España, desprotegida

Si el gobierno español deja desprotegida la capital de España y, además, en el principal digital lo hacen público, no voy a sentirme mal yo por difundir la irresponsabilidad esférica que me parece lo que les cuento: solo 50 antidisturbios estarán disponibles para proteger a la ciudadanía de Madrid en plenas fiestas porque el resto ha sido remitido a la peligrosísima Catalunya. La cadena de despropósitos españoles crece pero esto solo acaba de empezar.

La escena completa

Desconozco cuál será la incidencia real de la negativa de los estibadores a servir al ferry en el que se alojarán los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado destinados a Catalunya. Pero la escena completa me parece deliciosa: policías y guardias civiles alojados en un barco de vacaciones y esperando la orden de sus mandos para detener una votación, con posibles problemas de abastecimiento mientras los estibadores celebran su victoria logística y moral.

“Todo lo posible”

¿Qué ha hecho España para resolver el problema catalán antes de llegar a esta situación de enfrentamiento tan grave? Esta es la pregunta incómoda: primero, los socialistas invitaron a los representantes de la ciudadanía a escribir un nuevo estatuto que posteriormente cercenaron. Ahí arranca todo. Con la insatisfacción ya en ebullición, el gobierno del PP arrincona y minimiza el tema hasta que es por fin insostenible y entra con todo contra Catalunya.

La violencia engendra violencia

La vieja fórmula sigue vigente y el resultado, como siempre, es preocupante. La violencia es el germen de más violencia en todo tiempo y lugar. Por eso preocupa la respuesta de un sector de la ciudadanía en Oklahoma, donde una persona sorda de origen latino (aquí el origen sí es significativo) ha sido abatida por la policía por no responder a sus órdenes, según leemos en La Opinión. Los vecinos intentaron alertar a los agentes armados de que, simplemente, no podía entenderles.

Buena noticia

Con Apple pidiendo precios desorbitados por sus teléfonos y la buena experiencia de los clientes de los Motorola desarrollados bajo la propiedad de Google, la compra de parte de HTC por el gigante del buscador solo es una buena noticia. Se abre una puerta a dispositivos en los que Android se adapte de un modo estable (el principal “debe” del sistema operativo) y a un precio razonable (lo que rechazamos muchos usuarios de iPhone cansados de pagar más cada vez).