Sánchez no es fiel ni a sí mismo

Cuando Pedro Sánchez viró la política humanitaria de España y decidió acoger en el puerto de Valencia a las 600 personas que había rescatado el Aquarius, lo celebré y lo elogié. Ahora, solo 14 meses después, no es capaz de hacer lo mismo. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué fue aquello, solo un gesto para una foto? ¡Qué daño nos hace la política a golpe de tuit! Pero para algunas personas el daño es irreparable: hablamos de vidas, de agonías, de una solidaridad que, cuando no le correspondía tomar decisiones, le importaba, como le han recordado esta semana en Menéame.

Vox, como Bildu

En Madrid, Vox ha decidido adoptar el mismo rol que Bildu en Navarra. Por cierto, antes que los de Otegi, los de Abascal ya habían impuesto el modelo de “quitar y poner rey o reina” en Andalucía. Será que además de cierta defensa de lo indefendible, Bildu y Vox comparten un modo de hacer política basado en el matonismo, en el “yo hago lo que me da la gana y tú haces lo que me da la gana”, en la falta de compromiso y, en una palabra, en el populismo de apoyar un gobierno y hacerle la oposición si hace falta. Estas actitudes, estos planes, estas coincidencias, en definitiva, son las que les lastran en democracia.

¡Pues no te desnudes!

Vamos a ver: si sales en la primera página de un periódico enseñando el pecho y los calzoncillos en un posado a un fotógrafo de la cabecera es porque has querido. Punto. Había mil posibilidades distintas y elegiste esa porque no tienes personalidad y el fotógrafo te comió la cabeza sin esfuerzo o porque te gusta verte en los papeles. Cualquiera de las dos opciones habla mal de un personaje que presume de ser profesor de Universidad, de intelecto y de ser uno de los ideólogos de Podemos. El mismo personaje, Juan Carlos Monedero, que alardea en Twitter de lo interesante que es lo que dijo, más allá de la foto.

Arte contemporáneo

Ya saben que soy admirador del trabajo de Pete Souza como fotógrafo y como líder del equipo de imagen durante la presidencia de Obama. El estadounidense nos dejó centenares de instantáneas para la posteridad, muchas de ellas muy atrevidas, gracias a la fotogenia brutal del personaje. En Twitter, el también fotógrafo Edu Nividhia nos propone seguir a Adam Scotti, que sigue a Justin Trudeau cámara en mano y haciendo arte. Lo mejor es que al tuit respondieron José Antonio Ramos, el que fuera fotógrafo de Rajoy, opinando que el canadiense “tiene mucho más mérito que Souza”, y el propio Scotti.

Uno de los nuestros para siempre

Hoy vuelve a rodar el balón: comienza otra temporada de la Liga con cinco equipos vascos en Primera. Y lo hará en San Mamés con un clásico de la competición: el Athletic – Barcelona. Todo esto ya es suficientemente especial, pero para alguien lo es todavía más: Aritz Aduriz ha anunciado que esta será su última temporada, que la de hoy será su última primera jornada, que nos abandona un león de verdad que se ha hecho grande haciendo más grande al Athletic, que es lo que necesitamos en un club tan particular como el nuestro. Aduriz siempre será uno de los nuestros. Gracias por tanto.

Que Abascal no lo tape todo

No me importa demasiado que en Andalucía gobierne el PSOE o el PP, sinceramente. No veo cómo eso puede afectarnos a los vascos, incluso a los que veranean habitualmente en el sur. Pero sí es importante que quien acabe en el gobierno lo haga cediendo ante las pretensiones de la extrema derecha, o que aparezca como paladín de la pureza un candidato a presidente que “se estima que el ahora candidato por el PP a la Junta de Andalucía se ha embolsado más de un millón de euros desde que es diputado (2000); de los cuales casi 600.000 habrían sido en sobresueldos”, según El Plural.

El arte es arte

Se llama José Antonio Ramos y ha sido el fotógrafo de Mariano Rajoy mientras éste era presidente. Más allá de los partidos, los nombres y algunas aficiones (Ramos es fotógrafo también de la cosa taurina), lo que ha hecho el malagueño con el político, cámara en mano, se acerca bastante al arte. La política, de hecho, es un arte. La buena. Ya me lo dijo en una ocasión Emilio Olabarria: ser político es fácil, ser un buen político es muy difícil. Y sobre todo, la política es el arte de la puesta en escena, y para eso son necesarios buenos fotógrafos como Ramos.

¡Ay, el algoritmo!

“Hace sólo unos tres años el algoritmo de una red social se podía vender como algo que beneficiaba a los usuarios. Ahora todo el mundo sabe que están orientados a vender publicidad y creo que la palabra ‘algoritmo’ va a ser vetada de la comunicación de las marcas”, tuiteaba Carmen Pacheco hace solo unos días, y creo que daba con una de las claves de 2019, el año en el que apenas oiremos hablar del “algoritmo”, esa fórmula incomprensible para la mayoría cuando buscábamos atención en las redes sociales, y fácilmente identificable ahora que solo sirve para colocarnos anuncios.

2019, el año de Blade Runner

No tengo excusa: 7 de enero y les hablo por primera vez de que este es el año en el que se situaba Blade Runner. Para un aficionado a la ciencia ficción como yo, este retraso es imperdonable. Pero aprovecho el tuit de Ana Méndez que me lo ha recordado para poner el acento en dos cuestiones. La primera, técnica: 2019 es el año que elige Ridley Scott para la acción de la película. El autor de la novela, Philip K. Dick, allá por 1968 la situó primero en 1992 y, después, en 2021. La segunda, teórica: no hace falta que les recuerde las enormes diferencias entre ficción y realidad.

Las explicaciones de Urzaiz

Ha tenido que ser también en 2019 cuando Ismael Urzaiz ha dado las explicaciones sobre aquel verano en el que se despidió del Athletic para volver a firmar por los de Ibaigane. Lo ha hecho en Twitter y lo ha hecho así: “Yo no me quería ir del Athletic, fue un tema de mis entonces agentes que marearon la perdiz. Lo demás ya lo sabéis todos: con 36 años decidí hacerlo yo, fui al Ajax”. Varios tuiteros, entre otros Aner Gondra, ponían el acento en lo que contenían ese par de frases, como la excesiva importancia de los agentes. Urzaiz además siguió dando más explicaciones a otros tuiteros. Uno de los nuestros.