Cuando el fascismo avanza todo lo demás retrocede: no es ninguna casualidad que Vox haya puesto como condición para su apoyo al pacto entre PP y Ciudadanos en Andalucía que se retroceda en materia de violencia de género o en materia de memoria histórica, como publicaba también OK Diario, el diario de Inda que pasa de pepero a voxero con pasmosa facilidad. El fascismo avanza, decía, y retrocede la seguridad de las mujeres y llamar al franquismo por su nombre, pero esto es solo el principio. Vox va a pedir mucho más, porque el fascismo es un monstruo que solo avanza devorando.
Pero, Pablo, ¿qué dices?
Reconozco que la primera respuesta de Pablo Casado a la exigencia de Vox de retirar el pacto contra la violencia de género me gustó. Pero poco tarda el que más manda en el PP en ponerse en su sitio y, de paso, en ponerme a mí (la estupefacción permanente ante tanto atrevimiento) y a Borja Sémper, que no puede ir de guay cuando pertenece a un partido así. Casado finalmente aprovechaba la violencia machista para hablar de independentismo, kale borroka, y el gobierno socialista. Decía Casado que no admite lecciones, y se nota: tanto atrevimiento solo puede ser fruto de una ignorancia ambiciosa.
Vox dice que solo les hagamos caso a ellos
El problema, según los de Vox, es que no les hemos entendido cuando han puesto como condición para el apoyo al cambio de gobierno en Andalucía abandonar un pacto contra la violencia de género. Los de Vox también dicen, vía Twitter, que cuando queramos saber algo de Vox les hagamos solo caso a ellos porque los medios solo manipulamos. No cabía otra explicación, claro. ¿Se imaginan diciendo eso al PNV, Bildu, PSE o PP? Bueno, alguno de Podemos dijo algo parecido. Lo que tiene narices es que Vox esté haciendo que parezcan moderados los de Ciudadanos.
La verdad no va con ellos
Tiene gracia que precisamente en el Twitter de Vox alerten del peligro que tienen los medios, que manipulamos, y al mismo tiempo Cristina Seguí, destacada miembro de este partido desde su creación, haya usado OK Diario (otra vez) para intentar colocarnos un bulo: un Guardia Civil, al parecer, borracho, había montado una trifulca en un bar de Almería. Según la versión de Seguí, le habían agredido por llevar una camisa con la enseña de España y, por supuesto, el bar es un nido de “podemitas”. El periodista Fermín Grodira cuenta cómo llamó a Seguí para informarle y ésta le despreció.
De aquellos polvos…
Estoy muy de acuerdo con la teoría que explica el crecimiento de Vox con el modo en el que algunos medios han usado enfoques irresponsables en temas como la inmigración o la inseguridad. Pero no solo se trata de las noticias: ficciones históricas más ficciones que históricas han ayudado a fijar ese relato de la España que Dios creó al octavo día. Y gracias por ejemplo a Isabel, Vox ha podido ilustrar su españolismo en el aniversario de “la liberación de Granada” según su propia versión del mundo. El profesor de Historia, Miguel Martínez, denunciaba en Twitter esta utilización.