En Bildu están cogiendo una manía muy fea, la de tomarnos por tontos a todos. Primero, quieren que no tengamos memoria; después, quienes no dijeron nada contra los que pegaban tiros en la nuca, quieren hacerse pasar por antifascistas; y lo último es el roneo sobre los presupuestos vascos que muchos pensábamos desde el principio que no iban a apoyar, y que ha terminado con un titular que podía ser de ayer o de hace dos meses: “La prórroga presupuestaria es el fracaso de un gobierno en minoría”. Este fracaso, como siempre, será atribuible a quien no quiso negociar sino la foto.
Lo de Baleares es gravísimo
La fiscal general del Estado no puede hacer como que no se ha enterado del atropello a la libertad de Prensa que está realizando la justicia española en Baleares después de que dos periodistas le hayan entregado un escrito firmado por más de doscientos compañeros. María José Segarra se ha remitido al secreto de la pieza para no hablar del tema, pero se equivoca: de lo que se trata es de una libertad fundamental que se defiende o que se ataca, por acción o por omisión del deber de salvaguardarla. La justicia española es cada vez más injusta y arbitraria, y parece que nadie la controla.
Lo de Catalunya, también
Inés Arrimadas es una provocadora y, como tal, el mejor ejemplo de la única política que sabe hacer Ciudadanos: la del mal rollo, la del encrespamiento, la del cuanto peor, mejor para ellos. El modo en el que mostraba un folio cutre con el número “155” impreso en tipos altos, frente a Torra y los diputados nacionalistas que tienen compañeros y amigos presos, y en huelga de hambre, es intolerable. Su falta de respeto lo es también de sentido de la democracia como solucionador de problemas. Para Arrimadas, igual que para Rivera, el parlamento es solo un sitio en el que buscar bronca.
El autorretrato de Fran Rivera
Francisco Rivera es de los que cree que el yugo y las flechas son símbolos de España. Y lo son, para cierta gente. Su vídeo desde Casa Eladio, un bar de Ávila que exhibe sin pudor símbolos de la dictadura sin que ningún fiscal o juez tomen cartas en el asunto, tiene que servir para poner sobre el tapete el tipo de “gente guapa” que se muestra como modelo en el cuché y los ecos de sociedad españoles. No importa, al parecer, que se muestren orgullosos del franquismo como si pudieran seguir humillando a los miles de muertos en el golpe de Estado, la Guerra Civil y la represión.
Y el de Álvaro de Marichalar
Seguimos con personajes que nos lo ponen muy fácil a los columnistas: no tenemos que gastar ningún adjetivo porque se califican solos. Atención: “El hermano del ex marido de la infanta Elena asegura que le ‘pincharon adrenalina en los pulgares para matarme de un infarto’”, leemos en El Plural. Este tipo de declaraciones nos las podemos tomar de dos maneras: en serio o para sacarle chistes a la historia, porque los tiene. Igual que en Euskadi en nuestro momento, los catalanes tienen que aguantar ahora a un montón de personas ávidas de atención, cuando menos.