Suscribo cada línea de la propuesta que ha hecho Patxi López a los socialistas para que los partidarios de los proyectos del propio López, Díaz y Sánchez, debatan en Internet de un modo constructivo. Ojala hubiera dado esas mismas recomendaciones a sus “activistas” en redes cuando fue lehendakari y candidato: anonimato, insultos, mentiras y trampas siguen formando hoy la dieta comunicativa de los pocos trolls que quedan en el PSE, movidos ya solo por sus propias obsesiones.
Podemos también nos presiona, ¿y?
Según la Asociación de la Prensa de Madrid, miembros de Podemos presionan a los periodistas y eso está mal. Es cierto, ¿y qué? Podemos, como cualquier otro partido político intenta que la prensa pase por su aro. ¿Sus formas son un poco agresivas? Bueno, peor lo llevan los que tienen que aguantar a Donlad Trump. Personalmente, celebro que cronistas parlamentarios en Madrid como Jorge Bustos, lejos de Podemos, también acepten esas presiones como parte del juego.
¿Cómo lo hace?
El problema es que Podemos intenta presionar (insisto, como todos los partidos del mundo) en público y en Twitter. Y es verdad que aporta una novedad que es el denominador común en las piezas de El Confidencial y El Independiente: muchos usuarios acríticos y anónimos dispuestos a zarandear a quien señalen Iglesias o Echenique. Pero antes también había trolls, y políticos con blogs que ponían nombres y apellidos de periodistas (el mío aparecía recurrentemente en el que escribía un concejal de Bilbao desde la oposición).
El mundo del toro, feliz
Si la bajada del llamado “IVA cultural” se consuma, entre los sectores que se verán beneficiados podremos encontrar al de la tauromaquia. Y no dudan en celebrarlo en la web Mundotoro.com, en la que recuerdan: “La bajada del IVA de las entradas taurinas era uno de los compromisos que PP y Ciudadanos acordaron en el pacto de investidura”. Mientras tanto, las cuotas de los trabajadores autónomos suben y el IVA de otros sectores se mantiene.
La Infanta Cristina es “la Eva”
No es un beneficio particular de la familia real: en la base de datos de la jurisprudencia española se modifican todos los nombres de las sentencias para preservar el anonimato de los sentenciados (o absueltos). Así, la infanta Cristina es “la Eva”, e Iñaki Urdangarín pasa a ser un tal “Julio” que consigue contratos por sus lazos con la Casa Real española. Me imagino que leer hoy la sentencia tiene que ser desternillante. Por suerte, está la hemeroteca para recordar qué y a quién se juzgó.