El chico de moda

Sí, me hago viejo: he llamado “chico” a un hombre que pasa los 50. Pero no se fijen en eso, fíjense en lo que dice en Twitter el fotógrafo Edu Nividhia: “Hasta un fotomatón es una fiesta con Aitor Esteban. Cuando terminas las fotos dan ganas de echarle la mano al hombro y llevártelo a un bar”. Me parece el corolario perfecto a la pasada semana, brillante, del diputado, el vasco de moda en Madrid, y el corolario también a un curso político intenso y duro en lo político (y más allá) para quien argumentó aprobar los presupuestos al PP y tumbar a Rajoy casi en la misma semana.

Es Nadal

Sigo invadido por el espíritu navideño, así que paso de un político que, para variar, genera buen rollo, a un deportista generoso, que es otra rareza en este mundo de enfadados exagerados. Después de ver a Nadal limpiando lodo tras las inundaciones en Mallorca y de saber que ofreció las instalaciones de sus complejos deportivos, la pasada semana nos enteramos de que ha donado un millón de euros para los damnificados porque no ha podido jugar por lesión el partido benéfico que había programado. Y todavía saldrá alguno a quejarse incluso en Nochebuena.

Pero sin pasarnos de buenismo

Con esta columna pretendo que en las horas previas a la Nochebuena nos fijemos en algo positivo, pero sin pasarnos tampoco de frenada. Ya saben lo que opino: lo políticamente correcto se nos ha ido de las manos y hemos dejado el campo abonado a los que siembran truenos. A modo de advertencia el tuit de Javier Muñoz me parece muy acertado: “Ni Regreso al Furuto, ni Blade Runner. La película que realmente vaticinó la mierda de sociedad en la que vivimos fue Demolition Man. Al final nos van a multar por mandar a la mierda a alguien y nos van a encarcelar por contar un chiste malo”.

Casi me sale

Al final no voy a poder evitarlo y meteré un poco de guindilla a la columna, porque si no comparto con ustedes este tuit de Ibai Llanos al que tantas vueltas he dado durante días no me van a entrar bien los langostinos esta noche: “Aquí estamos todos de acuerdo en que el talento sin trabajo/esfuerzo es una puta mierda o no”. Creo que voy a mandar un WhatsApp de última hora a Olentzero y pedirle que, por favor, todos estemos de acuerdo en la primera parte de la provocación de este genio de la comunicación: el talento sin esfuerzo solo es un desperdicio. ¿O no lo es?

El mejor

Para dejarles un buen sabor de boca antes de la cena voy a recurrir a uno que nunca falla: Barack Obama visitó hace unos días un hospital de la mano de la Fundación Children’s National, que se dedica a proporcionar asistencia médica a los más pequeños sin que importen las circunstancias de sus padres (ya saben que en EE.UU. necesitas un seguro médico privado para que te atiendan en un hospital). El vídeo, como todo lo que graba Obama, es estupendo. Pero su labor es todavía mejor: la de una persona comprometida con su sociedad y con sus principios. Olentzero, tráenos muchos Obamas.

Ojalá en el sur de Euskadi, también

Cuando viajamos al norte de Euskadi y entramos en un restaurante, es obligatorio que nos pongan una jarra de agua gratis. Esta costumbre, que se basa en el cumplimiento de una ley francesa, debería de ser importada al sur: espero que el Parlamento vasco se ponga al lío y convierta en obligación lo que hasta ahora han sido tímidos intentos, por ejemplo, en Bilbao. Y que los parlamentarios y las parlamentarias no hagan caso de los ridículos argumentos que han recopilado en Magnet que esgrime el sector del embotellado para negar lo más básico: el agua del grifo.

No sois el Che

La justicia española ha convertido en héroes a personajes como Pablo Hasel o Valtònyc, que no pasan de raperos con ansias de provocación y de notoriedad. Las condenas que les han caído son injustas e innecesarias porque el mal gusto y la actitud chulesca no son delito, son motivo de chiste. Con ambos condenados y ascendidos a víctimas del estado, sus pasos son seguidos, como la carta que Hasel ha enviado a Valtònyc (publicándola en una web, no vayan a ser discretos), asegurándole que habrá gente luchando en las calles por ellos y recomendándole fortaleza ante el reto heroico que les ha tocado compartir.

Menos lecciones

Más peligrosos que Pablo Hasel o Valtònyc, que consideran que quemar papeleras es un modo de revolución, son los asesores económicos que cuelgan de su misma cuerda ideológica y que, en Gurusblog, definen como economistas “que prometen el paraíso económico de riquezas ilimitadas para todos en la cual la ‘impresión’ de papel moneda puede ser ilimitada sin tener consecuencias negativas y en donde el límite de la deuda de un país es el cielo”, antes de mostrar qué es la inflación, qué países han impreso billetes para empobrecer a su ciudadanía, y qué pasa después.

Hooligans sin cerebro

Hace unos días les hablaba de cómo el equipo de comunicación de jugador del Real Madrid, Vinicius Júnior, había robado y manipulado una foto de Pablo García Sacristán para usarla en las redes sociales del futbolista. Hoy les hablo atónito de las reacciones a la denuncia del fotógrafo: forofos del Madrid sin dos dedos de frente que acusan a García de aprovecharse del jugador o de no pagarle derechos por fotografiarle. El fútbol y Twitter son los factores comunes de los más idiotas. Se lo digo así, sin rodeos, porque mi estupefacción no me permite inventarme circunloquios.

¿“La vecina rubia” plagia?

Entre los aficionados a las redes sociales, especialmente entre las aficionadas, hay un personaje conocido como “la vecina rubia” que ha destacado en los últimos dos años por sus ocurrencias en forma de tuit. Ocurrencias que ha acabado plasmando en diferente merchandising y que ha alimentado de diferentes maneras, copiando, por lo que parece, a escritores y escritoras o tuiteros y tuiteras. Si la pillan, como esta semana, se disculpa por el “error”, y a seguir vendiendo y acumulando followers. Porque el talento para comercializar no es el mismo que para crear.