Pero tú no compres un eléctrico chino

Cuando leí esto de Óscar Puente que había alcanzado la portada de Menéame: “Estoy valorando seriamente la posibilidad de comprar trenes en China; no es ningún juego”, lo busqué en El Periódico, la fuente de la noticia. Sí, es cierto, el ministro español de Transporte desprecia la labor de CAF, TALGO y todos los fabricantes europeos. “La industria europea necesita una sacudida”, se justifica, como si tuviera excusa. Pero no la tiene: ¿y si la ciudadanía apuesta por coches chinos y desprecia el esfuerzo de fabricantes europeos, en masa? ¿No tiene un ministro que poner en valor su ámbito de acción? Para mí, el que se desprecia es él.

Y Sánchez sacó la basura

Dice el aforismo periodístico que “la basura se saca los viernes”. Sánchez prefirió el lunes, pero un lunes especial, con la resaca de la juerga extremeña (la que se corrieron en las sedes de Vox y Podemos, que han duplicados sus resultados), y con la fiesta de la lotería de Navidad. En este contexto tan extraño, en el que todo queda enterrado entre cava, “tapar agujeros” y “el PP necesita a Vox”, anunció un cambio en el gobierno muy moderado, casi testimonial, y permitió a EH Bildu anotarse el tanto del controvertido escudo social como si apoyar a Sánchez acríticamente no fuese hoy como permanecer en X acríticamente: tóxico.

Hablemos de Extremadura

Casimiro García-Abadillo ha resumido muy bien en El Independiente las consecuencias de los resultados en Extremadura: “Feijóo tiene que tomar una decisión difícil. Ceder al programa de máximos de Vox sitúa al PP como un partido rehén de Vox, lo que Pedro Sánchez va a explotar al máximo en los comicios de Aragón, Castilla y León y Andalucía”. Está claro que “Guardiola se equivocó al sobreactuar con el robo de papeletas del pasado jueves y “también erró al no ir al debate a cuatro del pasado jueves”. Parece que “con Sánchez, el partido va directo al desastre” pero, ¿por qué hoy tengo la sensación de que Feijóo no va a gobernar?

Nunca le han ganado a tonto

Precisamente en la Sierra de Gredos, que entra en la provincia de Cáceres, “la Guardia Civil denuncia al influencer Alfonso Santaella por realizar actividades ilegales” en “un espacio natural protegido y de extraordinario valor ecológico” (Infobae). Pues bien, “en los videos difundidos en redes, el creador de contenidos volaba drones y acampaba sin autorización y se bañaba en lagunas glaciares”, es decir, “prácticas expresamente prohibidas por la normativa ambiental vigente”. Algunos creen que las normas están para los demás y que quien las cumple es un idiota y, lo peor, es que pueden “influir” en sus seguidores.

Pues no vamos

El otro día charlaba con amigos en una sobremesa, y a todas y todos nos pasaba lo mismo: se nos habían quitado las ganas de viajar a EE.UU. por culpa de Donald Trump. Y eso sin tener en cuenta que esta administración “plantea pedir las cuentas de redes sociales de los últimos cinco años a los turistas que quieran viajar” (El Diario) al país. En las mías, estoy seguro, va a encontrar quejas airadas, como esta, por sus formas y sus fondos, así que, ¿a qué me arriesgo? No lo sé, pero sí sé que no pienso comprobarlo. También sé, como cualquiera, que la economía estadounidense no va tan bien como para despreciar la inversión de las y los turistas.