Fernández Díaz contará los votos

20160624_fernandez

El guionista de Buenafuente, Javier Durán, se dio cuenta rápidamente en Twitter: el señor ese que se presenta como víctima porque han usado en campaña una grabación suya pidiendo que se busque información de partidos nacionalistas para atacarles (hay que tener el rostro de hormigón armado), va a ser el máximo responsable del recuento electoral del domingo. El ministro de Interior que usa los instrumentos del estado para intentar condicionar el voto, cuenta nuestros votos.

Llegados a este punto…

El periodista Isaías Lafuente daba carpetazo al asunto de Fernández Díaz con acierto: “Pues sólo hay dos opciones. O dimiten los dos porque todo es verdad o uno destituye al otro por mentiroso”. Realmente, es así de simple, y como decía Aitor Esteban en una entrevista ayer, en cualquier democracia real, la dimisión o el cese no se hubieran discutido. Lo que ha sucedido y, peor, lo que está sucediendo (nada) muestrab un sistema democrático español nada recomendable.

El PP se equivocó

El PP se equivocó mandando una carta amenazante e El Mundo Today para que retiraran la una falsa web electoral que, a modo de chiste, habían publicado los de la página satírica. Unidos Podemos y el PSOE también son víctimas de su acidez, pero solo el PP ha reaccionado tan mal. El Mundo Today accedió a retirarla… E inmediatamente publicaron: “Esa web de la que usted me habla”. Un acierto pleno ante un error mayúsculo de un partido que demuestra que los medios solo le gustan atados y bien atados.

¿Por qué no votamos el Brexit?

Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera, los cuatro que plasman en sus programas que sobre lo que sea una parte de España decidirá toda España, podrían explicarnos por qué, si su razonamiento es tan universalmente cierto, no estamos votando sobre la posible salida del Reino Unido de Europa. El “cuñado de Twitter” es un personaje tan conocido como divertido en esta red social, y ayer se preguntaba eso: ¿por qué no podía votar él? Cualquier español medianamente crítico se podría hacer la misma pregunta y llegar a alguna conclusión.

Encumbrando a gilipollas

Son jóvenes, sin estudios, endiosados por los medios, admirados por millones, deseados por las mujeres y los hombres más atractivos, y jodidamente ricos. Lo tienen todo para volverse gilipollas. Lo raro es que no veamos muestras de su idiocia más a menudo. Imágenes como Cristiano Ronaldo tirando un micrófono de un periodista a un lago. Es cierto que el portugués está jugando mal, no es menos cierto que se “borra” en las grandes citas. Pero nada, tampoco la fama, el dinero y la falta de estudios, justifica el desprecio a un trabajador.