Y cerramos el capítulo. De momento

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Hemos pasado una semana intensa en lo futbolístico. El Athletic nos ha hecho vibrar de un modo diferente: nos ha hecho sacar la mala leche, plantarnos. Por fin hemos dejado de ser los “pagafantas” y, claro, el guapo del instituto (personalizado en Piqué) se ha enfadado porque, joder, los feos no estamos para hacerle frente. Pero es que no somos feos, ni pequeños, ni felices en la derrota. Somos del Athletic, sabemos perder pero queremos ganar. Y cada vez lo queremos más.

Volvemos a lo “cotidiano”

Con las garras cerramos de momento el capítulo del Athletic para abrir otro mucho más sobado pero que, al mismo tiempo, es capaz de sorprendernos cada día: en Público leemos una historia entre truculenta y casposa pero, sobre todo, grave. Los “fondos reservados” vuelven a aparecer para “la guerra sucia”, en este caso de empresas de espionaje y seguridad privadas utilizadas por Jorge Fernández Díaz para atacar a políticos nacionalistas catalanes.

Así se las gastan en el PSOE

Aunque para cotidiano, casi “vulgar”, el ataque entre socialistas de cada día. En El Confidencial Digital leemos que Susana Díaz ya habría neutralizado las posibilidades de ascenso de Josep Borrell: “En el entorno de la presidenta de la Junta aseguran disponer de ‘información comprometedora’ tras haber formado parte [Borrell] de tres comisiones clave en la caída de Abengoa: las de nombramientos y retribuciones, la de estrategia y tecnología y la de auditoría”.

La era de Twitter sí ha empezado

Intento ser prudente con las expresiones redondas como la del titular, pero es innegable que “la era de Twitter” es la presente. Y su máximo exponente es Donald Trump. Un “tuitstar” habitual, “Numeritos” (más de 27.300 seguidores) lo definía muy bien: “Insultos, mayúsculas, menciones para presionar a marcas, pseudomenciones, salseos… Trump es Twitter condensado en una persona”, y su ascenso y sostenimiento político está basado en el modelo que triunfa en la red social.

Igual es un chiste

Dudo mucho de que en Euskadi emerja una Manuela Carmena, outsider de la política “tradicional” y dispuesta a encabezar un proyecto alternativo. Siempre he pensado que es más fácil que nos encontremos con un Beppe Grillo, un humorista que no tenga miedo a la confrontación dialéctica ni nada que perder. En cualquier caso, el modelo parece en crisis, y no económica: le han pillado en un resort de lujo en Kenia, en Navidad, después de invitar a la austeridad. A que los demás sean austeros, claro.