De momento

“La jubilación se retrasa: los jóvenes tendrán que trabajar hasta los 71 años para cobrar el cien por cien de su pensión”, leo en Infobae y pienso: “De momento”. La verdad es que hasta que no me puesto a escribir la columna no me he dado cuenta de que no he dudado de que mi hija y mi hijo, sin ir más lejos, podrán cobrar la pensión pese a todo. Vamos, que por algún descuido, he sido optimista. El cálculo de la edad lo ha hecho la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que cuentan con la colaboración del legislativo. También alertan de que habrá “empleos más precarios y carreras laborales más largas”.

Ese Franco del que usted me habla…

Creo que han andado muy atentos en El Confidencial Digital para cazar el tema que han puesto sobre la mesa: “El Gobierno ‘se olvida’ de la campaña contra Franco seis meses después de iniciada”. Datos: “El proyecto incluye más de 100 actos” pero “el Ejecutivo evita hacer un balance y rechaza ofrecer datos sobre la asistencia y el seguimiento que están teniendo” y “adopta ahora un perfil bajo”. Y eso que su objetivo era loable (y ambicioso): “Revertir” la tendencia en redes sociales, donde vemos a jóvenes que no conocieron el franquismo alabando decisiones y obras de Franco.

Lo que va a cambiarlo todo

Esto es lo que va a cambiarlo todo en el mercado de vehículos eléctricos: “La carga de 400 kilómetros en cinco minutos es muy real”. Lo cuenta Alberto de la Torre en Xataka: lo ha hecho BYD, una de las marcas de coches (eléctricos) que más crece y que le está comiendo la tostada a Tesla. Ojo que este avance “no está pensado primordialmente para los turismos”, al menos, por ahora (hablamos de “electrolineras” de 1.000 kW de potencia) pero, insisto: que normalicemos que un repostaje eléctrico sea similar a otro de combustible fósil (diez minutillos en un surtidor) será lo que cambie todo en el mercado.

Sí, es cultura

Creo que no damos suficiente importancia a elementos de nuestro día a día que forman parte de nuestra cultura, por ejemplo, los videojuegos. No se trata solo de una industria (que también, una de las más grandes del mundo, de hecho), por eso es importante que existan iniciativas ciudadanas como esta: “Alto a la destrucción de los videojuegos”. “La iniciativa pretende evitar la desactivación en remoto de los videojuegos por parte de los distribuidores, sin antes proporcionar medios razonables para que estos videojuegos sigan funcionando sin la implicación del distribuidor” y “no pretende adquirir la propiedad de dichos videojuegos”.

El camino

Cambio de tema y me voy a uno mucho más fútil: el fútbol. Lo hago porque en Palco 23 he encontrado una noticia de esas que parecen menores pero no lo son: “La Liga de Fútbol Profesional de Francia ha creado su propia plataforma” para romper con DAZN. El movimiento es muy interesante porque el camino de la liga francesa (el de perder atención televisiva) lo van a recorrer otras como la española, cada vez menos atractiva. Y entramos en otros debates: ¿van a saber gestionarlo? ¿Valen los derechos lo que pagan las plataformas? ¿Valen los partidos lo que pagamos las y los espectadores? Ahora van a comprobarlo.

Primera

La invención: Isabel Díaz Ayuso es una señora de setenta años que lleva oyendo la COPE, leyendo el Abc y viendo los informativos de Antena 3 toda la vida: “Quiere que las democracias hagan con Hamás lo mismo que con ETA. Tú mata, que yo te daré una comunidad autónoma” (El Independiente), dice sobre Pedro Sánchez. La realidad: no me gusta el presidente español y la utilización que hace del Estado para su propio sostenimiento, y no me gusta una presidenta autonómica imitadora de Trump o Milei. Ni uno, ni la otra, son hoy opciones políticas atractivas ni cuando compiten entre sí, y menos aún en la campaña en la que estamos ahora.

Segunda

La invención: Santiago Abascal es ese amigo de uno de la cuadrilla que aparece de vez en cuando, un sábado por la noche, se cree muy gracioso, hace ruidos a los grupos de chicas como si fueran ganado, y cuando lleva dos gintónics empieza a mezclar su machismo con la política: “Pedro Sánchez es un títere de su mujer. ¿Va a declararle la guerra a la Argentina?” (El Cronista). Ahí queda eso del artista, el máquina, el jefe. La realidad: la consistencia de Abascal (y la de Vox) es tan baja que ha quedado desdibujado siendo el que recibió al presidente argentino y regaló al español el enésimo golpe de catapulta antes de una campaña.

Tercera

La invención: Jesús Albiol, el concejal de Cultura de Vox en Borriana, es ese compañero que trabaja en la delegación del Mediterráneo al que ves en Teams una vez al trimestre y que va a los toros, a misa, come el arroz al horno que le hace su mujer los miércoles y la paella valenciana que le hace su madre los domingos, va perfectamente planchado aunque no plancha y, por supuesto, sabe que la cultura es el intento de la izquierda para acabar con los valores tradicionales. La realidad: el alcalde, Jorge Monferrer Daudí, del PP, le ha corregido y ha adquirido finalmente para la biblioteca del municipio ‘20.000 especies de abejas’.

Cuarta

La invención: Luis Rubiales es ese padre separado cuyo hijo va al mismo equipo de fútbol que el tuyo, y que siempre está hablando de los planes que hay que hacer, que parece que ya ha estado en todos los sitios, que cambia de coche casi cada año, que no tienes muy claro en qué trabaja pero siempre tiene tiempo y dinero, y que conoce a los jugadores del Athletic de montar cosas en sus casas: “Rubiales ofreció a Piqué y Messi ‘30 kilos’ de la UEFA por sus pérdidas salariales en pandemia”. La realidad: a veces podemos resumir personalidades o situaciones que se dan durante años en titulares. Este en The Objective es uno de ellos.

Quinta

La invención: José Bordalás es el compañero de trabajo tóxico, que trata bien a las y jefas y los jefes, y mal a sus iguales, ese que algún día se equivocará de persona a la que fastidia y se llevará un merecido empujón. En la cuenta en X de Dazn muestran “el enganchón de Bordalás y un miembro del cuerpo técnico del Alavés al final del partido”. La realidad: el entrenador del Getafe no ha mejorado a casi ningún jugador que ha pasado por sus manos, ha hecho que los fuertes se tiren por los suelos en cada roce, provoca al público y a los rivales, y cuando le haces frente se victimiza cobardemente. Es lo que no queremos en el deporte.