ¿por qué supedita la capacidad de decidir de los catalanes a la de los españoles?
No, no serán 2.200 al mes
Seguimos sin salir de Catalunya, de Podemos ni de Twitter, donde uno de los temas de ayer también fue que Ada Colau no cumplirá su palabra dada durante las elecciones, y su sueldo será bastante mayor que los 2.200 € que anunció que cobraría como alcaldesa de Barcelona. Sus ingresos anuales ascienden hasta los legítimos 80.000, y a mí me parece bien que los cobre, como en todos los casos, si se los gana. Si decide financiar a su partido (del que su marido cobrará otros 60.000) con parte de ese sueldo, es cosa suya. Y de los barceloneses que pagan los impuestos.
No, no es Adolfo Suárez
Y si se le parece, tampoco me importa. Lo que me sorprende es que el que viene a regenerar la democracia española, según él mismo, quiera emular a un personaje del que muchísimos votantes no tienen recuerdo como presidente del Gobierno. Rivera “defiende ser el único capaz de repetir el consenso de la Transición lanzando consejos patrióticos a sus rivales en la presentación de su candidatura”, como recogen en ‘El Plural’. Más España y más antigua. Esa es su receta para el “futuro”.